El mercado de los móviles rugerizados siempre ha tenido un perfil muy definido: teléfonos resistentes, con certificaciones militares y carcasas reforzadas que soportan caídas y condiciones extremas. El problema es que, hasta ahora, la mayoría de estos modelos sacrificaban potencia, conectividad o batería. El OSCAL Tank 1 llega para romper esa dinámica con un enfoque radical: ser tan resistente como un blindado, pero con una autonomía fuera de toda lógica y un hardware más que competente.
Es un terminal que no busca ser bonito ni ligero. De hecho, ni lo intenta. Su objetivo es claro: acompañarte en cualquier situación, desde jornadas de trabajo al aire libre hasta escapadas de varios días en la montaña, sin miedo a que se rompa o se quede sin energía. ¿Cumple lo que promete? Vamos a verlo.
Lo primero que llama la atención del OSCAL Tank 1 es su tamaño. Estamos ante un dispositivo grande y pesado, que supera los 900 gramos y que tiene unas dimensiones de 179 × 87 × 27 mm. No hay intento de disimularlo: es un auténtico ladrillo tecnológico. Pero precisamente ahí reside su carácter, porque transmite una sensación de solidez que pocos smartphones pueden igualar.
La carcasa está reforzada con bordes de goma y esquinas diseñadas para absorber impactos. El chasis combina policarbonato de alta resistencia con acabados metálicos en las zonas más expuestas, lo que le permite soportar caídas desde alturas que destrozarían cualquier otro terminal. En los laterales encontramos los clásicos botones de volumen y encendido, además de un lector de huellas y teclas programables que pueden asignarse a funciones rápidas como activar la linterna o abrir la cámara.
En el interior, el Tank 1 monta un procesador MediaTek Dimensity 7050 de 6 nanómetros, con frecuencia máxima de 2,4 GHz. Se trata de un chip de gama media con soporte para 5G, suficiente para mover con soltura aplicaciones de mensajería, navegación, redes sociales e incluso juegos moderadamente exigentes.
Lo acompaña una memoria RAM generosa: 12 GB físicos ampliables hasta 24 GB mediante RAM virtual, lo que garantiza fluidez incluso con varias apps abiertas. El almacenamiento interno es de 256 GB UFS 3.1, ampliable hasta 2 TB con tarjetas microSD, más que suficiente para guardar fotos, vídeos y archivos pesados.
En fotografía sorprende con un sistema versátil: una cámara principal de 64 MP, un gran angular de 20 MP, un sensor de visión nocturna de 20 MP y un macro adicional. El sensor frontal llega a los 32 MP, ofreciendo selfies y videollamadas nítidas. No es un móvil creado para la fotografía profesional, pero sí para capturar escenas en condiciones difíciles donde otros terminales fallarían.
A diferencia de muchos rugerizados que sacrifican la calidad de pantalla, el OSCAL Tank 1 integra un panel IPS de 6,78 pulgadas con resolución 2.4K (1080 × 2460 píxeles) y tasa de refresco de 120 Hz. Esto se traduce en una experiencia visual fluida, ideal para desplazarse por menús, leer documentos o disfrutar de contenido multimedia. Además, está protegido con Gorilla Glass 5, lo que añade resistencia frente a arañazos y golpes.
El terminal cuenta con una segunda pantalla trasera de 2,01 pulgadas, que resulta muy práctica para consultar notificaciones, controlar la música o ver la hora sin necesidad de encender el panel principal. En el apartado sonoro, sus altavoces ofrecen un volumen alto y claro, priorizando la potencia y la nitidez de la voz sobre la fidelidad musical. En entornos ruidosos, esta característica es un verdadero acierto.
El OSCAL Tank 1 no se queda corto en conectividad: es compatible con 5G dual SIM, dispone de Wi-Fi 6 para redes rápidas y estables, Bluetooth 5.2 para accesorios inalámbricos y NFC para pagos móviles. En navegación, incluye compatibilidad con múltiples sistemas de posicionamiento: GPS, GLONASS, Galileo y BeiDou, garantizando precisión incluso en entornos muy alejados.
La batería es el punto estrella de este terminal. Con una capacidad de 20.000 mAh, multiplica por cuatro o cinco lo que ofrece un smartphone convencional. En la práctica, esto significa varios días de uso intensivo o incluso semanas con un uso moderado. Incluye carga rápida de 55 W, que, teniendo en cuenta la capacidad, es más que bienvenida, y también permite carga mediante base dock, una solución práctica para un dispositivo tan voluminoso. Además, puede funcionar como powerbank, cargando otros dispositivos gracias a su enorme batería.
Este «aparato» no es un smartphone convencional, y eso se nota en la cantidad de extras que incorpora más allá de lo que encontramos en un móvil al uso. En primer lugar, sus certificaciones IP68 e IP69K aseguran que puede resistir no sólo salpicaduras, sino también inmersiones prolongadas en agua, exposición al polvo más fino e incluso chorros de alta presión. A esto se suma la norma militar MIL-STD-810H, que avala su resistencia a caídas, vibraciones, humedad, radiación solar o cambios bruscos de temperatura. No es un móvil resistente “porque sí”, sino porque ha pasado pruebas de laboratorio que lo colocan en la élite de los dispositivos todoterreno.
Otro detalle diferencial es su segunda pantalla trasera de 2,01 pulgadas, una rareza en el mercado de los rugerizados. Esta pantalla secundaria permite consultar notificaciones, gestionar la música, ver la hora o acceder a widgets personalizados sin necesidad de encender el panel principal, lo que se traduce en ahorro de batería y mayor comodidad. Puede parecer un añadido curioso, pero en el día a día acaba siendo más útil de lo esperado.
La batería de 20.000 mAh no sólo sirve para alimentar el propio terminal durante días, también permite convertirlo en un auténtico powerbank portátil. Con su función de carga inversa, es posible alimentar otros dispositivos como auriculares, smartwatches o incluso otro smartphone. Para los profesionales que trabajan en campo o para los aventureros que pasan días sin acceso a enchufes, esta característica puede marcar la diferencia entre quedarse incomunicado o mantener todos los dispositivos activos.
No falta una linterna integrada de alta potencia, que se activa con un botón físico y que resulta especialmente útil en exteriores, campamentos o trabajos nocturnos. A diferencia de la mayoría de smartphones, que integran una linterna testimonial, la del Tank 1 está diseñada para ofrecer un haz más potente y constante, convirtiéndose en una herramienta real de apoyo en situaciones de baja visibilidad.
Finalmente, el dispositivo incluye botones programables en sus laterales, que permiten asignar accesos directos a funciones como abrir la cámara, activar el modo SOS, encender la linterna o lanzar aplicaciones específicas. Esta personalización aporta un plus de eficiencia, porque en un entorno de trabajo exigente cada segundo cuenta. El conjunto de estas funciones convierte al Tank 1 en un terminal más parecido a una herramienta multifunción que a un simple smartphone.
Este «aparato» no es un smartphone para todo el mundo. Su tamaño y peso lo hacen poco práctico para quienes buscan comodidad en el día a día. Pero para su público objetivo, profesionales en entornos exigentes, aventureros o usuarios que valoran la autonomía por encima de la estética, es una herramienta perfecta.
Su combinación de resistencia extrema, autonomía descomunal y conectividad moderna lo convierten en uno de los rugerizados más completos del mercado. Es cierto que no es barato ni discreto, pero ofrece algo que pocos móviles pueden prometer: la tranquilidad de que no te dejará tirado. Y en ese terreno, el Tank 1 juega en otra liga.
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Es un terminal que no busca ser bonito ni ligero. De hecho, ni lo intenta. Su objetivo es claro: acompañarte en cualquier situación, desde jornadas de trabajo al aire libre hasta escapadas de varios días en la montaña, sin miedo a que se rompa o se quede sin energía. ¿Cumple lo que promete? Vamos a verlo.
Materiales y diseño
Lo primero que llama la atención del OSCAL Tank 1 es su tamaño. Estamos ante un dispositivo grande y pesado, que supera los 900 gramos y que tiene unas dimensiones de 179 × 87 × 27 mm. No hay intento de disimularlo: es un auténtico ladrillo tecnológico. Pero precisamente ahí reside su carácter, porque transmite una sensación de solidez que pocos smartphones pueden igualar.

La carcasa está reforzada con bordes de goma y esquinas diseñadas para absorber impactos. El chasis combina policarbonato de alta resistencia con acabados metálicos en las zonas más expuestas, lo que le permite soportar caídas desde alturas que destrozarían cualquier otro terminal. En los laterales encontramos los clásicos botones de volumen y encendido, además de un lector de huellas y teclas programables que pueden asignarse a funciones rápidas como activar la linterna o abrir la cámara.
Características técnicas
En el interior, el Tank 1 monta un procesador MediaTek Dimensity 7050 de 6 nanómetros, con frecuencia máxima de 2,4 GHz. Se trata de un chip de gama media con soporte para 5G, suficiente para mover con soltura aplicaciones de mensajería, navegación, redes sociales e incluso juegos moderadamente exigentes.

Lo acompaña una memoria RAM generosa: 12 GB físicos ampliables hasta 24 GB mediante RAM virtual, lo que garantiza fluidez incluso con varias apps abiertas. El almacenamiento interno es de 256 GB UFS 3.1, ampliable hasta 2 TB con tarjetas microSD, más que suficiente para guardar fotos, vídeos y archivos pesados.
En fotografía sorprende con un sistema versátil: una cámara principal de 64 MP, un gran angular de 20 MP, un sensor de visión nocturna de 20 MP y un macro adicional. El sensor frontal llega a los 32 MP, ofreciendo selfies y videollamadas nítidas. No es un móvil creado para la fotografía profesional, pero sí para capturar escenas en condiciones difíciles donde otros terminales fallarían.
Multimedia
A diferencia de muchos rugerizados que sacrifican la calidad de pantalla, el OSCAL Tank 1 integra un panel IPS de 6,78 pulgadas con resolución 2.4K (1080 × 2460 píxeles) y tasa de refresco de 120 Hz. Esto se traduce en una experiencia visual fluida, ideal para desplazarse por menús, leer documentos o disfrutar de contenido multimedia. Además, está protegido con Gorilla Glass 5, lo que añade resistencia frente a arañazos y golpes.

El terminal cuenta con una segunda pantalla trasera de 2,01 pulgadas, que resulta muy práctica para consultar notificaciones, controlar la música o ver la hora sin necesidad de encender el panel principal. En el apartado sonoro, sus altavoces ofrecen un volumen alto y claro, priorizando la potencia y la nitidez de la voz sobre la fidelidad musical. En entornos ruidosos, esta característica es un verdadero acierto.
Conectividad y autonomía
El OSCAL Tank 1 no se queda corto en conectividad: es compatible con 5G dual SIM, dispone de Wi-Fi 6 para redes rápidas y estables, Bluetooth 5.2 para accesorios inalámbricos y NFC para pagos móviles. En navegación, incluye compatibilidad con múltiples sistemas de posicionamiento: GPS, GLONASS, Galileo y BeiDou, garantizando precisión incluso en entornos muy alejados.

La batería es el punto estrella de este terminal. Con una capacidad de 20.000 mAh, multiplica por cuatro o cinco lo que ofrece un smartphone convencional. En la práctica, esto significa varios días de uso intensivo o incluso semanas con un uso moderado. Incluye carga rápida de 55 W, que, teniendo en cuenta la capacidad, es más que bienvenida, y también permite carga mediante base dock, una solución práctica para un dispositivo tan voluminoso. Además, puede funcionar como powerbank, cargando otros dispositivos gracias a su enorme batería.
¿Qué le hace tan diferente?
Este «aparato» no es un smartphone convencional, y eso se nota en la cantidad de extras que incorpora más allá de lo que encontramos en un móvil al uso. En primer lugar, sus certificaciones IP68 e IP69K aseguran que puede resistir no sólo salpicaduras, sino también inmersiones prolongadas en agua, exposición al polvo más fino e incluso chorros de alta presión. A esto se suma la norma militar MIL-STD-810H, que avala su resistencia a caídas, vibraciones, humedad, radiación solar o cambios bruscos de temperatura. No es un móvil resistente “porque sí”, sino porque ha pasado pruebas de laboratorio que lo colocan en la élite de los dispositivos todoterreno.
Otro detalle diferencial es su segunda pantalla trasera de 2,01 pulgadas, una rareza en el mercado de los rugerizados. Esta pantalla secundaria permite consultar notificaciones, gestionar la música, ver la hora o acceder a widgets personalizados sin necesidad de encender el panel principal, lo que se traduce en ahorro de batería y mayor comodidad. Puede parecer un añadido curioso, pero en el día a día acaba siendo más útil de lo esperado.
La batería de 20.000 mAh no sólo sirve para alimentar el propio terminal durante días, también permite convertirlo en un auténtico powerbank portátil. Con su función de carga inversa, es posible alimentar otros dispositivos como auriculares, smartwatches o incluso otro smartphone. Para los profesionales que trabajan en campo o para los aventureros que pasan días sin acceso a enchufes, esta característica puede marcar la diferencia entre quedarse incomunicado o mantener todos los dispositivos activos.



No falta una linterna integrada de alta potencia, que se activa con un botón físico y que resulta especialmente útil en exteriores, campamentos o trabajos nocturnos. A diferencia de la mayoría de smartphones, que integran una linterna testimonial, la del Tank 1 está diseñada para ofrecer un haz más potente y constante, convirtiéndose en una herramienta real de apoyo en situaciones de baja visibilidad.
Finalmente, el dispositivo incluye botones programables en sus laterales, que permiten asignar accesos directos a funciones como abrir la cámara, activar el modo SOS, encender la linterna o lanzar aplicaciones específicas. Esta personalización aporta un plus de eficiencia, porque en un entorno de trabajo exigente cada segundo cuenta. El conjunto de estas funciones convierte al Tank 1 en un terminal más parecido a una herramienta multifunción que a un simple smartphone.
Opinión del editor
Este «aparato» no es un smartphone para todo el mundo. Su tamaño y peso lo hacen poco práctico para quienes buscan comodidad en el día a día. Pero para su público objetivo, profesionales en entornos exigentes, aventureros o usuarios que valoran la autonomía por encima de la estética, es una herramienta perfecta.
- El dispositivo llega oficialmente a partir del día 26 de diciembre, los precios oscilarán entre los 400 y los 500 euros.
Su combinación de resistencia extrema, autonomía descomunal y conectividad moderna lo convierten en uno de los rugerizados más completos del mercado. Es cierto que no es barato ni discreto, pero ofrece algo que pocos móviles pueden prometer: la tranquilidad de que no te dejará tirado. Y en ese terreno, el Tank 1 juega en otra liga.
Pros
- Autonomía
- Pantallas
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Contras
- Peso
- Dimensiones
- Ergonomía
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