
Todavía recuerdo cuando los teléfonos tenían una pantalla media de 3,5 pulgadas. Aquello que comenzó siendo toda una revolución con lo táctil, terminó siendo una competencia sobre quién tiene mayores dimensiones en la suya. El tamaño importa, suelen decir. Pero yo creo que hemos llegado al tope. De hecho, crecer más de lo que ya muchos han crecido no solo resulta irrelevante, sino que además no tiene sentido práctico. Muchas de las actuales pantallas, por mucho que les cueste reconocer a los fans de algunas de las más reconocidas marcas, se pasan en exceso en las dimensiones. Las pantallas móviles que superan las 5 pulgadas, y que en principio marcan el límite entre lo que hoy en día podemos diferenciar entre smartphone y phablet, tienen una utilidad muy concreta, pero no resultan accesibles para la mayoría de usuarios en usos comunes.
No digo yo que toda la gama Galaxy Note no tenga un público muy concreto que demanda pantallas móviles de esta categoría. Y no discuto que le resulten realmente útil. Pero, siendo francos, entre tener un terminal gigante del que presumir por tamaño y para el que necesitamos las dos manos para manejarlo, sino el S-Pen con el que viene; o tener uno más pequeño, pero que podamos trastear en la mayor parte del tiempo con una sola ¿con cuál te quedas? Yo desde luego, por encima de las 5 pulgadas prefiero no tener nada. Pero hay quién opina que no, que hay que seguir creciendo.
Adaptación
Es cierto que para tener un teléfono como el que actualmente manejo, viniendo de un Xperia más pequeño, y con un iPhone 4s aún en mano, he tenido que vivir un proceso de adaptación al terminal. Al principio aquello me pareció gigantesco, y el primer día poco práctico. Sin embargo, una vez se viven esas primeras impresiones, precisamente por venir de teléfonos más pequeños, luego se superan fácilmente y uno se acaba adaptando y luego son los otros los que le parecen pequeños. Pero he tenido también el placer de probar en mano el último Galaxy Note, y la verdad creo que a tanto, no me adaptaría.
También es cierto que las chicas llevamos siempre bolso, pero vosotros, los chicos que nos leéis no debéis estar demasiado contentos con esa obsesión por el tamaño en las pantallas móviles porque dudo que en el bolsillo acabéis llevándolo con comodidad.

Hay que marcarse un tope
Como ocurrió con el proceso del número de MP en cámaras, una guerra a la que muchos fabricantes ya no juegan, sino que buscan otros modelos de evolución asociados a lentes y a mejora de los sensores; creo que también ocurrirá con los tamaños de las pantallas móviles. Es más, me parece ya que serán pocos los fabricantes que se muevan del actual segmento. Es cierto que hemos visto a Nexus 5 crecer un poco con respecto a Nexus 4, y que en la mayoría de empresas ha ocurrido algo similar con sus terminales de este año. Pero dudo mucho que la tendencia continúe en la misma línea. Y creo que 2014 será el año en el que el tamaño deje de ser la principal prioridad. Al menos en Android, porque en el caso iOS aún no se ha dado el salto phablet.
Yo particularmente lo veo de este modo. Aunque claro, siempre habrá nichos de mercado muy concretos para terminales más grandes, y también para terminales más pequeños. Sobre usuarios y sus gustos no está nada escrito. En todo caso, con referencia al mercado masa, no creo que el estándar actual de 5 pulgadas se sobrepase demasiado.
El artículo Pantallas móviles más y más grandes ¿Perdimos el sentido de lo práctico? ha sido originalmente publicado en Androidsis.

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