Noticia Por qué sobresalen tanto las cámaras de los smartphones

Cámara de teléfono inteligente


¿Te has preguntado alguna vez por qué prácticamente todos los teléfonos móviles actuales llevan cámaras que sobresalen de la carcasa? Si hace unos años los móviles se caracterizaban por su diseño compacto y uniforme, hoy en día esa protuberancia en la parte trasera es tan común que ya casi ni reparamos en ella. Pero, ¿qué ha provocado este cambio en la estética de nuestros smartphones? En este artículo vamos a desgranar todos los motivos técnicos y de diseño detrás del fenómeno de las cámaras sobresalientes, así como las soluciones actuales y futuras que buscan cambiar esta tendencia.

Veremos cómo hemos llegado hasta aquí, qué papel juega la tecnología de los sensores y las lentes, cómo afecta eso a la experiencia de uso y qué innovaciones están en marcha para intentar devolvernos móviles con traseras completamente planas y elegantes. Si quieres entender a fondo este asunto desde la perspectiva tecnológica, de usuario y de diseño, quédate porque aquí tienes la guía definitiva.

¿Por qué las cámaras empezaron a sobresalir?​


En los primeros tiempos de los smartphones, la cámara era casi un extra. Los módulos de cámara estaban integrados de tal manera que quedaban a ras de la carcasa o apenas se notaban, todo en pos de un diseño plano y sin irregularidades. Pero esto empezó a cambiar drásticamente hace aproximadamente una década.

Con la creciente demanda de cámaras de mayor calidad –primero en la gama alta y, más tarde, en todas las gamas– los fabricantes comenzaron a competir por ofrecer la mejor experiencia fotográfica. La guerra por ver quién tenía el mejor sensor, el mayor número de megapíxeles y la mejor óptica provocó la necesidad de aumentar el tamaño tanto de sensores como de lentes.

El punto clave está aquí: si quieres que una cámara móvil capte más luz y obtenga mejores resultados, necesitas sensores más grandes y lentes más capaces. Estos componentes, inevitablemente, ocupan más espacio en el interior del teléfono del que la delgada carcasa puede ofrecer. De ahí que los módulos de cámara hayan empezado a sobresalir, generando ese “escalón” característico que todos conocemos.

La razón principal, pues, no es estética ni de branding, sino puramente funcional: hacer hueco para tecnología de imagen avanzada en un chasis cada vez más fino. Los sensores modernos pueden llegar a medir más de 1 centímetro de grosor (por ejemplo, los de 1/1.31 o incluso 1 pulgada como en algunos modelos tope de gama), mientras que el perfil de un smartphone clásico ronda los 8-9 mm.

El papel de los sensores y las lentes en el tamaño del módulo​


Por qué cámaras móviles sobresalen-3


La calidad de una cámara móvil depende de muchos factores, pero dos son clave: el tamaño del sensor y la calidad (y número) de las lentes. El sensor es el encargado de captar la luz que entra a través de la óptica; cuantos más grandes sean sus píxeles, mejor será el resultado en condiciones de baja luminosidad, menos ruido tendrá la imagen y mayor será el rango dinámico.

Aquí hay otra cuestión importante: la moda de sumar varias cámaras y diferentes tipos de lentes (ultra gran angular, telefoto, macro, sensor periscópico, etc.) también ha obligado a diseñar módulos más voluminosos y, frecuentemente, a alturas distintas dentro del mismo bloque para lograr efectos y zooms ópticos avanzados. El conocido sensor periscópico, por ejemplo, necesita espacio extra para ubicar los elementos ópticos de forma horizontal dentro del chasis.

Por lo tanto, existe una relación directa entre el avance de la fotografía móvil y el aumento del tamaño (y la prominencia) del módulo de cámara. Está claro que si el teléfono se mantuviera completamente plano se perdería la calidad fotográfica que hoy en día esperamos de cualquier móvil moderno, sobre todo en la gama media y alta.

¿Y qué hay de los megapíxeles que tanto se anuncian? Aquí es importante matizar: más megapíxeles solo significan mayor resolución y capacidad de ampliar la imagen sin que pierda nitidez, pero la calidad depende sobre todo del tamaño del sensor y de sus píxeles, además del procesamiento de imagen.

Inconvenientes de la cámara sobresaliente para el usuario​


Si bien la búsqueda de la mejor foto ha traído consigo móviles con cámaras más potentes, eso también ha supuesto algunos inconvenientes prácticos para los usuarios:

  • Movilidad e inestabilidad: Al dejar el móvil sobre una mesa, el terminal tiende a tambalearse y pierde estabilidad, especialmente al usarlo sin funda.
  • Exposición a golpes y arañazos: La zona de la lente sobresaliente queda más vulnerable ante caídas y roces.
  • Descompensación de peso: En algunos modelos con módulos voluminosos, el peso no está bien distribuido y el móvil puede resultar incómodo de manejar.

Por suerte, la mayoría de usuarios utiliza fundas que compensan parte de la diferencia entre la carcasa y el módulo de cámara, protegiendo el cristal y mejorando el agarre. No obstante, en algunos casos el escalón sigue siendo tan pronunciado que ni siquiera una funda lo nivela totalmente.

¿Tamaño del módulo equivale a mejor calidad fotográfica?​


Primer plano de cámara de smartphone


Una duda habitual entre los usuarios es si más grande siempre significa mejor cuando hablamos del módulo de cámara. La respuesta no es tan sencilla. Lo fundamental no es tanto el tamaño exterior del conjunto, sino la calidad del sensor y las lentes que hay en el interior. Hay modelos que presumen de cámaras enormes pero, en realidad, la diferencia clave la marca el tamaño y la construcción del sensor.

Así, teléfonos como el Samsung Galaxy S22, iPhone 14 o Google Pixel 7 han demostrado que no hace falta un módulo extremadamente grande para obtener excelentes resultados, siempre que el sensor y el software de procesamiento estén a la altura.

Nuevas soluciones: diseños para reducir el escalón​


Ante la generalización de las cámaras sobresalientes, algunas marcas y startups han comenzado a buscar alternativas. Hay dos enfoques interesantes que están acaparando titulares en los últimos tiempos.

Por un lado, empresas como Metalenz están trabajando en lentes planas que, gracias a las llamadas metasuperficies ópticas, prometen reducir drásticamente el tamaño del módulo de cámara sin renunciar a la calidad. Esta tecnología, resultado de más de una década de investigación en Harvard, podría permitir sensores más delgados, menos invasivos y con capacidad para captar incluso más luz, algo clave en fotografía nocturna.

Por otro lado, fabricantes como Samsung han presentado tecnologías de reorganización del módulo. Un ejemplo reciente es el sistema ALoP (‘All Lens on Prism’), que consiste en colocar todas las lentes en horizontal, alineadas con el cuerpo del teléfono. Así, se pueden usar lentes de mayor diámetro sin necesidad de que la cámara sobresalga mucho más allá del grosor del dispositivo.

Además, modelos como el Pixel 9a de Google han ido en la dirección de integrar sensores de tamaño normal en una trasera plana, sacrificando tal vez cierta espectacularidad pero aportando ergonomía extra, protección y estabilidad sobre superficies planas.

El futuro de la integración de cámaras en móviles​


Por qué cámaras móviles sobresalen-0


La tendencia actual parece que va encaminada a buscar un equilibrio entre diseño y funcionalidad. Las soluciones de lentes planas y los módulos redistribuidos pueden cambiar la forma en la que entendemos el diseño trasero de los teléfonos. La posibilidad de tener cámaras bajo pantalla (para la frontal) o tecnologías como la que propone Metalenz para la trasera, abren la puerta a móviles con traseras completamente lisas en los próximos años.

Mientras tanto, la mayoría de los usuarios tendrá que convivir con el escalón de cámara, aunque cada vez con menor incomodidad gracias a fundas adecuadas y módulos más resistentes. La clave, como siempre, estará en cómo consiguen los fabricantes equilibrar la demanda de calidad fotográfica con la de diseño y usabilidad.

Si te preguntas cómo identificar una buena cámara móvil, no te fijes solamente en el número de megapíxeles. Debes consultar el tamaño del sensor (a menor divisor en la especificación, mejor), el tamaño de los píxeles, la apertura de la lente y, especialmente, los avances en procesado de imagen por software.

Aunque la moda actual parece apostar por módulos cada vez más grandes para captar la atención y demostrar músculo tecnológico, el tamaño en sí mismo no lo es todo. Cada marca está intentando encontrar su propio equilibrio, con ejemplos muy diferentes de integración según modelo y gama y con soluciones prometedoras casi a la vuelta de la esquina.

Mientras la tecnología siga avanzando, la competencia entre fabricantes y las expectativas del usuario serán el motor principal detrás de la evolución del diseño de cámaras en los móviles. Quién sabe si en unos pocos años volveremos a tener traseras totalmente planas sin perder ni un ápice de calidad. Lo que está claro es que la cámara que sobresale es, sobre todo, un símbolo de la carrera por la excelencia fotográfica en nuestros bolsillos, y que los fabricantes siguen innovando para que pronto volvamos a disfrutar de terminales tan bonitos como potentes.

Continúar leyendo...