Noticia Del rechazo al asombro por la realidad virtual al probar HTC Vive y PS VR

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Dicen que hasta que no pruebas una cosa es difícil sabe si te gustará o no. Totalmente cierto en la gran mayoría de casos, y me vale como el ejemplo perfecto para comenzar con una entrada que relata en parte aquello que uno pudo probar en sus carnes cuando tuvo por primera vez en sus manos su Atari 520ST por primera vez, echó sus primeras partidas a alguno de los Mario o se deleitó con las posibilidades del multijugador local con juegos como Diablo 2 o Counter Strike. Momentos en los que tu forma de entender una manera de entretenerte cambia totalmente y que se abre, por lo tanto, un nuevo horizonte.

Ese nuevo horizonte se abre ahora con la realidad virtual que experimenté en una hora con dos de las mejores apuestas que tenemos ahora mismo, la del HTC Vive y la VR de la PS4. Desde mi casi rechazo por conocer esas gafas que te inhiben del mundo real que te rodea, a los chorros de sudor que emanan de la frente al estar sumergido en un mundo paralelo en el que has de coger con tus propias manos un cartucho para cargar ese subfusil y empezar a aniquilar a todos esos motoristas que rodean la furgoneta en la que vas acompañado con un tipejo de lo más duro. Una experiencia espectacular y que solamente podrás conocer cuando te pongas las gafas de HTC Vive o de VR de la PS4.


Un nuevo mundo nos espera


Ayer, cuando terminé de echar la primera partida con la VR de la PS4, lo primero que le dije al chico que nos atendía en el evento de Amazon, es cómo iba a explicarle a los demás lo que se puede llegar a experimentar con la realidad virtual. Le dije que no hay forma posible de hacerlo, ya que por streaming en directo, ves en la pantalla lo que haces, pero es imposible mostrar ese mundo 3D que te rodea con todo lujo de detalles.

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Con la VR de la PS4 me senté nada más que en un sofá, me pusieron las gafas más los cascos, ajusté bien los agarres y el chico me dio los dos mandos que consiguen que puedas ver tus propias manos a través de esas gafas; es ese momento, cuando sientes que se fusiona ese mundo 3D que ves con tus ojos con las posibles acciones que puedas realizar tus manos. Es la clave para que tu mente raciocine de tal manera que te diga que estás viviendo ese mundo, ese sueño y ese instante como si fuera algo real.

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Es tal el grado de realismo, que cualquier pequeño efecto que se produzca así instantáneo, como es el abrir la puerta de la furgoneta cuando vas conduciendo, conseguirá que la cierres rápidamente en un reflejo inmediato como si estuviera pasando en realidad. Cualquier caída de alguno de los motoristas sobre el capó, la rotura de las ventanas o cualquier efecto que tenga su espectacularidad, se convertirá en un movimiento institivo por tu parte para echarte para atrás, pegar un pequeño grito o tirarte hacia el sofá.

Y ya, cuando te has hecho a a los controles, de repente cambias y te transformas en ese personaje en el que te has metido de lleno en su piel. Tomas la postura para utilizar el subfusil y como si estuvieras en una de esas películas de acción, tendrás tu propio momento de estrella como si fueras cualquiera de esos actores famosos que interpretan a los Rambo, Neo y demás.

El colofón: HTC Vive


Mientras el chico secaba las gotas de sudor que quedaron en las gafas, ya tenía su trapo (la mayor parte de los que prueban la realidad virtual de la VR de la PS4 les pasa lo mismo), ya estaba casi dirigiéndome a probar el HTC Vive.

Entré en un cuarto semi oscuro, y encontré al que me presentó la apuesta del fabricante taiwanés con un portátil última generación de MSI: el GT73VR Titan. Para conocer la excelencia de esta gráfica y del espectacular portátil, a probar tenían HTC Vive y sus 3×3 metros para que puedas moverte a tu antojo.

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Si la experiencia de VR de Sony pasa por quedarte sentado y simplemente flipar, la de Vive te lleva al movimiento, al poder echarte hacia un lado rápidamente o buscar el mejor ángulo para poder tomar ese arco, las flechas y el fuego para liarla, pero bien. Ayer mismo, en el Podcast con Actualidad iPhone, intenté explicar lo que se puede llegar a sentir cuando coges el arco, tomas una flecha en mano, la colocas en él y estiras la cuerda para preparar el disparo. El poder moverlo y sentir como casi te roza tu cuerpo como si lo tuvieras ahí, es algo que ya tengo en mi retina visual guardado en la memoria para siempre. Son de esos momentos que uno, como gamer, atesora y que es simplemente indescriptible, hay que vivirlo.

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En Vive pude probar cuatro videojuegos que no tenían ese aspecto más a estar jugando un videojuego a lo GTA, pero sí que muestra el poderío de la VR del increíble dispositivo creado por HTC. Después de colocarte las gafas, puedes activar un campo visual con líneas verdes neón que te muestra los límites por los que puedes moverte. Esos cuatro juegos te hacían sentir como si estuvieras en un circo muy especial para poder usar ese arco con flechas que tenías que poner fuego en la punta, pistolas con un líquido bien espeso que tenías que tirar en la boca de unos payasos un poco maquiavélicos para que explotaran globos o la lucha casi infinita con unos muñecotes a los que debes de derribar con tus guantes de boxeo. Todo ello con una física de objetos de gran realidad, que le da otro tono.

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Una experiencia de realidad virtual que significa que en el momento que te quitas las gafas, sales de ese mundo de ensueño para volver a lo real. Seguramente que está será la peor y mejor dicha de este nuevo mundo que se nos abre ante los ojos. Pronto lo tendremos a nuestro alcance desde Android con DayDream, no al mismo nivel del HTC Vive o la VR de PS4, pero sí que se acercará en algo para adentrarte en otros mundos y en otras perspectivas.

El artículo Del rechazo al asombro por la realidad virtual al probar HTC Vive y PS VR ha sido originalmente publicado en Androidsis.

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