Noticia Qué es el techo retro y cómo Retro Classics de Xbox se ha propuesto demolerlo desde el Game Pass

Qué es el techo retro y cómo Retro Classics de Xbox se ha propuesto demolerlo desde el Game Pass


Cuando Xbox compró Activision Blizzard hizo mucho, muchísimo más que sumar Call of Duty a su abultada cartera de sagas de videojuegos. Sabíamos que exitazos como Black Ops 6, el último Crash Bandicoot o los remakes de Tony Hawk Pro Skater llegarían poco a poco a Game Pass. Apuestas seguras que revalorizan para bien la suscripción. Ahora, Retro Classics hace lo mismo y da en el clavo con quienes no nos hemos olvidado de la otra Activision. La del Pitfall y su secuela. La del Grand Prix, los Mech Warrior o esas grandes aventuras gráficas de Sierra. Incluso a sabiendas de que, en muchos sentidos, aquellos pelotazos de hace tres o cuatro décadas hoy son juegos de nicho. O, mejor expresado, víctimas del techo retro.


Retro Classics
llegó al Game Pass de sopetón, literalmente de un día para otro, y su nombre descaradamente genérico también es una rotunda declaración de intenciones: Xbox rescata de un plumazo docenas de títulos del legado de Activision -el propio y el heredado- para darles nueva vida en los sistemas actuales. 60 juegos de entrada con vistas a que sean más de 100. No como una mera colección creciente y para tener en propiedad, porque no se puede (ya hablaremos de ello) o a través de menús que van con lo básico a cambio de evocar nostalgia, sino para mantener en activo el legado de los clásicos. Para preservar su encanto original y mantenerlos vivos hoy, mañana y en generaciones venideras. ¿Una propuesta sin fisuras? A partir de aquí toca hablar del concepto del techo retro.


Nunca me cansaré de decir que un juego bueno lo es para siempre. No es una idea propia, sino algo acuñado por el mismísimo Shigeru Miyamoto (el papá de Mario, Link o Donkey Kong) y basta con ver lo bien que ha envejecido su obra para entender los motivos. Pero de un tiempo a esta parte nos hemos empezado a encontrar con una tendencia: aquellos que son extraordinarios en Dark Souls y juegos con un grado de dificultad similares no logran sobrevivir a los primeros niveles de los clásicos de NES. ¿Eso quiere decir que eran más difíciles los juegos entonces? No es por generalizar, pero los viciados al Ninja Gaiden original, Abu Simbel Profanation o Ghouls N Goblins no parten con ventaja en los juegos de FromSoftware.


Hay muchas interpretaciones sobre lo que es el concepto de techo retro en los videojuegos, pero la más compartida se refiere al límite de tolerancia que alguien tiene a los títulos de generaciones y décadas pasadas. En lo jugable, en lo estético e incluso en lo que respecta a su apartado sonoro. A diferencia de la retrorotura, que viene a ser lo idealizado que tenemos los juegos de nuestra niñez, el techo retro afecta a la predisposición. Al modo que tenemos a disfrutar de manera genuina de una aventura conversacional o el primer videojuego de fútbol creado. Y, según el caso, ese techo puede estár en los microordenadores de 8 bits o en los juegos creados para la Game Boy o la primera PlayStation. Y eso nos lleva a la gran cuestión: ¿cómo afronta Retro Classics este desafío?

Una cruda realidad: la preservación de los videojuegos retro a veces no es suficiente​


En VidaExtra hemos abordado la importancia de la preservación de los videojuegos desde todas las perspectivas. Desde las iniciativas en curso de Nintendo, Xbox o PlayStation a las nuevas venidas de los clasicazos de Capcom, el renacer de la mejor Konami o el retorno de los primeros Final Fantasy. Hoy puedes jugar literalmente gratis a Street Fighter II dentro del Battle Hub de Street Fighter 6 y eso implica que ambos juegos pueden coexistir. Sin embargo, como habitual de esas salas multijugador, ya te adelanto que hay mucha más actividad en la entrega más reciente. ¡Menudo batacazo si pasase lo contrario!


Si te fijas en nuestros calendarios de lanzamientos los clásicos, los estrenos y los juegos como servicio compiten por el cada vez más valioso tiempo de juego de cada uno. No es una apreciación personal, que conste, Masahiro Sakurai lo dejó claro hace un par de años y la nueva estrategia de PlayStation -que ya no puede enrocarse en los juegos single player- va en esa dirección. Pero, incluso en esas, hay una distinción entre clásicos consagrados a través de las décadas y videojuegos retro cuyas siglas hoy no brillan con la misma intensidad que en los 80s, y los 90s.


Dicho de otro modo: todo el mundo conoce a Pac-Man y los Space Invaders, pero ¿te suenan juegos como Kaboom!, River Raid o Freddy Pharkas? La buena noticia no es solo es que estos tres últimos estén entre los que son rescatados en Retro Classics, sino cómo Xbox Game Studios promueve que sean jugados. Descubiertos en algunos casos, y redescubiertos en otros. Porque la iniciativa incluida en el Game Pass no va de coleccionar títulos retro, sino de preservarlos dándoles una nueva oportunidad mientras se incentiva a que juguemos con ellos.

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Hemos asistido a museos del videojuego que no son exposiciones y que recomendamos cada vez que podemos. Todos tenemos en mayor o menor medida una modesta o generosa colección y también somos conscientes del reverso tenebroso de ese perfil específico del coleccionista que antepone la exclusividad de tener un clásico perdido a todo lo demás. Y ojo, mención especial a la iniciativa de GOG por restaurar juegos y comprometerse a que seguirán funcionando en las generaciones venideras. ¿El denominador común de todo lo anterior? Conservar el juego es muy importante, pero mantener la obra funcionando, con vida, lo es más.


De hecho, y retomando el asunto que dejamos caer al principio, lo que propone Retro Classics choca con el concepto más tradicional de coleccionismo, y no porque no se hayan lanzado unidades en caja (para eso ya tienes las Evercade) sino porque Xbox lo incluye en todas las suscripciones de Game Pass, pero a diferencia de todos los otros juegos del servicio no está a la venta. ¿El motivo? El modo en el que nos llegan sus títulos y su propuesta jugable y su valor añadido nace, a su vez, de otro servicio de juegos clásicos: Antstream.

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En Vida Extra
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La experiencia Retro Classics es para los enamorados del retro, no de los coleccionistas


Retro Classics es la nueva venida de los primeros juegos de una Activision que no tardó en establecer el concepto de Third Party y medirse frontalmente con la propia Atari en sus consolas; pero también el retorno de aquellas aventuras gráficas de la Sierra Online de Roberta y Ken Williams con esenciales de la talla de Space Quest o Torin's Passage. Juegos que intimidaban y provocaban la admiración de la mismísima LucasFilm. El valor de cada obra y cómo el paso del tiempo les ha pasado mella puede llegar a ser subjetivo, pero si no se invita a que el gran público le de una oportunidad a juegos "durillos" como Dragster la iniciativa cae en saco roto.


Por eso, en lugar de ofrecernos una especie de Rare Replay de Activision, en Xbox se ha optado por incluir en todas las suscripciones de Game Pass una versión personalizada del servicio de juego en streaming Antstream. De modo que, dada su naturaleza, Retro Classics no está a la venta como otras antologías de clásicos, sino que se instalan menos 500 Megas en la consola o nuestro PC (también se puede jugar desde la nube), el catálogo irá creciendo de manera progresiva de los 60 juegos de salida hasta superar los 100 clásicos.

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El funcionamiento, por cierto, es sencillo e intuitivo: elegimos a qué queremos jugar y, en vez de instalarse, se descargan sus datos a la plataforma Retro Classics para ejecutarse en cualquier sistema en el que estemos. Ya bien sea consolas Xbox, un PC, navegador web, móvil, etc. Siendo compatibles en todos con los mandos tradicionales y los teclados. Con todo, pese a que Pitfall y su secuela van deliciosamente fluidos (para deleite de los nostálgicos) el caso específico de Mechwarrior 2, que salió en la PlayStation original, es un drama a base de pixelaciones y caídas de resolución.


Vaya por delante que Retro Classics no es perfecto: al no tratarse de nuevas versiones o remasters muchos juegos de point and click piden ser jugados con ratón en lugar de mando y, salvo los menús de la interfaz, el castellano brilla por su ausencia en muchos títulos, incluso entre aquellos que sí llegaron con los textos traducidos en España. Algo que se nota mucho en juegos tan buenos como The Dagger of Amon Ra, pero que nos dará exactamente igual en Tennis o Enduro que son llegar y jugar. Eso sí, como pasa en Antsreeam tenemos diferentes ranuras de guardado, la posibilidad de acomodar los controles, consejos y hasta algún saludo por parte de sus creadores en la descripción.


Pero claro: volvemos a la casilla de salida, ¿cómo derribar el techo retro de aquella generación que no vivió estos juegos y tiene cierta prisa por acabar sus pases de batalla en curso? La respuesta es una genialidad: a través de torneos, desafíos y la posibilidad de dejar nuestra marca en competiciones a escala mundial.

Cómo Retro Classics desafía el problema del techo retro​


Nada más entrar en Retro Classics te vas a encontrar con desafíos diarios y rankings de jugadores. El motivo se explica solo: su menú es muy parecido al de Netflix, que conste, pero su experiencia en streaming es muy diferente ya que, además de promover que juguemos a lo que queramos, se alienta a que nos unamos a una la comunidad de enamorados de los clásicos. A veces de manera sanamente competitiva tratando de superar marcas y otras tomando parte junto a ellos en eventos en curso y desafíos de la comunidad.


La premisa es simple: el sistema de Antstream no solo ofrece la posibilidad de jugar en Streaming y guardar nuestras partidas al vuelo, sino que tiene su propio sistema de clasificaciones y estadísticas de modo que se promueve que ganemos medallas y busquemos batir la puntuación, las marcas o el tiempo de otros jugadores e incluso que nosotros mismos desafiemos a la comunidad hasta tres veces cada 24 horas a que batan nuestras proezas entre diferentes tipos de desafíos.

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Y es que, como comenté al principio, la preservación de los videojuegos retro a veces no es suficiente y este sistema hace mucho más interesante retomar o descubrir juegos como H.E.R.O. o la secuela de Pitfall. Sobre todo aquellos que no han perdido su magia original. Que los que llegan de nuevas no vean su dificultad o carencias como algo frustrante, sino como una experiencia compartida. Y, no te lo voy a negar, si te defiendes en la lengua de Shakespeare, que disfrutes de muchas de esas aventuras gráficas de Sierra que no pueden ni deben quedarse en el olvido.


De modo que Retro Classics no es ni una colección, ni una antología y su formato no es algo destinado a los coleccionistas, pero sus intenciones están muy claras y desde el principio: preservar y dar nueva vida al legado original de Activision. Y pese a que no te puedo garantizar que sus primeros juegos te gusten tanto como los actuales, no deja de ser un potente añadido al Game Pass, una victoria para preservar vivo el legado en todas las plataformas actuales venideras y un "regalazo" para quienes, como yo, no tenemos techo retro.


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La noticia Qué es el techo retro y cómo Retro Classics de Xbox se ha propuesto demolerlo desde el Game Pass fue publicada originalmente en Vida Extra por Frankie MB .

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