Huawei presentó durante el Mobile World Congress la segunda versión de su reloj inteligente. Se llamó Huawei Watch 2, y, por extraño que parezca, es un paso atrás respecto a su excelente predecesor.
Un reloj es mucho más que un instrumento de medición. Conectan con las personas de una forma muy íntima. Su diseño exterior, el mecanismo interno, los materiales, la precisión de su manufactura, el valor que representa… Son aspectos que van más allá de la simple medición del tiempo.
Con la incursión de las grandes empresas tecnológicas en la industria relojera, muchas han ignorado esa clase de atributos y se han centrado única y exclusivamente en el área tecnológica. El mejor ejemplo fue Samsung, cuyos primeros relojes inteligentes se describían con dos sencillas palabras: terriblemente desagradables.
Huawei fue una de las pocas tecnológicas que sí logró comprender la importancia de atributos como el diseño, los materiales o la precisión en la manufactura. Atributos que los relojeros han mimado durante años.
Huawei, en cambio, fue una de las pocas compañías que sí logró comprender el valor de estos atributos en sus productos. Para ellos, un reloj inteligente no solo debía ser inteligente y funcional; también debía cumplir con todos los atributos que, durante años, los mayores relojeros del mundo han mimado en cada una de sus creaciones. Y así nació el Huawei Watch en 2015, el mejor reloj con Android Wear hasta el momento.
Dos años más tarde, Huawei decidió volver a realizar una incursión en este campo aprovechando la llegada de la segunda versión de la plataforma Android Wear —pese al escepticismo de su propio CEO sobre los relojes inteligentes y su utilidad—. Las expectativas eran relativamente altas —al fin y al cabo, Huawei era una de las pocas tecnológicas que parecía haber comprendido realmente cómo los relojes inteligentes debían ser concebidos—, pero su primera aparición pública y oficial acabó siendo un fracaso de dimensiones parejas al abandono de Fernando Alonso en la Indy 500.
Huawei Watch 2.
Huawei Watch original.
Todo lo que hizo al primer Huawei Watch recibir tantos elogios había desaparecido por completo en su sucesor. Los materiales, la construcción premium y, cómo no, el gusto. Los tres decidieron marcharse de los headquarters de Huawei en Shenzhen. Y el resultado fue un reloj barato (en sensaciones, no en precio) y feo. La forma perfecta de definir semejante creación sería algo así como “Huawei ha hecho el Casio de los relojes inteligentes”. Y todos saben a qué icónico reloj Casio me refiero.
Si al menos fuera económico, la apuesta de Huawei tendría punto de agarre capaz de sostener el peso de su terrible estética y construcción. Pero la compañía exige 329 euros a cambio de la versión más económica y 379 euros por la versión con 4G LTE. Para dar contexto: el Apple Watch más económico tiene un precio de 339 euros; el Samsung Gear S3, 395 euros; y el Gear S2 Classic (la versión premium), se vende en Amazon por 240 euros. En otras palabras: Huawei no se desmarca en precio ni siquiera con su modelo más asequible.
Es sorprendente que el sucesor de un producto sea, en muchos aspectos, inferior a su predecesor
Pero la situación va más allá. El Huawei Watch Classic —mucho más atractivo y elegante, muy próximo en prestaciones y compatible con Android Wear 2.0— se puede encontrar en Amazon por menos de 300 euros. ¿Qué argumentos puede usar Huawei para adquirir un Huawei Watch 2 en lugar de su predecesor?
4G LTE. Si optas por la versión 4G LTE (379 euros), el Watch 2 gana enteros frente a cualquier otra alternativa. Y lo hace de forma inmediata. Eso sí, prepara para aumentar tu tarifa mensual y pagar un suplemento por una segunda SIM. Ah, y también prepara el cargador, porque la buena autonomía del Watch 2 se ve perjudicada.
Sensores. El Watch original carecía de NFC y GPS, dos sistemas que permiten pagos móviles y localización en tiempo real. El Watch 2 los tiene, y si los valoras, son un buen añadido —especialmente el GPS—.
Más allá de estos dos puntos, no hay nada que el Watch 2 pueda hacer para conquistar usuarios. En el resto de aspectos es igual o inferior a su predecesor. Y la competencia, especialmente Samsung y Apple, parecen comprender mucho mejor el mercado de lo que la compañía China ha demostrado con este producto.
Como reloj, la propuesta de Huawei es un retroceso a 2013. Han olvidado la importancia de ser atractivo, cómodo e invisible.
Si a esta situación se le suman pequeños pasos atrás como el incremento del grosor o la reducción del tamaño de pantalla (que dificulta algunas operaciones sobre la misma), el resultado es, justamente, el título que empleé durante el Mobile World Congress: más Huawei, menos Watch. Y ese es el mejor resumen de lo que representa el Huawei Watch 2.
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