Noticia Después de más de cinco años, he vuelto a usar Opera

usar-opera.gif



Lo bueno vuelve.


Soy de esas personas que comenzaron a usar Google Chrome casi de inmediato, cuando apreció por primera vez. Fue amor a primera vista: minimalista, ligero, y rápido, más rápido que cualquier otro navegador que hubiese probado. Pero antes de Chrome, el mejor ante mis ojos no era Firefox, y obvio que no era Internet Explorer, era Opera.

Siete años han pasado desde aquella primera versión de Chrome, y aunque muchos cambios han sido para bien, nada es perfecto, y Chrome ha ido creciendo progresivamente en defectos. Entre el motor de vigilancia y seguimiento que siempre está encendido en todo producto de Google; y el consumo de recursos cada vez más desbocado de este, una vez, fabuloso navegador; somos más los que buscamos alternativas que nos ofrezcan la misma calidad, pero sin tantas desventajas.

Opera mini


opera-mini.jpg


Los mejores recuerdos que tengo de Opera fueron con Opera Mini, en una época donde no existían los smartphones aún, y las pantallas más modernas de un móvil eran del tamaño de la de un Gameboy Color, un navegador se destacó por encima de cualquier otro, simplemente no tenía igual. Opera mini sigue existiendo para iOS y Android, pero no es ni de lejos la primera elección de nadie.

Lo mismo pasa en el escritorio, recuerdo que cuando comencé a usar Twitter, por allá en 2008-2009, Opera estaba viviendo un gran momento, al menos desde mi punto de vista. Chrome apenas se hacía conocido, y Firefox cada vez era más lento y pesado, estigma que le ha costado mucho quitarse de encima desde entonces. Opera era una grandiosa alternativa, y por mucho tiempo fue mi navegador principal. Pero, como todo romance que llega a su fin, una vez que me acostumbré a las bondades de Chrome, Gmail se convirtió en mi servicio de correo favorito, y empecé a usar mi cuenta de Google para absolutamente todo... Opera y yo, terminamos.

Seis años después


usar-opera-2.jpg


Chrome tiene una característica que ningún otro navegador tiene, y es por eso que sigo usándolo como mi browser principal. Pero, eso no ha evitado que busque alternativas casi desesperadamente. Firefox es, por supuesto, el primero lugar familiar al que acudes, pero sigue sin causarme satisfacción y ni una semana duran nuestras aventuras.

Ya no existe versión de Safari para Windows, pero con lo terrible que era de todas formas, no veo mejor decisión que descontinuarlo. Yandex me causa tantas sensaciones de molestia que no se ni para qué mencionarlo. Internet Explorer no es tan malo como solía ser, pero solo decir su nombre en voz alta me molesta. Con Windows 10 llegó Microsoft Edge, pero hasta ahora se ha quedado en promesas incumplidas, y sin extensiones es simplemente un caparazón de navegador incompleto.

Es aquí donde entra el nuevo Opera. En el 2013 el equipo detrás de este navegador básicamente tiró el viejo Opera a la basura y decidió que debían basar el programa en Chrome. Es decir, en el proyecto open source detrás de Chrome: Chromium. Así como Opera, muchos otros navegadores menos conocidos usan ese código para crear sus propias versiones, y pues Opera es quien mejor lo ha hecho.

El nuevo Opera




No se ni cuantas personas se cansaron de recomendarme Opera, pero el hecho de que buscase una alternativa a Chrome y me manden a usar un navegador basado en Chrome, no hacía más que causarme rechazo a la idea. Que equivocada estaba.

Hace unos meses me dije "qué demonios", e instalé la versión más reciente de Opera en Windows. Vaya cambio. El último Opera que había probado me causó muchas decepciones, pero este, este es otra cosa. No solo aprovecha lo mejor de Chrome, es decir, podemos usar cualquiera de las extensiones disponibles para él, sino que su rendimiento es abismalmente superior.

Opera es minimalista, ligero, y rápido, más rápido que cualquier otro navegador que hubiese probado. ¿Les suenan estas palabras? Favor, mirar el primer párrafo.

La carga de páginas es suave y veloz, el consumo de recursos es muy, muy bajo, especialmente comparado con Chrome. El acceso rápido es cómodo. Al estar basado en Chrome tienes la gigantesca mayoría de sus ventajas, pero el navegador ha sido mejor optimizado que el de marca Google. Puedes crear una cuenta para sincronizar tus preferencias y marcadores, e importar los datos de otro navegador es extremadamente simple.

Opera además tiene varias características únicas que no consigues en Chrome, como el famoso modo turbo para ahorrar datos al navegar. Bastante más eficiente que el muy nuevo ahorrador de Chrome que apenas salva 2% de datos en el mejor de los casos. No me canso de recomendarlo, y aunque aún es mi navegador secundario, cada vez lo utilizo más. Consideren darle una oportunidad ya sea que uses Windows, OS X o Linux.

ONjZPtiwwTk


Continúar leyendo...