¡Habemus secuela! Esta es una de esas publicaciones cuya historia viene de lejos... aunque no tanto como otras que he escrito. El origen se sitúa a comienzos del pasado del mes de junio, cuando metí la patita por primera vez en Monster Hunter World. Nunca antes había jugado a un juego de esta franquicia, así que fue toda una experiencia.
A modo de resumen, me postulé como el peor cazador de monstruos en la historia de la franquicia. El ridículo fue histórico porque elegí el arco como arma inicial. Tuve que aceptar la humillación y regresar a la base para cambiar de armamento. Todo fue un poco mejor con la espada y el escudo, pero el ridículo ya no me lo quitaba nadie. Aparqué mis aspiraciones para Monster Hunter Wilds.
Un nuevo comienzo en Monster Hunter Wilds
La beta de Monster Hunter Wilds lleva disponible unos días en PlayStation y sobra decir que no he dejado pasar la oportunidad de echar unas cuantas horas. No solo me he divertido mucho, también me he redimido de mi lamentable actuación en Monster Hunter World.
Comienzo mi aventura en Monster Hunter Wild después de crear a un personaje más o menos estándar (lejos de ser el definitivo) y a mi compañero gatuno Mizifuh. La aventura arranca con una secuencia de acción bastante emocionante en un desierto. La presentación de la trama, los personajes y controles básicos da pie al momento que espera cualquier jugador de Monster Hunter: el armamento.
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¿A que no adivinas mi elección para el arma inicial? Alma me recomienda la Ballesta ligera después de realizar varias preguntas sobre mi estilo de juego. Por un segundo casi escojo la Lanza Pistola. Y haciendo honor a eso de que la historia es cíclica, acabo seleccionando el Arco. Te prometo que no fue a conciencia.
Monster Hunter Wilds no se anda con chorradas y enseguida te tira encima al primer monstruo: un Chatacabra, que viene a ser una rana enorme. Tengo un trama enorme con este tipo de monstruos en videojuegos gracias a The Witcher 3: Wild Hunt y Star Wars Jedi: Fallen Orden, así que lo primero que hago es poner tierra de por medio.
Recibo unos cuantos golpes mientras lanzo mis primeras flechas y aprendo cómo funcionan los diferentes ataques, pero Mizifuh hace un buen trabajo al atraer la atención del bicho durante bastante tiempo. El monstruo huye tras varios minutos de combate. El juego me enseña a pedir refuerzos mientras lo persigo y veo el cielo abierto: tres aliados NPCs. El sapo gigante no vuelve a molestarme. Aprovecho los disparos certeros en las heridas para destruirlo en poco tiempo.
¡Este inicio es muy diferente al que tuve en Monster Hunter World! Lo cierto es que me siento muy bien tras matar a mi primer monstruo en Wilds, como si el juego me hubiese acogido mucho mejor que su hermano mayor. La historia de la beta finaliza aquí, pero lo bueno solo acaba de comenzar. Ahora puedo explorar la zona libremente.
La aventura me envía a por un Doshaguma Alfa, una especie de híbrido entre oso y bisonte gigante. Va en manada. Cometo el error de abrir el combate en solitario y el pobre Mizifuh no da abasto entre el Alfa y su acompañante. El resto de la manada huye despavorida al impactar la primera flecha en su líder. Intento mantener distancias con los monstruos y disparar flechas siempre que puedo. Me gusta mucho el Arco, pero desde luego no es para jugar en solitario.
Los Doshaguma huyen de la zona y se adentran en una tormenta eléctrica. "¿Dónde demonios vais, cobardes?", le digo a la pantalla mientras echo mano de mi montura para perseguirlos. El juego me recuerda el uso de las bengalas y no dudo ni un segundo en utilizarlas. El combate se convierte en un caos monumental debido a la tormenta y a que los Doshahuma no saben a quién atacar.
Vuelven a escapar hacia unas dunas. Allí entablamos combate una vez más. Veo la silueta de varios monstruos enormes retorcerse en el horizonte, ahora oscurecido por la tormenta. Veo como un enorme dragón (o lo que demonios sea eso) se aproxima hacia la zona de combate. Continúo disparando al Dohaguma, pero mis ojos están fijos en la criatura voladora. Paso auténtico terror durante unos segundos, pero suspiro aliviado al verlo pasar de largo.
El Doshaguma continúa huyendo y en una de estas huidas se pone a luchar contra otro bicho. Pongo mucha atención en no dañar a su adversario. Vuelve a iniciar la persecución al darse cuenta de que no puede ganar esa batalla. Me sorprende mucho ver que sus movimientos ahora son mucho más lentos. Las animaciones reflejan tanto cansancio como dolor por las heridas. No puedo dejar de flipar.
Provoco un derrumbe de rocas sobre el monstruo para frenarlo. Se retuerce de dolor en el suelo. Admito que me siento un poco mal, porque en ningún momento dejo de acribillarlo a flechazos. Empiezo a pensar que estoy haciendo algo mal, que seguro que hay una forma más rápida de matarlo para evitarle tanto sufrimiento. ¿Pero qué demonios voy a saber yo? Soy completamente nuevo en Monster Hunter.
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Huye nuevamente. Esta vez corre hacia una preciosa pradera e inicia un combate con el enorme dragón de antes. Lanza ataques eléctricos y le mete un chispazo de 500 de daño, similar al que le provoqué previamente con el desprendimiento. Mis flechas le hacen entre 6 y 20 de daño. No tarda en darse cuenta de que va a morir si sigue ahí, así que vuelve a escapar hasta un callejón sin salida.
"Estás muerto, compañero". Lo encuentro totalmente agotado y destrozado. Sus animaciones reflejan a la perfección que le cuesta moverse. Son pesadas y lentas. Aun así, logra sacar fuerzas y sube el ritmo de la pelea durante uno o dos minutos. Le acaba pasando factura.
Y aquí es donde se me rompe el corazón: el Doshaguma intenta huir a duras penas y acaba tumbándose en medio de la arena de combate. Se queja del dolor. Cada flecha que disparo aumenta más mi culpabilidad. Obviamente se ha rendido. Una de ellas impacta en su cara y lo activa nuevamente... pero solo para caer muerto un minuto después.
Sé que Monster Hunter va de cazar monstruos, pero estoy seguro de que no soy el único que empatiza con ellos. Capcom ha hecho un gran trabajo con las animaciones de cansancio y dolor del Doshaguma. Es obvio que hay mucho trabajo de investigación y creativo detrás. Por suerte, la siguiente cacería en la partida de otro jugador no se alarga tanto como la mía. En compañía es mucho mejor.
En la publicación de Monster Hunter World dije que me convertiría en un maestro asesino de monstruos y creo que esta incursión en la beta de Monster Hunter Wilds se puede considerar mi primer paso hacia ese objetivo. Lo cierto es que me ha sacado muchas sonrisas durante estos días, así que mi viaje continuará en el juego final. Y quién sabe, quizás acabe cazando a los monstruos más temibles. El tiempo dirá.
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La noticia No tengo ni puñetera idea de cazar monstruos gigantes, pero quiero convertirme en todo un experto en Monster Hunter Wilds tras probar su Beta fue publicada originalmente en Vida Extra por Alberto Martín .
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