
Ganar el premio Pulitzer es una de las mayores distinciones dentro del mundo del Periodismo, pero Roger Ebert consiguió algo inaudito en 1975. Mientras trabajaba para el periódico Chicago Sun Times fue reconocido con la distinción, pero logró ser el primer crítico de cine que se llevaba tal galardón. Su labor en dicha disciplina fue muy extensa, ya que la realizó durante décadas y sus opiniones se convirtieron en referencia.
Aunque Ebert se centraba en el terreno del cine, lo cierto es que también tuvo tiempo para reflexionar acerca del mundo del videojuego. Causó mucha controversia su opinión de que los videojuegos, en principio, no podrían ser arte, ya que "nadie, ni dentro ni fuera del ámbito, ha sido capaz de citar un juego digno de compararse con los grandes poetas, cineastas, novelistas y poetas".

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Sin embargo, moderó su visión con el paso de los años hasta reconocer que "es muy posible que algún día un videojuego pueda ser un gran arte", pero lo que sí que parecía imposible es que llegase a disfrutar jugando de alguno. Llegó a jugar a Myst, aunque no tuvo paciencia para superar los diferentes desafíos de la aventura gráfica.
A su vez, Ebert también relató un momento en el que un empleado de Sony le ofreció prestarle una PlayStation 3 y una copia del juego Flower, pero admitió haber demorado intencionalmente la oferta y haberla rechazado. Cuando podíamos abandonar toda esperanza, resulta que el 1 de septiembre de 1994 publicó un artículo en el que relataba su experiencia con Cosmology of Kyoto y confesó haber disfrutado jugando en formato CD-ROM.
"Los gráficos son cautivadoramente efectivos, con un formato panorámico horizontal. Los personajes están dibujados con rasgos faciales vívidos, una mezcla entre los dibujos animados del arte japonés medieval y las exageraciones de la animación japonesa moderna. Las voces están llenas de personalidad, a menudo provocativas, provocativas o sensuales. Da la sensación, ilusoria pero seductora, de que uno podría vagar por este mundo indefinidamente. Este es un juego maravilloso."
El estudio japonés SoftEdge fue el responsable de desarrollar este videojuego que es toda una rareza de la industria, hasta el punto de que su secuela se creía perdida hasta hace bien poco. Es difícil acceder a Cosmology of Kyoto, pero si Ebert fue cautivado a la hora de explorar la ciudad japonesa en la época medieval, seguro que hay que darle un tiento.
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La noticia Ganó el Pulitzer y siempre pensó que los videojuegos no eran arte, pero hubo un solo juego que sí disfrutó Robert Ebert fue publicada originalmente en Vida Extra por Juan Sanmartín .
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