Noticia ¿Deberían homologarse las actualizaciones OTA para los coches?

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Las actualizaciones OTA pueden añadir nuevas funciones a los coches que en caso de haber sido incluidas en el producto inicial hubieran tenido que pasar por el duro examen para la homologación en cada país pero si vienen de la mano de una actualización de software no está tan claro este asunto.


En muchos artículos he hablado de la importancia de las actualizaciones OTA y cómo deberían cambiar la forma en la que entendemos el coche, pasando de ser un vehículo a un gadget más, además conectan al cliente directamente con el fabricante. Es posible que nunca compres un smartphone si no te garantiza el fabricante que el terminal podrá ser actualizado con las siguientes revisiones del software que no solo mejoran el teléfono sino que añaden nuevas funciones.

En un smartphone añadir nuevas funciones es algo genial, pero es posible que no lo sea tanto cuando trasladamos el concepto a los vehículos. Y el problema viene de las homologaciones y las pruebas que se realizan para que los organismos autoricen la comercialización del coche en cada país. Esta homologación se hace tomando como base el modelo de comercialización, pero no se revisan las actualizaciones OTA que añaden nuevas funciones, y esto habría que pensarlo seriamente.

Éste es el problema: compras un coche sin sistema de conducción autónoma pero con todos los elementos físicos necesarios como radares y sensores. El coche no tiene que homologarse como semi-autónomo sino como un vehículo convencional que tiene mucha tecnología. El fabricante pasados los años decide que uniendo toda la información que recogen estos sistemas pueden ofrecer un piloto automático para que tome el control del coche en determinadas situaciones, pero ese coche no se ha homologado para ello. ¿Tendría que volverse a homologar?

¿Pueden las actualizaciones OTA cambiar por completo el coche?


La solución podría ser simple: categorizar las actualizaciones.

Los coches deben recibir actualizaciones OTA para sistemas menores o para correcciones, pero funciones que se relacionan directamente con la seguridad deben pasar exámenes muy rigurosos y no solo los que realiza el fabricante.

Es posible que Tesla no hubiera podido vender el Model S como lo ha comercializado si hubiera tenido esta tecnología activada desde el momento del lanzamiento ya que se podría considerar como coche autónomo y por tanto no se puede vender al público. ¿Ha sido una trampa legal lanzarlo sin esta tecnología y posteriormente ofrecerla como una actualización?

Las actualizaciones OTA tienen que llegar al sector del automóvil, pero como propietario de un coche me gustaría que si el fabricante publica una revisión del software, ésta haya sido certificada por los organismos correspondientes y no solo por el fabricante.

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