Desde que dio comienzo la sofisticación de sus diseños y materiales, los teléfonos inteligentes han contado con un claro enemigo: la gravedad. Las pantallas rotas o fragmentadas son una constante en el mundo móvil desde hace años, pero hablamos de una historia que podría tener los días contados gracias a la aparición del cristal de diamante.
Afrontar la reparación de una pantalla de móvil rota supone un disgusto para cualquiera, y muchos incluso optan por dejarla tal cual a sabiendas de las muchas posibilidades de volver a sufrir una rotura. Se trata de un caballo de batalla omnipresente durante años, como demuestra la aparición de propuestas como la carcasa antigravedad para tu iPhone, pero ¿hay algo de optimismo en el horizonte?...
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