Filed under: Original, Laptops
NVIDIA tiene un nuevo chipset gráfico para dar vida a los portátiles más potentes del mercado. Sus nuevas GPU Maxwell 800M ya aparecieron de tapadillo durante este CeBIT de la mano de MSI, pero ahora podemos ponerlos nombres y rendimiento.
Estos chipsets de altas prestaciones para laptops de carácter lúdico y estaciones de trabajo portátiles que requieran una capacidad de procesamiento gráfico poco habitual presumen no solo de potencia, sino también de diversas mejoras con las que NVIDIA pretende duplicar la autonomía de los portátiles que las utilicen. NVIDIA ha anunciado cuatro variantes de lanzamiento: 830M, 840M, 850M y 860M.
Todas ellas darán vida a equipos no solo más potentes, sino también considerablemente más esbeltos. Los equipos anunciados hoy por Razer y MSI son un buen ejemplo de ello, pero también el nuevo Gigabyte P74, que puede exprimir hasta 40 FPS en Bioshock Infinite a 1080p en una máquina de solo 21 mm de grosor. En palabras de NVIDIA, estas prestaciones solo hubieran sido posibles hace tres años en auténticos ladrillos de 55 mm, que además desfallecerían en la mitad de tiempo sin una conexión a la red eléctrica. Aquí es donde interviene la nueva tecnología Battery Boost, con la que NVIDIA aprovecha para lanzar un par de puyitas a los gráficos Iris de Intel, con los que el gigante de los procesadores se jacta de equilibrar como nadie rendimiento y eficiencia.
[en desarrollo...]
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Estos chipsets de altas prestaciones para laptops de carácter lúdico y estaciones de trabajo portátiles que requieran una capacidad de procesamiento gráfico poco habitual presumen no solo de potencia, sino también de diversas mejoras con las que NVIDIA pretende duplicar la autonomía de los portátiles que las utilicen. NVIDIA ha anunciado cuatro variantes de lanzamiento: 830M, 840M, 850M y 860M.
Todas ellas darán vida a equipos no solo más potentes, sino también considerablemente más esbeltos. Los equipos anunciados hoy por Razer y MSI son un buen ejemplo de ello, pero también el nuevo Gigabyte P74, que puede exprimir hasta 40 FPS en Bioshock Infinite a 1080p en una máquina de solo 21 mm de grosor. En palabras de NVIDIA, estas prestaciones solo hubieran sido posibles hace tres años en auténticos ladrillos de 55 mm, que además desfallecerían en la mitad de tiempo sin una conexión a la red eléctrica. Aquí es donde interviene la nueva tecnología Battery Boost, con la que NVIDIA aprovecha para lanzar un par de puyitas a los gráficos Iris de Intel, con los que el gigante de los procesadores se jacta de equilibrar como nadie rendimiento y eficiencia.
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