
Glorioso, visceral y exquisitamente desafiante. Ninja Gaiden 4 irrumpe como un torbellino de acero y sangre, dispuesto a reclamar su trono en el panteón del hack and slash tras más de una década de silencio. O, más bien, en las sombras.
El Team Ninja, en colaboración con PlatinumGames, ha resucitado el legado de Ryu Hayabusa y lo ha lanzado a una distopía futurista donde el filo de la katana vuelve a dictar las reglas. Poniendo a prueba tus reflejos mientras se da rienda suelta a la máxima violencia que puede ofrecer un videojuego. ¡Puro espectáculo!
La saga de Koei Tecmo ha regresado de manera triunfal. Primero allanó el terreno con la versión definitiva de Ninja Gaiden 2, luego rescató el legado de acción plataformera clásica y ahora, remata la jugada con un Ninja Gaiden 4 que supone a todos los efectos la coronación del año del ninja. Entendiendo todo aquello que nos obsesionó en la primera Xbox y esa premisa de Tomonobu Itagaki de premiar la destreza con pura acción sin destilar tan apegada al espíritu de la franquicia.
¿Y qué pasa con la dificultad de Ninja Gaiden 4? Bueno, te confirmo de primera mano que es tan puñetero como puede llegar a ser un juego de ninjas, pero que eso no te intimide: el Team Ninja no será condescendiente, pero te deja márgenes para que acomodes la experiencia a lo que necesitas. La clave para lograrlo son unos controles tan afilados como una katana y el resultado no tarda en manifestarse: la conquista de cada tramo se convierte en un festival en el que los tajos traspasan la pantalla, la sangre abunda y las extremidades salen disparadas.
A partir de aquí comienza el verdadero desafío. ¿Es este el renacimiento que los fans esperábamos, o solo una sombra estilizada de su propio legado? Pese a que la razón de ser de Ninja Gaiden 4 no es revolucionar los juegos de acción -como sí lograron sus anteriores entregas- estamos ante un retorno triunfal del ninjutsu en clave de videojuego. Uno que vuelve no solo para dejarte con la boca abierta, sino también para poner a prueba tu temple.
El retorno de ese Team Ninja que reinaba sobre la acción extrema
Lo primero es lo primero, y esto debe quedar claro: Ninja Gaiden 4 no se ha planteado como el regreso tardío de Ryu Hayabusa, sino la extensión legítima de su legado. El protagonismo de esta entrega recae en el joven ninja Yakumo y, sin entrar en detalles, tardarás bastante en controlar al llamado "súper ninja" y emblema del género. Esto no es un spoiler sino un recordatorio, dado que el Team Ninja jamás lo han ocultado. Entonces, ¿Yakumo es tan bestia como Ryu? Al principio no... Pero luego vas a alucinar.
Este movimiento está muy bien calculado, que conste: la historia de Ninja Gaiden 4 intenta ser un puente entre el legado de Hayabusa y una nueva era ninja, y eso se aplica y extrapola a la situación de la franquicia: hay toda una generación de jugadores que han estado desconectados de la saga o solo han tenido acceso a las entregas anteriores. Como dato, Ninja Gaiden 3 se publicó en 2012.
De modo que el salvaje viaje de Yakumo sirve para que los veteranos y los nuevos jugadores converjan. Dando a los primeros todo el desafío que ambicionan habilitando opciones de dificultad deliciosamente elevados desde el primero, pero también recursos valiosos a los segundos a los controles y desde el principio. A veces con detalles como el modo Héroe, que viene a ser el equivalente al modo fácil pero siendo menos condescendiente con quien tiene el mando en la mano. Logrando que ambos se lo pasen cada vez mejor al tiempo que Yakumo se vuelve más letal.
Dicho de otro modo: Ryu Hayabusa asoma solo cuando el nuevo protagonista empieza a estar a su nivel. Cuando el jugador tiene la destreza para desenvolverse realmente bien en un juego con una brutalidad, ritmo y dificultad legendarios. Cuando domina técnicas ninja y al menos un par de armas sagradas y se las ha visto y deseado con cyborgs, espíritus, demonios y jefazos finales que te pondrán contra las cuerdas.
Que sacarán lo mejor y lo peor de ti. Y, por extensión, que harán que te sientas como un auténtico ninja al salir triunfal. Incluso por la mínima. Recordándonos por qué Tomonobu Itagaki, el samurái rebelde del videojuego japonés, no era un sádico, sino aquello que lo convertía en un verdadero genio.
En Ninja Gaiden la historia siempre está al servicio de la acción

La ambientación de Ninja Gaiden 4 evoluciona y siempre gira en torno al jefazo de turno, como ocurre con todo clásico de culto. A veces es una distopía futurista que atraviesas deslizándote por un sistema de cableado como en los juegos modernos de Sonic The Hedgehog, otras se ambienta en una fantasía oscura inspirada en el Japón feudal en la que acabarás enganchandote a los salientes de un desfiladero y caminando por las paredes al ascender por un monte maldito y, antes de que te des cuenta, estarás surfeando en una red de alcantarillado bajo una gigantesca discoteca.
Visualmente, el juego mezcla arquitectura clásica japonesa con neones cyberpunk, creando escenarios que parecen salidos de un sueño distópico. De hecho, Ninja Gaiden 4 es acción en bruto de modo que tendrás combates elegantes, pero no sensaciones plataformeras. Es más, las misiones siguen una estructura rígida, los enemigos se reciclan con frecuencia, y los jefes, aunque espectaculares, no siempre ofrecen desafíos memorables. Algo que no está reñido -todo sea dicho- con desvíos bien repartidos que nos llevan a nuevas pruebas, secretos y desbloqueables.
Además, la banda sonora acompaña con fuerza, combinando tambores taiko con sintetizadores industriales. Y pese a que todo está aderezado con una narrativa oscura de trasfondo, en Ninja Gaiden la historia siempre está al servicio de la acción. Así debe ser.
Entonces, ¿Ninja Gaiden 4 carece de impacto emocional? Bueno, para los que vienen de los juegos anteriores hay guiños y referencias y quizás los nuevos, pasen por alto muchos detalles. Pero eso no quita lo fundamental: esta cuarta entrega sirve para contar el viaje y ascenso del joven ninja Yakumo. Y también para devolvernos a ese Team Ninja que reinaba sobre la acción extrema.
Precisión quirúrgica y brutalidad estilizada
A partir de aquí hay que emplear una doble vara de medir con Ninja Gaiden 4: si vienes de otros juegos de acción actuales, el Team Ninja y Platinum Games te van a enseñar respeto. En según qué caso por las malas. La clave para avanzar no solo está en adelantarte a las intenciones de los enemigos, que también, sino en aguantar un ritmo brutal. Ahora bien, una vez sintonizas con la acción y la precisión de los controles, no descartes que cualquier otro hack and slash te sepa a poco. ¡Que tiemblen el resto de juegos de acción!
Por eso, y pese a que el juego gana matices y se presta de maravilla a que lo completes dos veces o más, la incorporación de Yakumo es una de las claves y la gran novedad de cara a esta entrega: no se trata de darnos un nuevo protagonista que pretenda eclipsar a Ryu, sino que su estilo de combate es más técnico y está pensado para que, como jugadores, evolucionemos a la par que él. Comienza siendo menos visceral, lo que permite alternar entre enfoques estratégicos y brutales.

El precio a pagar: la progresión de habilidades y armas tiene un enorme impacto en nuestra percepción del juego, con lo que el verdadero potencial de Ninja Gaiden 4 (y Yakumo) se desbloquea tras pasar del ecuador de la historia. ¿Un lastre para los veteranos? No necesariamente.
Ninja Gaiden 4 deja claro y desde el primer combate que no ha perdido su esencia: cada golpe cuenta, cada esquiva es vital, y cada error se paga con sangre. Su sistema de combate es vertiginoso, con animaciones fluidas y una respuesta milimétrica que convierte cada enfrentamiento en una danza letal. Los enemigos se desintegran en coreografías de destrucción, y el jugador se siente como un dios del filo… hasta que baja la guardia. Insisto, en este aspecto es una gozada.
Sin embargo, bajo esa superficie pulida es imposible no sentir cierta sensación de déjà vu. Si lo que buscas es un salto evolutivo para la saga, esta cuarta entrega y sus mecánicas básicas se atreven a descarrilarse en exceso desde Razor's Edge, y aunque el espectáculo visual es deslumbrante, a la profundidad jugable le falta esa ambición desmedida de los juegos dirigidos por Tomonobu Itagaki.
Ese modo de conducirnos más allá del exceso o de darnos jefazos que no solo son imponentes en pantalla, sino que implican una capa de desafío adicional para el jugador.
Ninja Gaiden 4: la coronación del año del ninja
Ninja Gaiden 4 tiene más que ganado el estatus de secuela legítima, pero su gran razón de ser es resucitar la franquicia, recuperar las sensaciones de los mejores juegos y lograr que ambas cosas no sean algo exclusivo de los veteranos, sino también pensar en una nueva generación de jugadores.
Y no me refiero a quienes se desmoronan al jugar dos partidas al clásico Ghost N Goblins, que los hay, sino a quienes buscan una nueva propuesta de acción rotunda y satisfactoria al ser dominada. Por eso, Ninja Gaiden 4 es un regreso técnicamente brillante, visualmente impactante y jugablemente sólido. Pero también es una obra que se aferra demasiado a su pasado, sin atreverse a reinventarse del todo.

El combate sigue siendo su mayor virtud, y cuando todo encaja, la experiencia es electrizante. Sin embargo, las siglas pesan y la falta de evolución lo alejan de la rotunda excelencia que definió la saga en su etapa clásica y, sobre todo, tras la etapa de Tomonobu Itagaki al frente de la franquicia. Y pese a ello, el actual Team Ninja conquista nuevamente acción extrema. La hace algo propio y, desde ahí, se ríe del resto de hack and slash con excepciones muy contadas. Como la de cierta bruja con pistolas por tacones... Y poquito más.
Para los fans acérrimos, el regreso de la mejor saga del Team Ninja es una carta de amor con aroma a sangre. Para los nuevos jugadores, una prueba de fuego que exige reflejos, paciencia y disciplina. ¿Es el renacimiento que merecía Ryu Hayabusa? Más bien es una nueva era liderada por un nuevo protagonista que no tiene vértigo al medirse frente al mejor. Y, a la vez, un grito de guerra que no pasa desapercibido: necesitamos más juegos que lleven la acción al límite. Juegos tan rematadamente salvajes. Juegos como Ninja Gaiden 4.
Disponibilidad y precio de Ninja Gaiden 4
Ninja Gaiden 4 está disponible desde el 21 de octubre de 2025 en Xbox Series X/S, PS5 y PC a través de dos ediciones: la estándar y la Deluxe Edition. Y sí, como todos los juegos publicados por Microsoft, estará disponible sin coste adicional y desde el día de lanzamiento para los suscriptores de Xbox Game Pass Ultimate en consolas y Xbox Game Pass para PC. Además, Ninja Gaiden 4 saldrá en físico (al menos con una edición en caja) tanto con las versiones estándar y deluxe.
La Deluxe Edition de Ninja Gaiden 4 incluye dos aspectos adicionales para Ryu Hayabusa, dos aspectos adicionales para Yakumo y una generosa cantidad de 50.000 créditos ninja que te darán una potente ventaja al comienzo una vez puedas desbloquear habilidades, así como un contenido jugable futuro del que sabemos que se llamará Los dos maestros.
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La noticia ¿Creías que Elden Ring era difícil? Ninja Gaiden 4 te va a enseñar respeto: el Team Ninja impone su reinado sobre la acción extrema fue publicada originalmente en Vida Extra por Frankie MB .
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