Tres luchadores, un torneo de artes marciales y la venganza como combustible. Fatal Fury: King of Fighters fue la chispa de una saga que no solo se atrevió a devolverle la mirada a Street Fighter II, sino que demostró el arrollador poderío y ambición de SNK tanto en sus propuestas arcade como en los sistemas Neo Geo. ¿El enésimo clon a rebufo del fenómeno de Capcom en los arcades? Técnicamente es su hermanastro por parte de padre: Takashi Nishiyama lo planteó como el sucesor espiritual del Street Fighter original.
Lanzado originalmente bajo el nombre de Garou Densetsu: Shukumei no Tatakai, lo cual se traduce literalmente como "La leyenda del lobo hambriento: La batalla del destino", la primera entrega de la saga Fatal Fury derrochaba montones de ideas, la ambición de un cartuchazo con 55 Megas de poderío en su versión doméstica y, en el proceso, varias mecánicas que quedaron descartadas durante el proceso de desarrollo de Street Fighter y su secuela y que aquí fluían de manera natural llenando la pantalla de efectos loquísimos y técnicas especiales.
Liderando la iniciativa tres nombres que se convertirán de manera automática en iconos de los salones recreativos: Terry Bogard, Andy Bogard y Joe Higashi. Los únicos tres personajes seleccionables del primer Fatal Fury. Visto con perspectiva hoy podrían parecer pocos, pero la cantidad final de oponentes que ofrecía el juego completo era la misma que la del juego de Capcom, de modo que una vez seleccionado nuestro luchador tendríamos que dejarnos los nudillos contra otros ocho adversarios.
¿Lo mismo con otros personajes? Las diferencias se notaban nada más empezar a jugar, dando más cancha a la trama subyacente, los pasos laterales o el empleo de ataques especiales; y éstas cobraban una nueva dimensión si otro echaba una moneda (o enchufaba un segundo mando) y se unía a una partida en curso: antes de iniciar el combate entre los jugadores era posible enfrentar a dos protagonistas contra el luchador que estaba siendo controlado por la máquina.
Siendo justos, esa idea de habilitar que dos jugadores cooperen para vencer a la máquina solo estará presente en esta entrega inaugural de Fatal Fury y, como muchas otras aportaciones hechas a la saga, quedará descartada conforme llegaron nuevos títulos; pero sobra decir que los dueños de los salones arcade estaban contentísimos con aquello de habilitar la entrada de más monedas. Porque el ritmo de juegos de lucha de Neo Geo se disparó a partir de este punto y de un modo u otro los tres protagonistas del primer King of Fighters estarán presentes en todos.
Índice de Contenidos (9)
- El sucesor espiritual del primer Street Fighter
- ¿Qué hace especial la saga de Fatal Fury?
- Fatal Fury y el estilo Neo Geo en la edad dorada de la lucha arcade
- Del canto del cisne de Mark of the Wolves a la integración de Terry y Mai en Street Fighter
- Terry Bogard en Fighting Layer EX
- Mai Shiranui en Dead or Alive 5 y Dead or Alive 6
- Geese Howard en Tekken 7
- Terry Bogard en Super Smash Bros. Ultimate
- City of Wolves: un nuevo amanecer para Fatal Fury
El sucesor espiritual del primer Street Fighter
Las comparaciones de la saga Fatal Fury con los juegos protagonizados por Ryu, Ken y Chun-Li no solo son obligadas, sino que pasan a ser trascendentales para entender de dónde nace toda la saga. De entrada, el primero de los juegos se desarrolló en paralelo a Street Fighter II y pese a que tan solo había tres luchadores seleccionables, técnicamente, SNK estaba triplicando la cantidad que sus creadores ofrecían frente a su anterior videojuego: como comentamos, Takashi Nishiyama e Hiroshi Matsumoto desarrollaron el Street Fighter de 1987. Como resultado se podría decir que el juego de Capcom y Fatal Fury: King of Fighters son dos ramas que brotan del mismo tronco.
Nishiyama visualizó Fatal Fury: King of Fighters como el legítimo sucesor del juego de lucha que él mismo desarrolló introduciendo innovaciones que se manifestaban nada más empezar a jugar: de partida se mantenía el sistema de ocho direcciones y ataques especiales, solo que ahora únicamente se emplean tres botones (puñetazos, patadas y agarres) y antes de jugar o durante la partida se ofrecen las pistas para ejecutar las técnicas básicas o los movimientos especiales. Con todo, lo más llamativo es que, incluso siendo un juego 2D, se introdujeron los pasos laterales.
La idea en torno a los pasos laterales le daba matices adicionales y algo de estrategia al conjunto y pasaba por crear escenarios en los que los luchadores podían alternar entre luchar al frente y al fondo. No caminando como en los Beat'em Up como Final Fight, sino a través de saltos o "cambios de plano". Así, un jugador no solo podía esquivar un golpe o proyectil saltando, sino moviéndose y ganando cierto margen hasta que el adversario decidiese seguirlo o esperar a que regresase. Con todo, en algunos fondos no se podía hacer estos movimientos al estar ocupados por público o elementos del escenario.
En muchos aspectos, el propio Nishiyama referred se refirió literalmente al primer Fatal Fury como "mi Street Fighter II", y pese a que todas las ideas iniciales no acabaron pasando el corte, muchas se añadirán en las entregas posteriores o Art of Fighting, la saga hermana de Garou Densetsu que -se mire como se mire- en cuestión de contenido o jugabilidad sí se apegaba mucho más a la estela de la secuela de Capcom.
Como curiosidades, y al igual que el Street Fighter original, no había luchadoras o personajes femeninos. Por otro lado, muchos de los luchadores planteados evolucionaron a los que conocemos actualmente o pudieron debutar en las secuelas.
Sin embargo, había un concepto en mente durante su desarrollo: ofrecer protagonistas que rompiesen con los clichés de los karatekas o artistas marciales del resto de juegos de lucha como Yie Ar Kung Fu. Tenían que lucir como auténticos luchadores callejeros, empezando por el rostro principal de la saga: un Terry Bogard capaz de despertar la simpatía de los jugadores. Una sensación que, como verás, quedaba todavía mejor plasmada en cada combate cuando su carácter era tan opuesto al serio de su hermano Andy.
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Casi me da un infarto durante una partida de Escape From Tarkov. Y no solo me refiero a mi personaje principal
¿Qué hace especial la saga de Fatal Fury?
Más allá del sistema de lucha, la manera de plantear el juego era una evolución total del Street Fighter de 1987: tres héroes participaban en un gran torneo de artes marciales cuyas reglas se resumen ganar al menos dos de las tres rondas de las que se compone cada combate. Y pese a que todo transcurría en una misma ciudad (South Town) en lugar de a escala mundial, el resto de participantes exhibía técnicas y clichés procedentes de todos los rincones del planeta, incluyendo un brasileño experto en capoeira, un ex-campeón de Muay Thai de Tailandia o un colosal wrestler australiano.
Sin embargo, a diferencia de los juegos de Capcom, la evolución de Street Fighter planteada desde SNK le dió menos presencia a los combos, los movimientos base o el equilibrio entre luchadores de Street Fighter II para enfocarse en las dos grandes flaquezas del juego original: un trasfondo muy bien definido y un protagonismo mucho más acusado de las técnicas especiales. Algo que se reflejaba a la perfección en el trío de protagonistas y cómo era posible entender sus características y diferencias incluso cuando estaban fuera de combate.
La historia de Fatal Fury: King of Fighters se narraba con un pequeño cómic (o manga) centrado en cómo Geese Howard, el organizador del torneo King of Fighters y dueño en la sombra del imperio criminal de South Town, asesinaba a su rival Jeff Bogard. Años después Terry y Andy Bogard, los hijos adoptivos de este, regresarán a la ciudad sedientos de venganza, sumando fuerzas con Joe Higashi, el actual campeón de Muay Thai quien, por cierto, tiene alguna rencilla pendiente entre los participantes.
¿Tres protagonistas que abrazan los clichés? SNK puso un énfasis especial tanto en sus repertorios de golpes como a la hora de hacer personajes que rebosasen personalidad propia.
| Terry Bogard | Andy Bogard | Joe Higashi |
---|---|---|---|
Sprite | | | |
País | Estados Unidos | Estados Unidos | Japón |
Estilo | Hakkyokuseiken combinado con lucha callejera | Hakkyokuseiken combinado con técnicas ninja Shiranui-ryuu | Muay Thai |
Hobbies | Jugar videojuegos | Entrenar | La lucha |
Fobia | Las babosas | Los perros | Tener que vestirse de manera formal |
No soporta | El tabaco | Ser superado por Terry | Tener que vestirse de manera formal |
Deporte favorito | El baloncesto | El ciclismo | Cualquiera que implique combates |
Comida favorita | La comida rápida | El Natto | Tiras de caimán fritas |
Música favorita | El Rock | Ninguna. Le gusta el silencio | Enka |
Habilidad especial | Adivinar las tallas y medidas de las mujeres de un vistazo | Meditar | La seducción (con un éxito del 99%) |
Pese a que los juegos de Capcom y SNK se desarrollaron a la vez, y dado que Street Fighter II ya había salido antes, durante las últimas fases antes del lanzamiento se trató que la versión final de Fatal Fury: King of Fighters se alejase lo más posible del juego protagonizado por los World Warriors y que -de manera merecida- se convirtió en un fenómeno casi instantáneo. Algo que, por otro lado, no impidió las comparaciones pero sí hizo que se eliminase a un luchador de sumo o que se retocase el diseño de Andy Bogard, quien originalmente se iba a parecer mucho más a la estrella de artes marciales Loren Avedon.
A los manos, aquel sucesor espiritual del primer Street Fighter era un derroche de talento con ideas muy claras: los personajes eran enormes, detallados y expresivos. Todos los escenarios estaban ubicados en la misma ciudad pero estaban muy contrastados entre sí dándole un extra de color a las partidas y las fases de bonus se sentían como auténticos minijuegos. Pero lo más loco fue cómo se acomodó aquella excelencia arcade a sistemas domésticos con la Neo Geo, la Rolls Royce de las consolas.
¿Un rival o un clon de Street Fighter? Más bien, una alternativa. SNK le daba mucha más presencia e importancia a las técnicas especiales tanto de los protagonistas como de los enemigos no jugables, de modo que era un juego de lucha, pero también había elementos propios de los juegos de acción arcade con sus rutinas de los jefazos finales con transformaciones incluidas. Al final del camino, un imponente Geese Howard que coronaba la iniciativa mientras aportaba el desafío definitivo a los héroes y quienes estaban a los mandos.
Fatal Fury: King of Fighters tuvo una estupenda acogida como juego, pero sobre todo como alternativa al título de Capcom. Sobra decir que el arrollador éxito a nivel mundial de Street Fighter II no se llevó por delante, pero en el proceso SNK logró algo valiosísimo en la época: tener su propia gran saga de lucha. Una que no solo se expandiría en recreativos y consolas Neo Geo con conversiones para SNES, Mega Drive o X68000 de la mano principalmente de Takara, sino que supusieron la primera piedra para lo que pasará a ser una sucesión de franquicias, incluyendo la espectacular secuela de Fatal Fury o la aclamada serie de The King of Fighters.
Fatal Fury y el estilo Neo Geo en la edad dorada de la lucha arcade
Mientras Capcom extendía magistralmente el fenómeno de Street Fighter II con revisiones, conversiones para todos los sistemas existentes y un pulido constante, SNK decidió que la saga Fatal Fury debía crecer a partir de nuevas entregas lanzadas de manera periódica y spin-off potentísimos. De este modo, en noviembre de 1992 y tan solo un año después de Fatal Fury: King of Fighters llegará la gran secuela de aquel juego con montones de lecciones aprendidas, ocho personajes seleccionables y, entre ellos, un torbellino revolucionario llamado Mai Shiranui. La Chun Li de SNK. Apenas 9 meses después, la edición que marcará el nuevo estándar de calidad por parte de sus creadores: Fatal Fury Special. ¿La secuela de una secuela? Digamos una reedición espectacular a la que hoy le pondríamos la etiqueta de "Deluxe".
Pese a que SNK había entrado en una dinámica en la que bombardeaba sin piedad los arcades y sus consolas Neo Geo con nuevos juegos de lucha, con cada nueva entrega numerada se daba un salto de calidad colosal. Cada secuela no solo lucía mejor que su precedente, sino que estaba más cuidada, pulida a los controles y se seleccionaba de maravilla qué aspectos se mantenían, cuales se reforzaban para aumentar la emoción y, por supuesto, se sopesaba qué no había funcionado. Pero es que, además, la historia de los luchadores también también crecía y evolucionaba. Cincelando las personalidades de sus protagonistas y dándole matices únicos a cada recién llegado.
En 1995 el boom por los juegos de lucha había explotado y empezaron a llegar grandes cambios. Capcom dio un rodeo improvisado a la continuidad de su saga estrella a través de la serie Street Fighter Alpha apoyándose en la revolucionaria placa CPS2, mientras que SNK ya tenía montones de franquicias ocupando cada vez más máquinas recreativas (Samurai Shodown, Art of Fighting, World Heroes... incluso The King of Fighters' 94) y, de cara a Fatal Fury llegó un gran cambio: Hiroshi Matsumoto, quien co-creó el Street Fighter original, se lanzó con la tercera entrega y todas las que llegaron después.
Fatal Fury 3 era una tercera entrega alucinante y un golpe sobre la mesa dentro del género y, sobre todo, la saga. De los dos planos a la hora de dar pasos laterales pasamos a tres y, en el proceso, se introducen nuevos estándares que se acuñarán junto con la saga Street Fighter Alpha como las guardias aéreas, las cancelaciones de movimientos o un sistema de evaluación de nuestro desempeño que determina la dificultad con la que abordaremos nuestros próximos combates. Además, pese a transcurrir todo en South Town, Matsumoto recuperó del primer Street Fighter la posibilidad de escoger entre oponente antes del combate entre cuatro posibles rivales.
A partir de este punto, pasado el ecuador de la década de los 90s, podemos definir que los juegos de lucha experimentaron una transición hacia el 3D, pero las sagas Street Fighter y Fatal Fury no renunciaron a la estética pixelada sino que se diversificara, de modo que:
- Las siguientes entregas principales de la saga Garou Densetsu continuaron evolucionando a través de la trilogía Real Bout Fatal Fury, optando por seguir la línea evolutiva de Fatal Fury 3, aunque desde la comodidad de expandir la trama sin responder a las limitaciones de las entregas numeradas.
- Mientras que en 1999 la propia SNK arropó el escueto catálogo de Neo Geo 64 con un Fatal Fury Wild Ambition en el que la franquicia daba el salto definitivo a las 3D. Y pese a que los modelos para la época y la tecnología no estaban mal, por el camino se dio un paso en falso a la hora de retener la jugabilidad.
La otra realidad, la expansión de SNK y su despliegue por la lucha arcade se pasó una brutal factura tras el cambio de milenio y el ocaso de los salones recreativos a nivel mundial. En consecuencia, tuvo que limitar sus esfuerzos a proyectos muy, muy específicos, reteniendo a los personajes de Fatal Fury como invitados estelares dentro de sus propias sagas y más allá. Sin embargo, todavía quedaba un último gran juego antes de cerrar esta etapa dorada.
Del canto del cisne de Mark of the Wolves a la integración de Terry y Mai en Street Fighter
La popularidad de Fatal Fury jamás se pudo medir con la de Street Fighter o su saga hermana de The King of Fighters. Se hicieron conversiones de las entregas principales para prácticamente todos los sistemas e incluso versiones a medida para Game Boy, Game Gear y hasta Neo Geo Pocket. Sin embargo, y pese a la primera de las muchas crisis que atravesó SNK afectó a su saga de lucha, todavía quedaba una última gran entrega por ofrecer a los enamorados de las recreativas y los sistemas Neo Geo: Garou: Mark of the Wolves.
Más que una cuarta entrega de Fatal Fury, lo de Garou: Mark of the Wolves era el inicio de una nueva etapa con los benditos píxeles de SNK, un nuevo protagonista como eje central de la trama y un estilo de lucha que abrazaba sin complejos la base de Street Fighter barriendo para casa las sensaciones a los mandos. Ahora no había pasos laterales, los medidores y rondas funcionaban igual que en los juegos de Capcom y se tomó prestada la idea del exitoso parry de Street Fighter III con un "Just Defense" que le sentaba de maravilla al gran reclamo de la iniciativa: Terry volvía, pero los jugadores tenían una nueva generación de personajes para escoger.
Por desgracia, Garou: Mark of the Wolves se desarrolló siguiendo las mismas pautas de las anteriores entregas de Fatal Fury, y eso implicó que su final quedó abierto e inconcluso: toda la trama giraba en torno a Rock, el hijo biológico de Geese Howard y discípulo de Terry Bogard -quien regresaba mucho más curtido- en una búsqueda personal de respuestas a lo largo de la ciudad de South Town. Y ojo, en el proceso conocimos al discípulo de Andy Bogard o los hijos de la estrella coreana Kim Kaphwan. Como resultado: un nuevo clásico instantáneo, pero también el canto del cisne de la saga Garou Densetsu.
Pese a que los personajes principales y más populares de Fatal Fury siguieron apareciendo dentro de las sagas de SNK y crossovers (incluyendo las dos entregas de Capcom vs. SNK y cada título de SNK vs Capcom) lo cierto es que durante 25 años la compañía de Osaka no ninguna entrega de la franquicia. Otra cosa es que se resistiese a reeditarla en todos los sistemas: los clásicos tuvieron nueva vida a través de lotes recopilatorios, colecciones, la Consola Virtual de Nintendo o el sello ACA NEO GEO de Hamster, entre muchas iniciativas, o plataformas de juego como AntStream.
Con todo, el legado de los héroes de Fatal Fury jamás se apago entre los enamorados de los juegos de lucha, de modo que sus protagonistas y antagonistas encontraron el modo de continuar en forma y repartiendo estopa dentro de todas las grandes sagas y franquicias del género más allá de SNK:
Terry Bogard en Fighting Layer EX
Mai Shiranui en Dead or Alive 5 y Dead or Alive 6
Geese Howard en Tekken 7
Terry Bogard en Super Smash Bros. Ultimate
Terry Bogard y Mai Shiranui en Street Fighter 6
Pese a que Kula también apareció en Dead Or Alive 6, la lectura que podemos hacer al poner en común todas estas colaboraciones y apariciones estelares como luchadores plenamente integrados en otros juegos de lucha se hace sola: pese a que The King of Fighters es y ha sido el buque insignia de SNK desde el estreno del primer juego, los fans de los juegos de lucha siempre han tenido una predilección especial por el Team Garou. Y eso nos lleva a su largamente aplazada resurrección.
City of Wolves: un nuevo amanecer para Fatal Fury
Tras resucitar las franquicias de The King of Fighters y Samurai Shodown, y con el impulso adicional de llevar a las mayores estrellas de la saga a Street Fighter, la actual SNK regresa a sus raíces y retoma la que dejó inconclusa con Garou: Mark of the Wolves con Fatal Fury City of Wolves. Un nuevo salto de la franquicia a los modelos 3D, pero también un retorno a la jugabilidad y la esencia de la entrega más querida por los fans de los juegos de lucha. O, al menos, así quedó patente en la última entrega hecha por SNK y Capcom desde el Battle Hub de Street Fighter 6.
La premisa que rodea Fatal Fury City of Wolves es triple: dar continuidad a esa nueva era iniciada con el cambio generacional de Mark of the Wolves, añadir todo ese contenido y planes que quedaron guardados durante décadas en algún cajón y, en el proceso, conquistar a los actuales enamorados de los juegos de lucha con mecánicas innovadoras y un online competitivo respaldado por Rollback Netcode.
De hecho pese a que en esta ocasión no tendremos ese característico pixel art de SNK, la estética y el ritmo de Fatal Fury City of Wolves es la evolución directa del juego de 1999. Siendo un legítimo sucesor como lo fue cada entrega numerada de la saga de SNK de su predecesora y, como estas, siendo plenamente consciente de que tendrá que batirse con lo mejorcito de un género nacido en recreativas, pero que ahora vive una nueva edad dorada en los hogares.
¿Lo más singular de todo? Si bien Terry o Mai Shiranui asomaron en Street Fighter 6 como uno de los mejores homenajes jamás hechos a la saga Fatal Fury; SNK corresponderá con su eterna rival y ahora mejor aliada añadiendo a esta nueva etapa para su saga a dos de los personajes con más gancho: Ken Masters y Chun Li aparecerán como invitados estelares en Fatal Fury City of Wolves. Cerrando un ciclo de más de 30 años, pero manteniendo con vida una competitividad innata entre ambas franquicias que, a su modo, son hermanas del mismo padre y se complementa hoy más que nunca.
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La noticia Fatal Fury: nacimiento, evolución y resurrección de la saga de SNK que le plantó cara a Street Fighter fue publicada originalmente en Vida Extra por Frankie MB .
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