No cabe ninguna duda de que Sergio Leone es uno de los grandes maestros del género western en la gran pantalla, por lo que en su filmografía nos topamos con auténticos clásicos. Uno de ellos es Mi nombre es Ninguno, cinta de 1973 que fue producida por Leone y cuya dirección corrió a cargo del italiano Tonino Valerii.
La historia nos narra las aventuras del legendario Jack Beauregard, interpretado por Henry Fonda, y su mayor admirador, el cual no tiene nombre y al que dio vida el icónico Terence Hill. Todo se trata de una comedia repleta de situaciones en las que vemos cómo el personaje de Hill quiere que su héroe tenga un final digno de su nombre, mientras que Beauregard tan solo pretende que le dejen en paz.
Con un rodaje a caballo entre España, Arizona, Luisiana y Nuevo México, Mi nombre es Ninguno nos llega a situar en una escena en un saloon, la cual muestra un duelo de bofetadas hilarante. Sin embargo, si pausamos la acción a los 52 minutos y 36 segundos, podremos fijarnos en una pared de ladrillo blanca a la izquierda y unas columnas de madera que componen el escenario.
Si las comparamos con las del saloon que aparece en la película Hasta que llegó su hora de 1968, específicamente cuando Jill McBain vende su propiedad en una subasta y Charles Bronson entra en el lugar para comprarla, comprobaremos que las similitudes son obvias. Y es que Sergio Leone dirigió aquella producción y decidió reutilizar el set, el cual fue reestructurado varias veces entre ambas películas.
Con todo, tal y como recogen desde AlloCiné, todavía se pueden ver las mismas columnas de madera y paredes de ladrillo blancas, así como el mismo balcón elevado y las lámparas colgantes idénticas. Una forma de aprovechar los recursos al máximo, desde luego.
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La noticia Pausa el western de culto Mi nombre es Ninguno a los 52 minutos y 36 segundos y fíjate muy bien en este saloon fue publicada originalmente en Vida Extra por Juan Sanmartín .
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