Conocemos dos sistemas de gestión de startups dispuestas a luchar contra la falta de formación: el tradicional autónomo a través de la aplicación móvil Quipu o el externalizado de IVC (International Venture Consultants).
Una buena idea a la hora de emprender es la base para empezar una startup. Lo que muchas veces ignora la gente es que detrás de ese maravilloso mundo de lanzarse a la aventura con ilusión existe un backstage menos bonito, poco agradable, complicado y tedioso. Pocos o ninguno sabe cómo llevar a cabo la gestión de una empresa, con sus nóminas, facturas, excels... la cual ocupa gran parte de la actividad de un emprendedor.
De la falta de formación en gestión surgen empresas dedicadas a intentar ayudarEstos tienen dos opciones: aprender a marchas forzadas o externalizar la actividad a alguien que sea como hacerlo, ambas con sus pros y sus contras.
Para los más confiados en sí mismos, con poco presupuesto, y a los que le gusta organizar todas las actividades de su empresa Quipu, una startup para startups, ha creado un software de facturación y contabilidad pero pensado para no contables. Según Roger Dobaño, CEO de Quipu, se propone que algo complicado se convierta en una tarea para todos:
"Lo que hacen es ocuparse de todas las tareas administrativas diarias de una empresa y automatizar al máximo procesos que son obligatorios para cualquiera pero de una forma simple para el usuario con una poca inversión de tiempo."
Al final, supone un sistema de renovación de un sector que permanece anclado en unos técnicas bastante tradicionales, y que tiene poca conciencia de los avances tecnológicos y de los cambios, pero que ofrece la posibilidad de aprender a hacerlo por uno mismo sin limitaciones ni requisitos, ayudando y complementando incluso la relación con nuestros gestores habituales.
Sin embargo, no todos confían en su capacidad gestora, y prefieren delegar. Por lo que desde algunas compañías se ofrece la externalización de la gestión. IVC, International Venture Consultants con casi 40 años de experiencia en el sector de la gestión de empresas ha decidido reconvertirse al mundo de las startups. Para Arkaitz Elizalde, representante de la compañía, la clave está en:
"Ofrecer un paraguas de cuatro soluciones que pasan por el desarrollo del negocio en momentos más tempranos de la compañía, gestión de recursos humanos, diseño de las operaciones financieras de la empresa y los cumplimientos legales y fiscales."
Puede suponer alejarse de la realidad de la empresa, pero aporta una estabilidad que muchas veces es necesaria para poder centrarse en el objetivo primordial de la startup, y quizá un descanso para muchos que temen meter la pata con una cuestión legal por puro desconocimiento. Su principal desventaja es que para poder acceder a estos sistemas es necesario que las empresas estén bien fondeadas, que ya tengan clientes, tengan ventas y una tecnología diferencial.
Ambas soluciones completamente viables pero, tanto para Quipo como para IVC, el problema parte de una misma base: la falta de formación e información. Porque la formación, como ya nos comentó Miguel Ángel Díez Ferreria en una entrevista, es la base de cualquier startup, pero no solo en cuestiones tecnológicas. El sector de la gestión de empresas requiere una actualización continua y un esfuerzo especial, especialmente en época electoral en la que se presentan un sin fin de reformas fiscales, en la que cambian prácticamente cada día. Y por otro lado, la escasa facilidad que existe en las administraciones para ayudar con estos servicios o lo lejanas que muchas veces parecen las propias gestorías.
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