La historia de la tecnología está llena de "y si..." y Apple tiene una lista interminable de ideas que se quedaron en el laboratorio. Hoy desbloqueamos nuestro iPhone con la mirada sin pensarlo, pero hubo un momento, durante el desarrollo del primer iPhone, en que la compañía consideró seriamente que la mejor forma de acceder a tu teléfono era girando un pomo de puerta digital. Sí, como lo lees. Un pomo.
Para entender por qué se plantearon algo así (y por qué fue descartado), hay que viajar al 23 de diciembre de 2005. El iPhone es todavía un proyecto secreto en Cupertino y el mercado de los teléfonos, un páramo de usabilidad dominado por Nokia, Blackberry e incluso Windows Mobile.
Del lio de botones a la "manecilla digital"
Si tuviste un móvil en los 2000, conoces bien estos gestos: para evitar llamar a alguien por error desde el bolsillo, los fabricantes como Nokia o Motorola te obligaban a hacer contorsionismo con tus dedos: Menú + asterisco en menos de un segundo. El iPhone llegaba para cambiarlo todo acabando el teclado físico, pero eso creaba un nuevo problema: con una pantalla táctil gigante, el riesgo de pulsaciones accidentales se multiplicaba.
Bas Ording, el legendario diseñador de interfaces de Apple (el padre del "efecto rebote" del scroll), dijo que el equipo de diseño entró en una espiral de pruebas para solucionar esto. Probaron gestos con dos dedos, pulsaciones simultáneas en puntos distintos... y entonces llegó la idea entre todas las ideas: una manecilla de puerta virtual.
En aquel momento, y bajo una visión skeumorfista, tenía todo el sentido del mundo. Porque cualquiera sabe cómo abrir una puerta. Si pones un pomo en la pantalla que hay que girar, el usuario entenderá la metáfora. Pero, en la práctica, eso no funcionaba.
La regla de oro: si no se puede con una mano, no sirve
Al equipo le gustaba la analogía de la puerta, pero la ejecución era incómoda. Intentar girar un objeto circular en una pantalla plana requería una precisión extraña o, peor aún, el uso de las dos manos. Y ya sabemos la obsesión de Jobs: el iPhone debía poder usarse con una sola mano. Si tenías que soltar tu café para desbloquear el móvil, el diseño no era lo suficientemente bueno. El "pomo virtual" se descartó por esa simple razón de usabilidad.
Entonces Bas y su equipo tuvieron que volver a la pizarra. Necesitaban un gesto que fuera:
- Largo y deliberado: para evitar accidentes en el bolsillo.
- Horizontal: porque un deslizamiento vertical era demasiado fácil de activar al sacar el móvil del pantalón.
- Intuitivo: que no requiriera manual de instrucciones, como la pulsación de dos botones de los Nokia.
De esa necesidad nació el "Slide to Unlock". Cuando Steve Jobs deslizó ese botón gris sobre la barra negra en 2007, la audiencia soltó un jadeo de asombro. Era magia. Era la solución perfecta. Tanto es así que aquella patente de 2005 se convirtió en uno de los activos más valiosos de la compañía. De hecho, Apple usó esa patente como arma principal en su larga guerra legal contra Samsung, argumentando que copiar ese gesto era copiar el alma del iPhone.
Un gesto que murió... y ha resucitado en 2025
El "deslizar para desbloquear" parecía inmortal, pero con la llegada de iOS 10 en 2016 y la velocidad del Touch ID (y luego Face ID), el gesto se volvió innecesario. Desapareció de nuestras vidas, relegado al museo de la nostalgia. O eso creíamos.
Porque la historia es cíclica y, a veces, el pasado tiene la solución a los problemas del futuro. Con una de las últimas versiones de iOS 26, Apple ha traído de vuelta el gesto de deslizar, pero esta vez con una misión: evitar que te quedes dormido.
Hasta ahora, apagar la alarma del iPhone era demasiado fácil: un simple toque en la pantalla táctil, en "Detener" en vez de "Posponer". Un toque erróneo y adiós alarma, hola llegar tarde al trabajo. Por eso, a partir de iOS 26.1, llegó el "Deslizar para apagar".
Al igual que en aquel momento de 2007, te obliga a hacer un gesto consciente, un esfuerzo físico mínimo pero suficiente para despertar al cerebro. La misma lógica que usó el equipo de diseño en 2005 para evitar llamadas de bolsillo, aplicada ahora para evitar sueños involuntarios. Porque el pomo virtual no pasó el corte, pero el deslizamiento fue tan buena idea que, dos décadas después, ha vuelto para salvarnos de nosotros mismos.
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La noticia El iPhone estuvo a punto de tener un "pomo virtual" en la pantalla. Steve Jobs lo descartó por una razón de peso fue publicada originalmente en Applesfera por Guille Lomener .
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