Concebidos inicialmente para usos militares, estos vehículos aéreos no tripulados han cobrado relevancia con sus uso comerciales, desde cartografía, envío de paquetes, video, fotografía, hasta monitoreo de cultivos y protección.
Su facilidad para penetrar en áreas de alto riesgo o de difícil acceso sin necesidad de la intervención humana ha puesto a estos sistemas aéreos en el punto de mira.
Los drones tienen el potencial de salvar vidas Agricultura y situaciones de emergencia son dos de los ámbitos en los que más se está moviendo la industria de los drones. Las legislaciones en muchos casos están impidiendo un desarrollo más rápido en otras áreas.
Los invitados de esta semana, Paola Santana y Andreas Raptopoulos fueron los pioneros en el uso de drones para envíos de paquetes de forma autónoma. A través de su proyecto Matternet originado en Silicon Valley han conseguido entrar en las oficinas de Amazon, DHL o Corres (en España). A pesar de haber conseguido estos clientes, ellos quieren centrar su idea en el transporte de paquetes de comida o emergencias en el tercer mundo.
Están trabajando para que zonas con problemas de acceso, movilidad, lugares que no tienen infraestructuras o comunidades aisladas estén lo suficiente abastecidas mediante drones, un sistema de transporte que no depende de calles ni carreteras. Uno de los retos más importantes para garantizar la seguridad de vuelo en estos drones, que realizan transportes fuera de la vista de pilotos y de forma totalmente autónoma. Para ello se analiza el tiempo de los trayectos, condiciones meteorológicas, y rutas óptimas para el transporte.
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