
Siempre he sido de los que dejan el iPhone boca arriba. Es lo lógico, ¿no? La pantalla está a mano, puedes ver la hora de un vistazo... vamos, lo que el sentido común nos dice que hay que hacer. Durante años, con mi iPhone 16 Pro, el 15 Pro Max y el 14 Pro, he ido saltando de tamaño, pero nunca me había planteado cambiar esta costumbre tan básica.
Hasta que hace unas semanas, con mi iPhone 17 Pro Max, decidí cambiar algo. Simplemente activé la pantalla siempre activa por primera vez y... bueno, ahí empezó todo.
La pantalla siempre activa: bonita, pero distractora
No ha sido hasta este año cuando he activado la funcionalidad de pantalla siempre activa. Sí, ya sé que está disponible desde el iPhone 14 Pro, pero siempre tuve la sensación de que gastaba más batería. Y, sobre todo, que me distraía mucho.
Pero como la batería del iPhone 17 Pro Max me dura tanto (es una barbaridad, de verdad), me decidí a activarla. Y la verdad es que el iPhone se ve mucho más bonito con la pantalla siempre activa. Además, te viene bien para ver la hora, las notificaciones, etc.
El problema vino después. Desde que la activé, el iPhone me incitaba mucho más a tocarlo. No era tanto el consumo de batería en sí, porque ya te digo que la batería es muy buena. Pero sí que... te llama la atención constantemente.

Un día lo puse boca abajo (y descubrí algo)
Entonces empecé a ponerlo boca abajo. Antes me daba "miedo" porque siempre he pensado en la protección de la pantalla. Yo no utilizo ni cristal templado ni funda, así que imagínate. Pero este año Apple ha reforzado el cristal de una manera increíble. Tras tres semanas de uso intensivo, la pantalla está intacta.
Además, tengo un escritorio de madera, y a veces lo pongo encima de la agenda o algo así, por lo que cero preocupaciones. La cosa es que al ponerlo boca abajo, la pantalla siempre activa se desactiva automáticamente. Y ahí empezaron a aparecer tres beneficios que quiero compartir contigo.

Beneficio número uno: más batería (por partida doble)
El primer beneficio es obvio: ahorro de batería. Pero hay un factor doble aquí que quiero explicarte.
- Primero, la pantalla siempre activa está desactivada cuando el iPhone está boca abajo. Eso ya es un ahorro directo de energía.
- Segundo, y esto es importante: todas las notificaciones que entran no encienden la pantalla. Porque aunque yo desactive la pantalla siempre activa y me entre una notificación, si no llevo el Apple Watch puesto, se me va a encender la pantalla. Ahí ya, quieras que no, hay consumo.
En mi caso, que recibo bastantes notificaciones porque trabajo en remoto, gestiono redes sociales y el iPhone es mi herramienta de trabajo principal después del Mac... imagínate. Llegan muchas notificaciones que tengo que atender. No al instante, pero no puedo tampoco eliminarlas, porque si no las tengo en el centro de notificaciones, se me pasan por alto. Entonces, al estar boca abajo, se ahorra batería. Y la verdad, se nota.

Beneficio número dos: concentración (lo que más he ganado)
Esto es lo más importante para mí. No puedo meter el iPhone en una caja fuerte, pero reconozco que lo consultaba más de lo debido. Mi trabajo salía igual, pero podía hacerlo más rápidamente si no me distraía tanto.
El iPhone es la herramienta de distracción número uno. Siempre terminaba entrando en X, en Instagram o hablando con un amigo que no toca. Y después... se nos va el tiempo.
Al dejar el iPhone boca abajo, mi productividad ha mejorado mucho. A la hora de redactar artículos, ahora lo tengo dado la vuelta y me concentro de otra manera. Sé que es un gesto simple y que parece una tontería, pero a mí me ha ayudado muchísimo.
No tienes la pantalla ahí para mirarla de reojo, ni estás al salto de cada notificación. Quieras que no, al no tener tan fácil la pantalla... inconscientemente no la miras. Podría ponerlo en modo No molestar, sí. Pero a lo mejor quiero que me entre una llamada. O hay momentos en los que sí necesito estar disponible. Es mucho más sencillo girar el iPhone y olvidarte.

Beneficio número tres: privacidad extra
Este es el último beneficio, pero no por ello menos importante. Ahora mismo trabajo solo en casa, así que no es mi mayor preocupación. Pero algún despiste en el trabajo, en la oficina o incluso en casa... me ha pasado con alguna notificación de un amigo. O cosas que pueden salir de contexto.
Incluso iconos de aplicaciones que no quiero que vean. No es que esté utilizando Tinder hoy en día, pero ya me entiendes, ¿no? Si trabajas en una oficina o compartes espacio con más gente, tener el iPhone boca abajo es mucho más privado. Nadie puede ver quién te escribe ni qué tienes en la pantalla.

Mi recomendación: pruébalo una semana
Ya me he hecho a este hábito. La verdad es que no me arrepiento para nada. Si quieres probarlo, yo sí te recomendaría tener un cristal templado si te preocupa la pantalla. Aunque con los modelos nuevos, la resistencia ha mejorado bastante.
Quería compartir esto contigo por si te apetece sumarte y probar. No es nada del otro mundo, pero los pequeños cambios a veces son los que más marcan la diferencia.
Te animo a probar una semana poniendo el iPhone boca abajo y ver qué ganas. Yo he ganado un poquito más de batería y, sobre todo, mucha más concentración. Estos tres beneficios (batería, concentración y privacidad) han hecho que ahora lo haga siempre.
Seas del equipo "siempre boca arriba" o no, si has llegado hasta aquí es porque el tema te ha llamado la atención. Así que anímate, pruébalo. No tienes que hacerlo todo el día. Empieza por las horas de trabajo o cuando necesites concentrarte... y comprueba cuánto más productivo puedes ser. A mí me funciona.
En Applesfera | iPhone 17 Pro, análisis: potencia, cámara de vapor y ocho lentes en el bolsillo. Todo un iPhone Ultra en esencia
En Applesfera | iPhone Air, análisis: el iPhone que llega del futuro
-
La noticia He cogido la costumbre de dejar mi iPhone boca abajo. La batería dura más, pero esa no es la única razón por la que ahora lo hago siempre fue publicada originalmente en Applesfera por Guille Lomener .
Continúar leyendo...