
- Aviso: spoilers de The Witcher 3: Wild Hunt
He vivido experiencias maravillosas e inolvidables gracias a los videojuegos. La cruzada de Kratos en God of War, las aventuras de Nathan Drake en Uncharted, las guerras contra otras especies en Gears of War, Warhammer 40K: Space Marine y Helldivers 2, la defensa de Nueva York en The Division o los viajes por la historia en Assassin's Creed. Pero ninguna me ha calado tanto como la búsqueda de Geralt de Rivia.
The Witcher 3: Wild Hunt acaba de cumplir 10 años. Ha pasado una década desde que el juego de CD Projekt Red llegó a mis manos en uno de los peores momentos de mi vida. Me ayudó a salir adelante y me ha acompañado a lo largo todos estos años en los buenos y malos momentos. De hecho, te relaté mi última aventura con Geralt de Rivia en VidaExtra con capítulos semanales hasta llegar al final de la historia principal.
Ahora quiero rendirle un pequeño tributo recordando 10 momentazos (o no tanto, ya lo entenderás) que me marcaron muchísimo y que recordaré toda mi vida... o al menos el tiempo que me permita mi mente. The Witcher 3: Wild Hunt caló muchísimo en mí y forma parte de los pilares que sostienen muchas de mis ideas actuales sobre los videojuegos.
Índice de Contenidos (10)
- Huerto Blanco
- Cenagal del Jorobado
- The Wolven Storm de Priscilla
- La Cueva de los Sueños
- La elección de Triss y Yennefer
- La Defensa de Kaer Morhen
- La Isla de las Brumas
- Relación con Ciri y elección final
- Hearts of Stone
- Blood and Wine
Huerto Blanco
El inicio de The Witcher 3: Wild Hunt es especial para cualquier fan. La cinemática introductoria y el entrenamiento en Kaer Morhen son geniales, pero creo que coincidirás conmigo es que Huerto Blanco tiene algo mucho más especial. Se trata de la "región tutorial" del juego y tiene gracia... porque en casi todas mis partidas he tardado más de 10 horas de juego en superarla.
La zona está diseñada para que aprendas todo lo que implica ser un brujo y lo que te espera más allá: guerra, desesperación, crueldad, mentiras, injusticia... Para mí, destacan dos momentos: la icónica pelea en el bar, donde descubres la profunda xenofobia de los humanos, y el encuentro contra "La Bestia de Huerto Blanco", un grifo que se ha visto obligado a atacar debido al despotismo humano. Este mundo te enseña que hay algo peor que los golpes de crueldad intensa: la crueldad constante e incansable.

Cenagal del Jorobado
La historia del Cenagal del Jorobado, que implica al Barón Rojo y las Moiras, es la primera que hace malabares con tus valores morales. Te aprieta las tuercas muy fuerte con maltratos, engaños, bebés no natos, brujería y pactos imposibles. Jamás he acabado este arco con la sensación de haber ganado y no conozco a nadie sensato que piense diferente. Y precisamente por esta razón es uno de mis momentos favoritos de The Witcher 3: el juego te enseña a dudar de ti mismo y a pensar qué podrías haber hecho mejor, porque cada decisión cuenta, como en la vida misma.
Siento un odio muy visceral por las Moiras o Damas del Bosque. Pocos personajes de videojuegos han conseguido hacerme sentir tanto asco y falta de empatía por la vida, las suyas. Me considero una persona justa, negociadora y que acepta los grises dentro y fuera de los videojuegos (siempre trato de ser yo mismo), pero estas tres desgraciadas sacan mi bárbaro interior. No porque sean especialmente malvadas, sino porque tejen una red de mentiras y medias verdades con las que siempre ganan de un modo u otro.

The Wolven Storm de Priscilla
No soy el único fan que ha escuchado en bucle la canción The Wolven Storm de Priscilla o Callonetta en la taberna de Novigrado. Lo sé muy bien. Se trata de un momento muy emotivo y sustancial para cualquiera que sepa un mínimo sobre el universo de The Witcher, ya que la letra está dedicada a Geralt y Yennefer, como bien indica la propia trovadora en un diálogo posterior.
Habla sobre la complicada relación entre ambos personajes, desde los vaivenes hasta el lazo mágico que los une. Es un pequeño momento único de belleza y tranquilidad en mitad de una ciudad consumida por el odio, el fanatismo y la podredumbre intelectual. Tanto la melodía como la letra estarán siempre grabadas a fuego en mi mente.

La Cueva de los Sueños
Existen muchas misiones secundarias memorables en The Witcher 3: Wild Hunt. Diría que es uno de los puntos fuertes del videojuego. La Cueva de los Sueños es con toda seguridad una de mis favoritas, pese a que la descubrí durante una de mis últimas partidas. Tiene lugar en las Islas de Skellige. Es divertida e hilarante... hasta que deja de serlo.
La cueva se compone de varias salas y en cada una enfrentas los miedos y/o pesadillas de cada personaje. Hay cosas de lo más variadas, desde criaturas salvajes hasta asuntos sin resolver con familiares. También hay un "momento Kojima" con una ballena espiritual que cruza uno de los pasillos entre cavernas. Es genial hasta que llegas al final. Y es que esta misión revela uno de los mayores miedos de Geralt: la cacería salvaje. Esta es la única vez que puedes enfrentarte a Eredin antes del enfrentamiento final. Es una misión interesante cuanto menos.

La elección de Triss y Yennefer
Para mí, Triss y Yennefer han tenido su propia trama en The Witcher 3: Wild Hunt a lo largo de los años. No recuerdo haberme interesado por ningún otro personaje, ni siquiera Shani del DLC Hearts of Stone. He vivido el romance con ambas, casi siempre con Triss... pero diez años dan para cambiar mucho en la vida real y por extensión en el videojuego.
Conozco ambas historias al completo, hasta el retiro final en Toussaint de Blood and Wine. He estado enamoradito de Triss durante muchos años, desde la primera partida, e incluso hoy me costaría mucho despedirme de ella en el puerto de Novigrado. Es el interés romántico más divertido y alegre de Geralt con diferencia. Pero Yennefer... creo que fue en la cuarta o quinta partida, después de dos años sin jugar, cuando me sorprendí a mí mismo: me atraía mucho más la compañera original de Geralt.

Y nunca miré atrás. Lo cierto es que el romance de Triss me gusta mucho, pero Yennefer tiene algo especial. Su misión de elección, El Último Deseo, es genial y la bruja tiene una frase que me encantó sobremanera: "Geralt, ya me conoces. Mis elogios son poco frecuentes, pero sinceros", le dice a Geralt mientras le acaricia la cara en una de las misiones en las que buscan a Ciri. Y ahí me conquistó para siempre. También cuando tiró la cama por el torreón de Kaer Morhen. ¡Cómo reí!
La Defensa de Kaer Morhen
No me importa admitir que lloré como un crío en esta sección del juego. Es uno de mis momentos favoritos debido a la epicidad de la batalla, pero lo que dejó una marca muy profunda fue la muerte de Vesemir. Pocas muertes en videojuegos me han destruido el alma tanto como esta. Ver a Ciri completamente devastada no ayudó lo más mínimo. Y mucho menos el entierro. The Witcher 3: Wild Hunt demostró una vez más que hay muy poco espacio para la felicidad en su universo.
Aunque no todo es tristeza y devastación en esta sección. Tras lo ocurrido, tiene lugar la guerra de bolas de nieve entre Ciri y Geralt. No exagero al decir que para mí es el momento más bonito y emotivo de todo el videojuego, más incluso que el final. Aquí también se me escaparon unas lagrimitas, pero esta vez fueron de felicidad.

La Isla de las Brumas
Hay que ser un desalmado para no sentir auténtico pavor durante esta misión. No por la isla en sí misma, sino por el momento en el que cumples con las exigencias de los enanos y encuentras finalmente a Ciri, tumbada en una cama y aparentemente muerta. Es una escena descorazonadora en la que Geralt no necesita decir ni una sola palabra porque sus caras ya lo dicen todo. Por suerte, Ciri está viva y comparten otro de esos momentos bonitos.
Más allá de todo lo que acontece, recuerdo esta sección de The Witcher 3: Wild Hunt por otras dos razones: es una referencia a Blancanieves y Ciri describe uno de sus viajes al futuro, algo que muchos fans relacionamos con Night City de Cyberpunk 2077. Si estuvo realmente, no dejó ningún rastro destacado. Pero CD Projekt Red dejó cositas.

Relación con Ciri y elección final
Por si no lo has notado, siento mucho cariño hacia Ciri. Te acabas encariñando más de lo normal cuando te metes tanto en la experiencia. Ocurre algo similar con Ellie de The Last of Us, aunque personalmente no me pegó tan fuerte como la aspirante a bruja. Para mí, la relación con Ciri es un momentazo en sí mismo de The Witcher 3: Wild Hunt.
Tratar con Ciri no siempre es fácil. Puede ser impulsiva, cabezota y demasiado emocional, pero escucharla y saber guiarla tiene recompensa. Ya he mencionado que la guerra de bolas de nieve es la escena más bonita del juego, pero hay otros tres momentos en los que me sentí muy en sintonía con ella:
- Durante su venganza con las Moiras: siempre he elegido acompañarla en su venganza contra las Moiras y siempre lo haré. Ambos las detestamos y creo que darle la oportunidad de enfrentarse a ellas es el camino correcto.
- Destrozando el despacho de Avallac'h: aquí Ciri tiene un momento de profunda inseguridad. Descubre que Avallac'h había estudiado su linaje y tenía planes para ella. Puedes abordar la situación con seriedad o, una vez más, acompañarla en su deshago, que pasa por destrozar toda la habitación. Yennefer no aprueba los métodos, pero sí el fin: dar a Ciri lo que necesita en ese momento.
- La elección final: conozco todos los finales de The Witcher 3: Wild Hunt, pero siempre he obtenido el mismo. Apoyo a Ciri en todas sus decisiones, aunque siendo sincero cuando creo que no lleva razón, y esto pasa por comprender que antes o después debe enfrentarse a su destino. Le deseo buena suerte. Y cuando vuelve le enseño el oficio con Golondrina, su nueva espada de brujo.

Hasta ahora he hecho un poco de trampa al presentar momentos que no son exactamente momentos o enmascarando varios en uno. Soy consciente. Pero ahora voy a hacer trampas a otro nivel. No soy capaz de escoger un solo momento de los dos últimos puntos. Lo he intentado, prometido.
Hearts of Stone
Creo que el dlc Hearts of Stone está infravalorado dentro de lo valorado. La historia principal es preciosa e ingeniosa dentro de lo cruda que puede llegar a ser en muchos momentos. La boda con Shani tiene varios momentos muy graciosos. Por otro lado, el romance fallido entre Olgierd von Everec e Iris von everec es tan bonito como desgarrador, y desentrañar los engaños de Gaunter O'Dimm fue todo un desafío.
Fui de los jugadores que eligieron comprender a Olgierd von Everec, creo que es lo más interesante de todo el dlc. Es el momento más memorable. Aquí The Witcher 3: Wild Hunt volvió a demostrar que siempre se mueve entre grises y que la decisión moral más evidente no siempre es la mejor ni la que tendrá mejores consecuencias.

Blood and Wine
¿Por dónde empiezo y acabo con Blood and Wine? Todo el dlc me parece un momentazo, es uno de los mejores que he jugado nunca con diferencia. Podría dedicarle toda una publicación al romance de Dettlaff y Sylvia Anna, a la amistad de Regis y Geralt y a la relación de hermanas de Henrietta y Sylvia. También tiene la misión de la Dama del Lago y la casa donde Geralt y Yeneffer/Triss se retiran definitivamente.
Pero quiero hacer honor a mi palabra, así que elijo un solo momento: el mundo de Cuentos de Hada de las hermanas, una macroreferencia a las versiones originales de los cuentos de hada de Disney. El más destacado es Rapunzel, que puedes encontrarla ahorcada con su propio pelo en la torre. También los tres cerditos, Jack y las habichuelas mágicas y más. ¡Hay hasta una referencia a Dark Souls!

Me parece una locura que The Witcher 3: Wild Hunt acabe de cumplir diez años. Podría estar hablando durante días y aun así me faltaría tiempo. Y más si entro a comentar mi partida en La Marcha de la Muerte (máxima dificultad) con la opción de enemigos mejorados (siempre a tu nivel o superiores). La pelea final contra Dettlaff casi me hace llorar en su momento. En cualquier caso, ojalá dure otros diez años y The Witcher 4 lo deje a la altura del betún, porque eso significará que volveré a estar perdidamente enamorado de esta franquicia.
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La noticia Estos son los 10 momentazos de The Witcher 3: Wild Hunt que no olvidaré en mi vida fue publicada originalmente en Vida Extra por Alberto Martín .
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