
Hay accesorios y cachivaches que acaban siendo icónicos y otros absurdos y algunos quedan relegados al misterio. El lector de disquettes para Saturn es un poco los tres casos y, a la vez, una leyenda en sí misma. Una muy real. Un periférico tan raro como fascinante que representa los intentos de SEGA por expandir las capacidades de su consola más ambiciosa y fugaz.
¿Qué era exactamente? Como ya hemos comentado varias veces en VidaExtra, SEGA buscaba estar a la vanguardia y su Saturn se concibió como una consola de videojuegos, pero también como una auténtica estación multimedia. La clave para lograr esto último estaba en su lector discos ópticos (CD-ROM) frente a los cartuchos de Mega Drive y 32X. Sin embargo, en Japón se desarrolló además un accesorio experimental que permitía leer disquettes de 3,5 pulgadas. Si no sabes qué son, solo tienes que fijarte en el icono que normalmente se usa para guardar los documentos, por cierto.
Este lector llamado Saturn Floppy Disk Drive (Saturn FDD) se conectaba a través del puerto de expansión trasero de la consola, y su objetivo era ofrecer almacenamiento adicional, especialmente útil para juegos que requerían guardar grandes cantidades de datos, como RPGs o títulos con creación de contenido.

Disponible únicamente en el mercado japonés, el Saturn FDD se puso a la venta el 27 de julio de 1996 por 9,800 yenes. Por su parte, no está de más recordar que la capacidad de almacenamiento de los disquetes era de 1,44MB, lo cual era bastante razonable para la época. Lo cual no evita la gran pregunta: ¿Para qué alguien querría meterle una disquetera externa a una consola que leía CDs? En cierto modo, era el equivalente a las Memory Card de la consola dado que:
- Guardar partidas sin necesidad de cartuchos de backup
- Transferir datos entre consolas
- Almacenar contenido personalizado en juegos compatibles
- Soporte para software educativo y empresarial (en entornos muy específicos)
De hecho, cabe recordar que era la tercera alternativa, ya que las Saturn poseían su propio cartucho de guardado (el Saturn Backup Memory) así como memoria interna.
Sin embargo, su uso fue extremadamente limitado. Solo algunos títulos japoneses lo soportaban, y nunca se lanzó oficialmente fuera de Japón. Además, la llegada de periféricos más eficientes como el cartucho de memoria oficial y el NetLink (para conexión a internet) lo volvió obsoleto rápidamente.
¿Por qué es tan desconocido? La respuesta coincide con prácticamente todo lo anterior y cae por su propio peso: nunca se comercializó masivamente, jamás salió de japón y, lo más importante: la mayoría de los jugadores nunca lo llegaron a ver en acción.
Hoy en día, el lector de disquettes de Sega Saturn es una pieza de colección codiciada por los fans del hardware raro. Su existencia demuestra cómo Sega exploraba caminos alternativos para expandir su ecosistema, incluso si esos caminos no llegaban al mercado global.
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La noticia Por loco que parezca, la Saturn de SEGA tuvo un lector de disquettes externo. ¿Para qué? fue publicada originalmente en Vida Extra por Frankie MB .
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