Si alguna vez te has preguntado si se puede usar una máquina virtual en Android, la respuesta es un sí bastante claro… pero con matices. Hoy en día no solo es posible ejecutar otro Android dentro de tu móvil, sino que también hay quien ha llegado a correr Windows 11 ARM y distribuciones Linux en un teléfono como el Pixel 6. Eso sí, no todas las soluciones son iguales ni sirven para lo mismo.
En este artículo vamos a ver con detalle qué opciones tienes para virtualizar sistemas en Android, qué tal rinden, qué limitaciones tienen y en qué casos merece la pena usarlas. Verás alternativas tipo “Android dentro de Android” como VMOS o Virtual Master, enfoques más de pruebas y desarrollo como el Android Emulator tradicional, y también ejemplos más frikis como levantar una distro ligera de Linux con apps como Limbo o incluso Windows 11 en un móvil moderno.
¿Qué es realmente una máquina virtual en Android?
Cuando hablamos de máquinas virtuales en el móvil, nos referimos a ejecutar otro sistema operativo o entorno aislado dentro de Android, de forma parecida a como harías con VirtualBox o VMware en un PC. En el contexto de Android, esto se traduce sobre todo en dos grandes escenarios:
- Android sobre Android: una segunda instalación de Android que corre como app, aislada del sistema original (lo que ofrecen VMOS o Virtual Master).
- Otros sistemas dentro de Android: Linux o Windows ARM ejecutándose en una capa de virtualización o emulación (como con QEMU o Limbo).
Este aislamiento permite que las apps o sistemas que corren dentro de esa “caja” no toquen ni modifiquen el Android principal, algo muy útil tanto para desarrollo y pruebas como para temas de privacidad, seguridad o simplemente para tener dos espacios distintos en el mismo móvil.
VMOS: un Android virtual que vive como app
VMOS es uno de los nombres que más suenan cuando se habla de máquinas virtuales en Android. Básicamente es un “teléfono virtual” que se instala como una aplicación más desde Google Play (o desde su web), pero que en realidad descarga y ejecuta un sistema Android completo e independiente dentro de tu dispositivo.
Este Android virtual se comporta como si fuera otro móvil separado: tiene su propio escritorio, sus apps, sus ajustes y su almacenamiento. Las aplicaciones que instales dentro de VMOS no tienen por qué afectar al sistema real; incluso si una app es maliciosa o tiene un virus, en teoría se queda encerrada en la máquina virtual y no puede “escapar” al Android principal. Esto hace de VMOS una especie de sandbox avanzada ideal para pruebas y para proteger tu teléfono.
Funciones clave de VMOS
Entre las características más interesantes de VMOS destacan varias funciones pensadas tanto para usuarios avanzados como para quienes solo quieren un entorno más seguro o separado:
- Protección y aislamiento: ejecuta un sistema Android independiente, ideal para hacer pruebas de desarrollo, testear APK sospechosos o experimentar sin miedo a cargarme el sistema original.
- Varias máquinas a la vez: permite tener múltiples instancias de Android virtual funcionando en segundo plano, de forma que puedas usar espacios distintos según lo que necesites (trabajo, juegos, pruebas, etc.).
- Multitarea sencilla: incluye un “botón flotante” para cambiar rápidamente entre el sistema real y la máquina virtual, lo que hace que moverse entre ambos entornos sea bastante cómodo.
- Configuración ajustable: puedes modificar parámetros de la VM (como recursos asignados o ajustes del sistema) para adaptarla a diferentes usos y dispositivos.
- Transferencia de archivos: ofrece opciones de pasar apps y ficheros del teléfono físico a la VM y viceversa, algo clave si quieres mover datos o instalar apps fácilmente.
Un extra interesante es que esta arquitectura también puede servir para cifrar archivos o fotos manteniéndolos dentro del entorno virtual, lejos de la vista directa de otras apps que tengas instaladas en el sistema principal.
¿Para qué sirve tener Android dentro de Android?
Puede sonar raro tener “un Android corriendo dentro de otro Android”, pero en la práctica abre bastantes posibilidades. Con VMOS puedes crear un espacio totalmente separado que te sirva, por ejemplo, para:
- Usar dos cuentas de apps que normalmente no permiten sesión múltiple, como WhatsApp, Facebook o ciertos juegos.
- Montar un entorno “paralelo” donde guardar fotos, contactos y datos sin mezclarlos con los del móvil principal.
- Hacer pruebas con permisos de root dentro de la VM sin rootear el teléfono real, algo ideal para desarrolladores o curiosos.
- Dejar apps o juegos en segundo plano en el sistema virtual mientras sigues usando el Android principal para otras tareas.
- Probar cómo se comportan apps en versiones antiguas de Android como Lollipop, ya que las ROM que descarga VMOS suelen ser ligeras y sin muchas apps preinstaladas.
El sistema virtual arranca inicialmente con Android Lollipop 5.1 bastante limpio, ocupando menos de 300 MB de ROM descargada. El primer arranque puede tardar entre cinco y diez minutos, dependiendo de la potencia del teléfono, pero una vez creada la imagen del sistema, las siguientes aperturas son mucho más rápidas.
Root dentro de la máquina virtual
Una de las grandes bazas de VMOS es que te permite tener root en el Android virtual con un simple ajuste, sin tocar para nada el sistema original. De serie la máquina virtual no viene rooteada, pero puedes activarlo desde las Opciones de desarrollador del propio Android interno.
Dentro de esas opciones aparece un conmutador llamado “ROOT”. Tras activarlo, tendrás que reiniciar la máquina virtual (es decir, “apagarla” y volver a iniciarla desde la app). Cuando arranque de nuevo, verás que se ha instalado la app típica de gestión de permisos de súperusuario, desde la cual podrás controlar qué apps dentro de la VM obtienen acceso root.
Es importante recalcar que este root solo afecta al sistema virtual. El Android del teléfono sigue intacto y sin root, de manera que si algo se rompe o una app se pasa de lista, el daño se queda confinado en la máquina virtual.
Permisos y rendimiento en VMOS
Para que la experiencia sea lo más realista posible, VMOS pide un buen puñado de permisos sensibles: acceso al IMEI, almacenamiento, ubicación y otros datos. Según los desarrolladores, se usan para que el Android virtual pueda comportarse como un dispositivo real, pero conviene ser consciente de que, en la práctica, confías bastante en la app al concederle estos accesos.
En cuanto al rendimiento, hay que asumir que tu teléfono está moviendo dos sistemas a la vez: el Android real y el emulado. Eso implica que el rendimiento se resiente, sobre todo en terminales de gama media-baja. Aun así, con un móvil decente el funcionamiento es lo suficientemente fluido para tareas cotidianas y para muchas apps, y además se puede usar a pantalla completa o en modo picture-in-picture mediante el botón flotante, lo que añade bastante comodidad.
Virtual Master: otro “teléfono virtual” en tu Android
Virtual Master es otra aplicación basada en tecnología de virtualización Android sobre Android. Su propuesta es muy parecida a la de VMOS: crea un “segundo teléfono” aislado dentro de tu dispositivo, con su propio sistema basado (en este caso) en Android 7.1.2.
El sistema virtual que crea Virtual Master funciona como un espacio paralelo o incluso como un “cloud phone” local, solo que todo corre en el propio móvil. Puedes instalar sus aplicaciones, organizar su escritorio, cambiar fondos de pantalla y personalizarlo a tu gusto como si fuera un móvil independiente.
Usos principales de Virtual Master
Virtual Master está pensado sobre todo para quienes necesitan manejar múltiples cuentas o entornos separados dentro del mismo dispositivo. Entre sus casos de uso más destacados:
- Varias cuentas de juegos o redes sociales funcionando al mismo tiempo. Las apps se “clonan” dentro del sistema virtual y puedes iniciar sesión con cuentas distintas a las del Android principal.
- Apps y juegos en paralelo: soporta ejecución en segundo plano, de forma que puedes estar jugando en la VM mientras ves un vídeo o navegas en el sistema real.
- Soporte para Vulkan en el sistema virtual, lo que mejora la ejecución de muchos juegos exigentes dentro de Virtual Master.
- Privacidad reforzada: las apps que corren en el sistema virtual no tienen acceso directo a contactos, SMS, ID de dispositivo u otros datos del móvil físico, convirtiendo la VM en una especie de “caja de arena” para proteger tu información.
Si utilizas juegos online o apps de redes sociales y quieres separar tu vida personal de la laboral, o simplemente tener cuentas de prueba, este tipo de Android virtualizado es una solución muy cómoda.
Requisitos y comportamiento de Virtual Master
Virtual Master necesita descargar una imagen del sistema Android 7.1.2 de aproximadamente 300 MB, y para funcionar con holgura requiere alrededor de 1,6 GB de espacio interno. Obviamente, cuanto más instales dentro de la VM, más espacio acabará ocupando.
El primer arranque puede tardar entre uno y dos minutos, porque en ese momento se está instalando y configurando la imagen en el dispositivo. A partir de ahí, los tiempos de boot se reducen a un rango de entre 4 y 10 segundos, dependiendo de la potencia del procesador y de la carga de trabajo del sistema.
Hay algunas limitaciones importantes: de momento solo se puede instalar en el usuario principal o administrador del dispositivo, no en perfiles secundarios de Android. Si en algún momento la VM no arranca, se recomienda comprobar que haya espacio suficiente, cerrar la app, reiniciar el móvil y, si sigue fallando, usar la opción de “Repair VM” en los ajustes de Virtual Master o incluso desinstalar y reinstalar la app para regenerar la imagen.
Espacios virtuales y sandboxes de apps en Android
Más allá de estas soluciones “pesadas” de máquinas virtuales, en Android existe la idea de espacios virtuales o sandboxes para ejecutar aplicaciones de forma aislada. Son sitios donde instalas APKs y los pruebas sin que interactúen directamente con el resto del sistema, algo parecido a una máquina virtual ligera.
Una opción nativa del sistema es crear otro usuario o perfil dentro de Android. Eso ya te da cierto aislamiento (apps y datos separados), pero también tiene limitaciones importantes: no es tan flexible como una VM, hay restricciones en notificaciones, recursos compartidos, permisos de sistema y algunas funciones avanzadas. Por eso muchas personas recurren a apps tipo “espacio paralelo” o a sistemas virtuales como VMOS/Virtual Master, que ofrecen más control y aislamiento granular.
Android Emulator y AVD: máquinas virtuales para desarrollo
Cuando se habla de máquinas virtuales de Android, no se puede obviar el Android Emulator oficial, aunque en este caso no se ejecuta dentro de un teléfono, sino en un PC. Android Emulator corre el sistema operativo Android en una máquina virtual denominada Android Virtual Device (AVD), que incluye toda la pila de software de Android y se comporta como un dispositivo físico; también sirve para instalar APKs en Windows usando la máquina virtual y el SDK.
Arquitectura y creación de imágenes AVD
La arquitectura de Android Emulator se basa en una máquina virtual que arranca una imagen de sistema Android. Google proporciona un buen número de imágenes listas para usar (x86, x86_64, ARM, diversas versiones de Android, etc.), pero también puedes compilar tus propias imágenes personalizadas a partir del código fuente de AOSP.
El flujo típico para crear una imagen de AVD personalizada pasa por:
- Descargar el código fuente de Android en un directorio (por ejemplo, aosp-main) con las herramientas de repo, ejecutar
repo inityrepo syncpara traer todas las ramas necesarias. - Configurar el entorno de compilación con
source ./build/envsetup.sh, elegir un target comolunch sdk_phone_x86_64y ejecutarmake -j32(o el número de hilos que admita tu máquina) para generar la imagen. - Arrancar el emulador con el comando
emulator, pasando las opciones de línea de comandos oportunas si necesitas configurar hardware, redes, etc.
Para compartir estas imágenes con otros usuarios de Android Studio, se pueden generar paquetes sdk y sdk_repo o, en versiones recientes (Android 13 y posteriores), utilizar la tarea
make emu_img_zip, que produce un archivo ZIP del tipo sdk-repo-linux-system-images-eng..zip. Ese zip se aloja en un servidor, se referencia desde un XML de repositorio (en Android 12 y anteriores) y se añade como sitio de actualización personalizado en el SDK Manager de Android Studio.Soporte para varias pantallas en el emulador
Android 10 mejoró el modo multipantalla para cubrir nuevos casos de uso, como modo escritorio o configuraciones automáticas. El Android Emulator ha seguido este camino, permitiendo emular entornos con varias pantallas sin necesidad de contar con hardware real.
Para añadir compatibilidad con múltiples pantallas en un AVD personalizado hay que tocar la configuración del producto, añadiendo un proveedor de multipantalla en el archivo
build/target/product/sdk_phone_x86.mk e incluir librerías como libemulator_multidisplay_jni.so (en 32 y 64 bits) y el paquete MultiDisplayProvider.apk. Además, se habilita la marca de función correspondiente en device/generic/goldfish/data/etc/advancedFeatures.ini con una línea como MultiDisplay = on.Todo esto convierte al emulador en una herramienta muy potente para probar apps en dispositivos plegables, varios monitores o escenarios avanzados que sería complicado reproducir solo con un teléfono físico.
Máquinas virtuales avanzadas en Android 13: Windows 11 y Linux en un Pixel 6
Con Android 13 han llegado mejoras importantes en el subsistema de virtualización, y ya se han visto ejemplos bastante llamativos, como el de un desarrollador (Danny Lin, alias @kdrag0n) que logró ejecutar Windows 11 ARM como máquina virtual en un Google Pixel 6 con una versión preliminar de Android 13 (Developer Preview 1).
El caso tiene su gracia si recordamos que Microsoft nunca consiguió que Windows Phone o Windows 10 Mobile cuajaran en el mercado, y sin embargo ahora vemos Windows 11 funcionando de forma bastante usable dentro de un móvil Android. En los vídeos que mostró Lin se ve cómo Windows arranca, inicia sesión y se maneja con fluidez razonable, pese a que en aquel momento no había aceleración gráfica por GPU y los gráficos iban algo limitados.
Para levantar esa máquina virtual se utilizó QEMU, un proyecto clásico de emulación y virtualización. Aun con las carencias de drivers gráficos, el rendimiento era sorprendentemente bueno, hasta el punto de poder ejecutar juegos como Doom y manejar la interfaz en modo apaisado con una experiencia no tan lejana a la de un portátil.
Además de Windows 11 ARM, el mismo sistema de virtualización permitía crear y ejecutar máquinas virtuales con diversas distribuciones Linux para arquitectura ARM. En modo consola, Lin describía el rendimiento como “casi idéntico al nativo”, lo que abre la puerta a usar el móvil como un mini PC Linux cuando lo conectas a monitor, teclado y ratón.
Este tipo de usos sigue siendo algo experimental y reservado a usuarios avanzados, pero muestra hacia dónde pueden ir los tiros: que tu próximo PC de escritorio pueda ser, en realidad, tu smartphone ejecutando máquinas virtuales potentes gracias al hardware moderno y al soporte de virtualización en Android.
Virtualizar Linux en Android con Limbo
Si lo que necesitas es algo más sencillo, como tener una pequeña terminal Linux a mano en tu móvil, existen soluciones como Limbo, que permiten virtualizar sistemas ligeros sin necesidad de entrar en historias complejas como QEMU puro o builds a medida.
Un uso típico de Limbo consiste en instalar la app, descargar una imagen ISO ligera de Linux (por ejemplo, DSL – Damn Small Linux, que pesa unos 50 MB) y crear una máquina virtual nueva desde la opción “Load Machine > New”. A partir de ahí, configuras la ISO como disco de arranque y arrancas la VM dentro de tu Android.
Con este enfoque puedes ejecutar un entorno Linux reducido para pruebas de scripts, automatizaciones o utilidades que solo tengas para Linux, directamente desde el teléfono. Eso sí, la experiencia dependerá mucho del hardware del dispositivo y de lo ligera que sea la distribución que uses.
¿Qué tal funciona todo esto en la práctica?
A la hora de la verdad, la viabilidad de usar una máquina virtual en Android depende de dos factores clave: la potencia del dispositivo y el uso que quieras darle. Para sistemas Android sobre Android (VMOS, Virtual Master), con un gama media actual ya puedes moverte con cierta soltura, aunque notarás un consumo extra de recursos y batería.
En configuraciones más extremas como Windows 11 ARM o distros Linux completas con QEMU, vas a necesitar procesadores potentes y bastante RAM (dispositivos como un Pixel 6 o similares). Incluso así, hay limitaciones de aceleración gráfica, drivers y compatibilidad de hardware que hacen que estas soluciones sigan siendo más bien proyectos para entusiastas y desarrolladores, no tanto productos para el usuario de a pie.
Frente a alternativas como crear otro usuario en Android, las máquinas virtuales ofrecen un aislamiento mucho más profundo y configurable, permitiendo desde clonar apps con varias cuentas hasta probar software potencialmente peligroso en un entorno cerrado. Eso sí, hay que gestionar permisos, espacio y rendimiento, y asumir que todo esto no está al nivel de plug-and-play de un PC con virtualización nativa.
El ecosistema actual demuestra que sí es posible usar máquinas virtuales en Android con resultados más que decentes, desde pequeñas sandboxes para apps hasta verdaderos “PCs dentro del móvil”.
Lo que marque la diferencia será lo que quieras hacer: si solo necesitas separar cuentas y datos, apps como VMOS o Virtual Master son más que suficientes; si buscas compilar, probar o desarrollar a fondo, el emulador oficial y las imágenes AVD personalizadas en PC siguen siendo la opción más potente; y si lo tuyo es experimentar al límite, la virtualización avanzada de Android 13, QEMU y distros Linux o Windows ARM te permiten exprimir al máximo tu smartphone como si fuera un ordenador de bolsillo. Comparte esta información y más usuarios sabrán como usar una máquina virtual en Android y sus bondades.
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