
El menor, junto a otro amigo de 15 años, abrió a mediados del verano pasado una cuenta en Google Adwords creyendo que iban a recibir beneficios por los contenidos subidos a una rudimentaria página web que había creado sin embargo, lo que en realidad estaban haciendo era todo lo contrario, contratar los servicios de publicidad de Google.
La familia, que ya ha puesto el caso en manos de un abogado, achaca este grave error a la facilidad con la que los menores pudieron contratar este servicio pues la compañía tan sólo exige una dirección web, un correo electrónico y una cuenta bancaria, sin verificar la identidad del contratante ni que este sea mayor de edad.
Google ha facturado ya más de 100.000 euros en publicidad a este menor
A comienzos del pasado mes de agosto, la entidad bancaria alertó a Inma Quesada, madre del menor de 12 años que estudia primero de la ESO, de que en su cuenta bancaria se estaban recibiendo unos “anómalos” cargos procedentes de Google Ireland. Fue entonces cuando descubrió que ya adeudaba al gigante del buscador la increíble cifra de más de 100.000 euros.

Para hacerse ricos a través de internet, los dos niños abrieron una cuenta en Google AdWords, la plataforma de publicidad de Google. Al parecer habían entendido exactamente lo contrario, pensaban que recibirían dinero cuando en realidad, lo que estaban haciendo era contratar publicidad. Así, en apenas un par de semanas, la cuenta bancaria que habían asociado a su cuenta de AdWords y a su sitio web quedó en números rojos y con una gigantesca deuda.
¿Un trámite sin control?
Al parecer, el proceso para contratar este tipo de servicios es excesivamente sencillo o, más bien, carente de controles, lo que permitió al menor contratar publicidad de su sitio web sin ningún tipo de impedimento.
Desde el diario La Información señalan que la propia asistencia técnica de Google les ha confirmado que “sólo es necesario aportar una cuenta de correo, una cuenta corriente y el sitio o página web que se pretende publicitar, en el caso de particulares”. Tan sólo cuando el contratante es una empresa se solicita en correspondiente CIF.
De esta forma, según relata la familia, sin que se verifique la edad ni la identidad, el menor pudo comenzar a contratar la publicidad para su sitio web.
Y comenzaron a llegar los cargos
Una vez contratada la publicidad a través de Google AdWords, la compañía comenzó a efectuar las facturaciones remitiendo los cargos a la cuenta de ahorros del niño, que él mismo había aportado. Las alertas de estos cargos eran enviadas al teléfono móvil del niño y por lo visto, éste las confundía con pagos. Los cargos efectuados fueron de 50 euros, 100, 150, 638, 917, 1500, 18000 y un último cargo este mismo lunes 26 de septiembre por importe de 78.000 euros.
Sumando cantidades, el menor, o más bien su familia, debe en estos momentos más de 100.000 euros a Google.
Los padres no se explican cómo es posible que un niño haya sido capaz de ordenar ese gasto sin que saltaran las alertas en la firma que ofrece ese tipo de servicios. Sobre todo por los ingenuos contenidos de la página web de los chicos, alojada además en un proveedor gratuito.
La familia del menor ya ha puesto el caso en manos de un abogado que se ha ofrecido de manera desinteresada a llevarles el caso. Habrá que esperar para ver cómo evoluciona sin embargo, lo más probable es que finalmente la empresa tome el hecho como una chiquillada y desista de seguir adelante. O no.
El artículo Google reclama más de 100.000 euros a un niño de 12 años ha sido originalmente publicado en Androidsis.
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