Las autoridades medioambientales en Irlanda han encargado la puesta en marcha de un proyecto que pretende comprobar la calidad del agua de los lagos en el país mediante drones. Se trata de una iniciativa llamada a emplear los RPAS para recoger muestras de agua dulce, con el fin de examinarla posteriormente en laboratorio.
Como hemos visto en otras ocasiones las capacidades del dron sustituyen un trabajo de corte más manual o esforzado, que hasta el momento no se ha automatizado. La recogida de muestras la suelen realizar técnicos que necesitan desplazarse hasta el propio lago y recorrer ciertos puntos del mismo, con el obtener un resultado fiable de la calidad en el conjunto de la masa de agua.
En este caso los drones ahorrarían una buena cantidad de tiempo a los técnicos en los desplazamientos. Para probar el nuevo método, la Enviromental Protection Agency (EPA) de Irlanda ha encargado al Marine & Freshwater Research Center formar a un equipo multidisciplinar y ha dotado a la iniciativa de 132.000 euros.
Con esta financiación y en el plazo de dos años, los técnicos, entre los que se cuentan químicos especializados en calidad de agua, biólogos, ingenieros y piloto de drones, deberán comprobar en qué medida ayudan los drones a evaluar la calidad del agua en los lagos. Con los resultados se podrá definir la estrategia futura y la cabida que tienen estos RPAS en la tarea a partir de ese momento.
Los investigadores pretenden comprobar si los drones son más rápidos a la postre, garantizan costes más bajos y permiten guardar un protocolo de recogida de muestras más seguro. Aunque también se verá si las aeronaves no tripuladas pueden servir para monitorizar un mayor número de lagos con respecto a los que se controlan hoy en día. Y es que unos de los requisitos para certificar la potabilidad del agua o incluso el baño es que se practiquen este tipo de controles de calidad. Si estos no se hacen sencillamente se advierte contra el uso del agua, pero esto no quiere decir que su análisis sea negativo en la mayoría de las ocasiones.
Imágenes: Joachim S. Müller
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Como hemos visto en otras ocasiones las capacidades del dron sustituyen un trabajo de corte más manual o esforzado, que hasta el momento no se ha automatizado. La recogida de muestras la suelen realizar técnicos que necesitan desplazarse hasta el propio lago y recorrer ciertos puntos del mismo, con el obtener un resultado fiable de la calidad en el conjunto de la masa de agua.
En este caso los drones ahorrarían una buena cantidad de tiempo a los técnicos en los desplazamientos. Para probar el nuevo método, la Enviromental Protection Agency (EPA) de Irlanda ha encargado al Marine & Freshwater Research Center formar a un equipo multidisciplinar y ha dotado a la iniciativa de 132.000 euros.
Con esta financiación y en el plazo de dos años, los técnicos, entre los que se cuentan químicos especializados en calidad de agua, biólogos, ingenieros y piloto de drones, deberán comprobar en qué medida ayudan los drones a evaluar la calidad del agua en los lagos. Con los resultados se podrá definir la estrategia futura y la cabida que tienen estos RPAS en la tarea a partir de ese momento.
Los investigadores pretenden comprobar si los drones son más rápidos a la postre, garantizan costes más bajos y permiten guardar un protocolo de recogida de muestras más seguro. Aunque también se verá si las aeronaves no tripuladas pueden servir para monitorizar un mayor número de lagos con respecto a los que se controlan hoy en día. Y es que unos de los requisitos para certificar la potabilidad del agua o incluso el baño es que se practiquen este tipo de controles de calidad. Si estos no se hacen sencillamente se advierte contra el uso del agua, pero esto no quiere decir que su análisis sea negativo en la mayoría de las ocasiones.
Imágenes: Joachim S. Müller
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