Noticia Pocas veces un juego de construcción medieval me ha atrapado tanto, aunque ya intuyo qué podría arruinar mi reinado tan placentero

Pocas veces un juego de construcción medieval me ha atrapado tanto, aunque ya intuyo qué podría arruinar mi reinado tan placentero


Con tantos videojuegos que se desarrollan y se publican, a veces se vuelve un tanto imposible conocer y estar pendiente de todos los lanzamientos que se producen. En los últimos días me surgió la oportunidad de probar un adelanto de City Tales - Medieval Era, y lo cierto es que no lo dudé ni un instante tras echarle un vistazo a su tráiler de presentación y a la propuesta que ofrecía. Sobre todo porque de vez en cuando me gusta pasar el rato con títulos de construcción que me dejan diseñar los escenarios como mejor me plazca.


Eso mismo podría ser un buen resumen de este juego desarrollado por el equipo de Irregular Shapes, cuya ambientación se traslada a la época medieval, con sus aldeas, campos frondosos y castillos. No obstante, se caracteriza por una serie de mecánicas que lo convierten en un producto con el que fácilmente podría tirarme horas y horas jugando sin darme cuenta de cuánto tiempo ha transcurrido, qué básicamente es lo que me ha sucedido con esta versión anticipada.


Se podría decir que en este juego eres el mandamás de un reino al que precisamente lo que le falta es vida, así que el objetivo consiste en dedicarte a construir aldeas y asentamientos que sirvan para obtener recursos de todo tipo, como aserraderos para obtener madera, minas para picar piedras o tiendas de pesca para conseguir peces. Y esto no son más que unos pocos ejemplos de los múltiples edificios que se pueden levantar de la nada.


Algo que me preocupaba durante los primeros minutos es que el hecho de empezar de cero pudiese resultarme un tanto abrumador y no hacer las cosas correctamente, provocando el enfado o malestar de los ciudadanos. No obstante, el juego se aleja por completo de estos inconvenientes y rápidamente te das cuenta de por qué es un cozy game, dado que la forma en la que te penaliza por liarla es prácticamente inexistente. No pasa nada por tomar malas decisiones o destruir partes del terreno, porque todo el mundo entenderá que es por un bien común y un futuro más próspero.


Y es que el juego te lleva bastante de la mano durante un buen tramo gracias a un consejero que te ofrece la ayuda necesaria y al que es buena idea prestar atención a todas las advertencias que va soltando. Entre ellas hubo una en la que me dijo que tenía reducir a cenizas una casa habitada por unos colonos, temiendo que esa acción pudiera tener represalias o se rebelaran en mi contra, pero no pasó absolutamente nada, así que eso me ha parecido un puntazo a favor.


El único aspecto que puede jugar en contra es el de los recursos, dado que estos no son ilimitados, así que es esencial no agotarlos rápidamente, distribuirlos adecuadamente y procurar no estar destruyendo y creando nuevas aldeas constantemente. Aun así, prestando atención a todas las posibilidades que tienes al alcance, es complicado llegar a una situación en la que el proceso se vuelva problemático. Al menos, a mi no me ha ocurrido en ningún momento y eso que reconozco que hubo algunos instantes en los que me dediqué a generar aldeas sin parar como si no hubiera un mañana.

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Lo bueno es que el juego se aleja de lo tradicional y puedes construir todo cómo mejor te parezca, con los tamaños y dimensiones que consideres oportuno, a partir de un cierto mínimo para que no sean diminutos. Pero no es obligatorio que sean terrenos cuadrados, rectangulares o dispongan de una forma geométrica en especial, ya que vas colocando banderas que son las que delimitan su tamaño y gracias a ello le das la forma que más te guste. Acto seguido, son los propios aldeanos los que construyen automáticamente sus casas que puedes mejorar para conseguir más dinero, y ahí es donde entra en escena otro de los puntos más fundamentales.


Son los aldeanos los que van dando indicaciones acerca de sus necesidades y qué tipo de establecimientos o edificios especiales les gusta tener cerca, como una taberna, un pozo, una catedral, etc., de manera que en cada parcela rodeada de viviendas tienes que seleccionar qué dos estructuras, de entre todas la que existen, quieres construir, siendo esta la única manera de lograr que las viviendas evolucionen hasta conseguir que el reino aumente de tamaño y de población.


Por otro lado, también hay una serie de personajes destacados que son los que se dedican a llevar a cabo las tareas más importantes de recolección. A ellos es a los que precisamente hay que encargar que se ocupen del trabajo sucio, lo que servirá para que se especialicen en estas profesiones en particular y vayan subiendo de nivel. A la larga, eso ayudará a que obtengan más materiales a una mayor velocidad e incluso llegado a cierto punto puedan tener a alguien a sus servicios para que lo hagan por su cuenta sin que estén presentes, lo que ayuda a que puedas trasladarlos a otros lugares del reino.

City Tales Medieval Era


En general, toda la jugabilidad está diseñada para que resulte de lo más intuitiva, con misiones que se van desbloqueando y que es obligatorio ir cumpliendo para desbloquear más edificios y funciones que va ofreciendo el juego, para que sea una buena forma de motivarte a seguir evolucionando los alrededores y siempre haya algo nuevo para realizar. Aun así, algo que me he fijado es que el juego dispone de varios niveles de dificultad, dependiendo del tipo de desafío que busque cada uno o la manera como prefiera pasar el rato, aunque eso me ha generado un poco de preocupación.


A la hora de iniciar la partida y seleccionar la dificultad, el juego indicaba las diferencias entre unas y otras y en cierto apartado se indicaba algo que, a priori, temo que vaya a estropearlo todo: la aparición de enemigos y amenazas con las que hay que lidiar. No tengo ni idea de cómo serán o de qué manera habrá que hacerles frente, dado que se trata de una novedad que está previsto que sea implementada más adelante. Eso no quita que me dé la sensación de que es algo que no le hace ninguna falta al juego y sobre todo no le hará ningún bien.


Si precisamente su jugabilidad se basa en ofrecer una experiencia tranquila, relajante, que cada uno pueda construir su reino a su ritmo y como mejor le parezca, no creo que el hecho de tener que estar pendiente de enemigos que puedan arrasar con tu trabajo sea lo que más necesita esta propuesta. Sea como sea, es algo que todavía no está disponible y el tiempo dirá si le sienta bien o no, pero por el momento, he de admitir que City Tales - Medieval Era ha resultado una sorpresa muy fascinante y seguiré de cerca su evolución mientras esté en acceso anticipado a través de Steam.


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La noticia Pocas veces un juego de construcción medieval me ha atrapado tanto, aunque ya intuyo qué podría arruinar mi reinado tan placentero fue publicada originalmente en Vida Extra por Sergio Cejas (Beld) .

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