
Seré tan delicado como un saiyan: Dragon Ball Z: Taiketsu es peor que una decepción: se trata de un despropósito total. Te lo digo sin paños calientes, lo cual no es bonito, pero es que como juego de lucha no hay por dónde salvarlo y todo el atractivo de basarse en la obra de Akira Toriyama juega completamente en su contra. Incluso lo destroza más. ¿Lo peor de todo? Si separas su ejecución y sus nefastas sensaciones jugables de sus propias premisas, podía haber sido un exitazo. El Dragon Ball FighterZ de la Game Boy Advance.
Desarrollado por Webfoot Technologies y publicado en el año 2003, Dragon Ball Z: Taiketsu llegó en un momento clave: con el cambio de milenio el fenómeno de Dragon Ball había derribado las barreras del Atlántico y el Pacífico y la emisión del anime en el nuevo continente estaba en su apogeo, de modo que había interés en que hubiese nuevos juegos. O, al menos, algo nuevo a lo que jugar en los sistemas de entonces. Lo que sea. Pero, como se suele decir, ten mucho cuidado con lo que deseas...
Bandai reaccionó ante esta enorme demanda levantando la saga Dragon Ball Z: Budokai y reeditando en la primera PlayStation títulos que hoy son recordados con mucha nostalgia, como DBZ: Ultimate Battle 22 o DB: Final Bout. Sin embargo, el panorama en nueva portátil de Nintendo era muy diferente gracias a que la americana Webfoot entró rápido y a tiempo en la franquicia con la trilogía de RPGs de Dragon Ball Z: Legacy of Goku. ¿Estaban preparados para hacer su propio juego de lucha basado en el manganime de culto? Ya te adelanto yo que no.
El sueño roto de Dragon Ball Z: Taiketsu

En Vida Extra
Al fin puedo decir que me han partido la cara con estilo después de seis años de decepciones ininterrumpidas
Que conste que hay errores que se entienden, como confiar en que Krilin sería capaz de presionar un enorme botón rojo para impedir que Cell alcanzara su forma perfecta. Luego vinieron los llantos. Pero lo de Dragon Ball Z: Taiketsu escapa a toda la razón: como juego era tan desastroso que parece haber sido desarrollado sin que nadie lo probase, completamente a escondidas de los responsables de la marca y desde una consola rota con la pantalla agrietada. ¿Una exageración? Si juegas una sola partida es imposible descartar esos tres factores.
Insisto, la premisa era valiente: no solo se quiso rescatar el extenso legado de Goku y sus amigos en los juegos de lucha 2D, sino ofrecer una experiencia de combate sin vuelos, ni pantallas divididas y más equilibrada de cara a los personajes. ¿Algo más competitivo a lo Street Fighter o Mortal Kombat? Lo cierto es que Dragon Ball Z: Taiketsu pudo haberse fijado en maravillas que empezaron a mostrar el camino como DBZ: Hyper Dimensions o la recreativa original, pero en lugar de eso nos dejó con una experiencia tan torpe como deslucida y frustrante.
Y pese a que tenía los ingredientes para ser un sueño cumplido, incluyendo el gancho de ofrecer a Broly por primera vez en un juego publicado en Estados Unidos (aquí ya lo tuvimos con Dragon Ball Z: La Légende Saien en SNES) la realidad es que al primer round aquel juego revelaba su naturaleza: la única aspiración cumplida de Dragon Ball Z: Taiketsu fue aprovechar el boom del anime. Ni más, ni menos y para completa decepción de los jugadores. ¿Qué es lo que fallaba?

De entrada, Webfoot Technologies se pasó la estética del anime por el arco del triunfo más allá de las ilustraciones en los menús. En lugar de sprites animados con cariño, se optó por modelos pre-renderizados convertidos en 2D con resultados que harían llorar a Toriyama. Y no sé si las lágrimas serían de rabia, de pena o de risa. Goku parece un maniquí de cera derretido, y personajes como Vegeta o Krillin están directamente desproporcionados. En el peor de los sentidos.
Pero es que en movimiento la cosa iba a peor. Sus animaciones eran torpes y robóticas. Los movimientos de los personajes son tan rígidos que hacen que los combates parezcan una pelea de muñecos de plastilina, y los controles no solo eran torpes sino que las reacciones, la respuesta y las físicas dan directamente pena. ¿Al menos se salva el sonido? Ni por esas: los efectos de sonido parecen sacados de una calculadora científica, y la música… bueno, digamos que está a juego con todo lo demás. Es genérica, repetitiva y olvidable. Lo bueno es que podías bajarla manualmente. Y el resto... también completamente insalvable.
Lo peor del juego de Dragon Ball mas malo es todo aquello que pudo ser
¿Cómo es posible que algo como Dragon Ball Z: Taiketsu exista? Bueno, es que la promesa era atractiva: tenemos nada menos que 15 personajes jugables, ataques especiales como el Kamehameha o el Final Flash, escenarios icónicos, y modos de juego como torneo, historia y multijugador con cable link. ¿Qué podía salir mal? Spoiler: casi todo.
Un dato curioso: el único personaje que permanece transformado es Broly. Todos los demás solo usan su máximo poder al ejecutar los ataques definitivos. Y eso, cuando la selección de luchadores llega hasta la saga de Bu, es una decepción más. Especialmente cuando tienes a Goku Super Saiyan en los menús y la portada del propio juego. Con todo, y siendo justos, todos los efectos visuales del juego, incluyendo cañonazos de energía o la expulsión de aura, también son una calamidad en sí misma. Pero no lo peor del juego.

Como ya comenté, el principal pecado de Taiketsu es su sistema de combate. Pese a que los personajes de Toriyama son relativamente fáciles de adaptar a las consolas y la pequeña pantalla de Game Boy Advance podía maquillar los resultados, lo que hicieron fue un destrozo que podía haberse amortiguado con unas buenas sensaciones jugables. Y, visto con perspectiva, había un plan: a diferencia de otros juegos basados en Dragon Ball cada luchador cuenta con movimientos únicos, ataques especiales y combos.
La otra realidad: en la práctica es un festival de machacar botones en el que cualquier atisbo de la estrategia es una pérdida de tiempo. Los controles son muy torpes, la respuesta es lenta, y al colisionar no hay fricción, sino que los personajes se sienten como muñecos goma que se empujan entre sí. Pero es que los ataques especiales, lejos de ser espectaculares, se ejecutan con animaciones lamentables y con efectos completamente decepcionantes. Sin la energía ni el estilo de Toriyama.
¿Una opinión subjetiva y exagerada? En absoluto. Como podrás ver a continuación, Dragon Ball Z: Taiketsu es un despropósito de principio a fin para los fans de Goku y sus amigos y una pesadilla para los enamorados de la lucha.
Lo más desconcertante de Dragon Ball Z: Taiketsu es cómo se tira por tierra la oportunidad de emplear la licencia. En lugar de aprovechar el rico universo de Dragon Ball o ganarse a quienes buscaban un juego de lucha explosivo, nos topamos con combates sin alma, escenarios genéricos y una IA que no parece haber sido probada por nadie. Y pese a que había diferentes modos de juego, ni siquiera el multijugador enriquece la experiencia.
Y no es que la consola no pudiera con un buen juego de peleas. Street Fighter Alpha 3, Guilty Gear X y hasta una versión a medida de Tekken demostraron que era posible tener combates fluidos y visualmente atractivos en Game Boy Advance. Pero es que imposible no pensar que Dragon Ball Z: Taiketsu existe por y para responder a una demanda dando por sentado que los personajes de la carátula amortiguarían las quejas y las decepciones. Y, no te lo negaré, en parte tenían razón.
Dragon Ball Z Taiketsu, el juego que nadie pidió
Dragon Ball Z: Taiketsu es un juego torpe, mal diseñado y terrible de ver en pantalla. Una decepción presentada en formato de cartucho Game Boy Advance. Una patada directa al orgulloso legado saiyajin que se había construido durante años en consolas. ¿Algo que parecía hecho por fans? ¡Ja! Ya quisieran.
El título de Webfoot Technologies era y sigue siendo el peor juego de lucha de Dragon Ball Z jamás lanzado, y con diferencia, así como un ejemplo de cómo no adaptar una franquicia querida a un género en el que la precisión y la jugabilidad lo son todo. Aderezando sus fracasos con gráficos mediocres y una total falta de alma. Siendo un recordatorio de que tener una licencia poderosa no garantiza calidad.

Es más, ni siquiera te podría asegurar que en algún momento Dragon Ball Z: Taiketsu quiso ser épico. Por loco que suene uno de los programadores, Patrick Alphonso, se atrevió a meter una foto de su familia en los créditos que saltaba al introducir una secuencia de botones al asomar su nombre. Suena absurdo, porque es absurdo, pero ese era el nivel de control y respeto por la obra de Akira toriyama dentro del desarrollo que había en aquel juego.
Pero si algo nos enseña Dragon Ball Z: Taiketsu, es que ni siquiera una franquicia tan poderosa como Dragon Ball está a salvo de las malas decisiones. Un juego que no se arregla ni con las Dragon Balls y que ni el Ultra Instinto puede defender. Siendo es recordado con una mezcla de vergüenza... ¿y fascinación? Bueno, quizás, hay algo entrañable en su fracaso: hasta los errores forman parte de la historia del videojuego. Y Taiketsu, con todos sus defectos, es parte de esa historia.
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La noticia El despropósito de Dragon Ball Z: Taiketsu. El peor juego de Goku es una patada al orgulloso legado saiyajin en consolas fue publicada originalmente en Vida Extra por Frankie MB .
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