Bien es sabido que Bob Kane fue, junto a Bill Finger, la figura encargada de dar vida al mismísimo Batman. El dúo colaboró para sacar adelante un personaje que se ha convertido en uno de los mayores referentes del mundo superheroico, aunque parece que Kane tuvo alguna que otra dificultad para dibujarlo.
Gracias a su estatus de leyenda en DC Comics, el artista consiguió firmar un contrato especial con la editorial por el cual la empresa estaba obligada a comprar todo el material que presentara bajo su firma, pagando una tarifa muy alta. Sin embargo, Kane recurría a una práctica habitual a mediados de siglo, la cual consistía en contratar a otros artistas para que hicieran el trabajo por él. Luego, presentaba las páginas a DC como si él mismo las hubiera dibujado, embolsándose la diferencia.
Un sistema muy lucrativo por el que sacaba partido de Lew Sayre Schwartz y Sheldon Moldoff, hasta el punto de que Kane se acostumbró a no hacer absolutamente nada él, pero recibiendo todo el crédito. Las sospechas en las oficinas de DC sobre que Kane no dibujaba eran grandes, pero nadie alzó la voz, pero en 1964 el editor Julius Schwartz decidió ponerse un poco juguetón.
Él era el encargado de supervisar los títulos de Batman y Detective Comics, así que un día le realizó a Bob Kane una petición muy sencilla, tal y como cuenta en su blog Mark Evanier.
"Una vez que Bob Kane dejó las páginas, le pedí una revisión rápida en un panel. Batman estaba golpeando a alguien y yo quería que fuera un golpe al estilo Marvel con un gran puño saliendo directamente hacia el lector. Bob dijo: 'De acuerdo, me llevaré la página a casa, la arreglaré y te la traeré mañana'. A estas alturas, yo sabía que iba a hacer que algún asistente la rehiciera, así que decidí divertirme un poco con él.
Le dije: 'No, necesito enviar esta historia al rotulista de inmediato. Siéntate en una mesa de dibujo al final del pasillo y rehaz el panel'. Se estaba poniendo pálido. Dijo: 'No, necesito mi propia mesa de dibujo y mis propios materiales de arte para trabajar'. Le dije: 'Vamos. Es solo un puño. El gran Bob Kane debería poder terminarlo en dos minutos'. Insistí hasta que finalmente aceptó hacerlo.
Tomó la página y se fue por el pasillo hasta donde había algunas mesas de dibujo para que los artistas trabajaran. Tardó media hora más o menos, pero finalmente regresó con la página y el puño estaba perfecto. Hizo un trabajo realmente bueno. Me impresionó hasta que, más tarde, descubrí lo que pasó. Se sentó allí durante veinte minutos, borrando y volviendo a dibujar, borrando y volviendo a dibujar. Finalmente, le pagó a Murphy Anderson diez dólares para que lo redibujara por él".
Aquellos con buena fe hacia Kane pueden pensar que se trata de una historia inventada por Schwartz, pero lo cierto es que el legendario Arnold Drake fue mucho más directo. Evanier también recogió una anécdota que solía contar en convenciones el que fuera escritor y editor de numerosísimos cómics.
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"Bob había llegado al punto en que nunca dibujaba nada. Al menos, nunca dibujaba nada en los cómics de Batman. [Sheldon] Moldoff los estaba haciendo todos como artista fantasma y, cuando no era él, lo hacía otra persona. Lo único que creo que Bob dibujó alguna vez era cuando estábamos fuera, en un restaurante o en algún lugar, y una chica guapa se acercaba y le decía: '¿De verdad es usted el hombre que dibuja a Batman?'. Entonces él podía sacar un pequeño boceto para ella, o un gran boceto si llevaba algo escotado y se inclinaba para verlo dibujar.
Un día, estoy en su casa para discutir una idea de tira de prensa que teníamos, y él está hablando de a quién podríamos conseguir para dibujarla. Yo iba a escribirla e íbamos a conseguir que otra persona la dibujara. No estoy seguro de lo que él iba a hacer, excepto firmar con su nombre. Le dije: 'Bob, ¿no te decepciona no dibujar más? Una vez fuiste un gran artista'. No lo fue, pero tenías que hablarle así a Bob.
Él dijo: 'Oh, no. Déjame mostrarte algo'. Me llevó a una pequeña habitación de su casa. Era su estudio. Yo ni siquiera sabía que todavía tenía un estudio. Estaba todo montado con caballetes y demás, y había pinturas, pinturas de payasos. Ya sabes qué tipo. Como las que solía hacer Red Skelton. Simplemente retratos insípidos de payasos, todos firmados muy grande: 'Bob Kane'. Estaba tan orgulloso de ellos. Dijo: 'Estas son las pinturas que me harán famoso en el mundo del arte. Batman fue algo importante en un mundo, y estas pinturas pronto estarán en todas las galerías del mundo'. Pensó que el Louvre iba a quitar la Mona Lisa para poner sus cuadros de payasos. No tuve valor para decírselo.
Así que, unos meses después, estoy en DC y me encontré con Eddie Herron. Eddie era otro escritor allí, y empezamos a hablar y salió el nombre de Bob. Eddie dijo: '¿Te has enterado? Bob está siendo demandado por uno de sus artistas fantasma'.
Yo dije: '¿Cómo es eso posible? ¿Shelly Moldoff está demandando a Bob? Pero ellos tenían un trato claro. Shelly sabía que no iba a recibir crédito ni nada...'. Eddie dijo: 'No, no Shelly'. Bob estaba siendo demandado por la persona que le había pintado los payasos...
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La noticia "No tuve valor para decírselo": el creador de Batman se olvidó de cómo dibujarlo y en DC le pusieron en ridículo con una simple petición fue publicada originalmente en Vida Extra por Juan Sanmartín .
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