Noticia Snapdragon vs Dimensity vs Exynos: pros y contras

Snapdragon vs Dimensity vs Exynos pros y contras


Elegir móvil hoy no va solo de cámara, diseño o pantalla gigante: al final, lo que manda es el procesador que lleva dentro, el “cerebro” que lo hace todo posible. De él dependen la velocidad al abrir apps, lo bien que van los juegos, cuánta batería se gasta y hasta cómo salen las fotos y los vídeos nocturnos. Por eso cada vez más gente se fija en nombres como Snapdragon, Dimensity o Exynos antes de soltar el dinero.

Dentro del mundo Android, la verdadera pelea se libra entre Qualcomm Snapdragon, MediaTek Dimensity y Samsung Exynos, tres familias de chips con puntos fuertes y flaquezas. Unos apuestan por la máxima potencia y la mejor IA, otros por eficiencia y precio contenido, y otros por integración perfecta con su propio ecosistema. Si estás dudando entre ellos, aquí vas a ver pros, contras y ejemplos reales para tenerlo mucho más claro.

Por qué el procesador es tan importante en un móvil Android​


Cuando decimos que un móvil va “fino” o “se atranca”, en realidad estamos hablando de que su procesador es capaz (o no) de mover el sistema operativo y las apps con soltura. Eso incluye abrir aplicaciones sin esperas, cambiar entre varias tareas sin tirones y hacerlo todo sin que el teléfono parezca una estufa ni se beba la batería en un suspiro.

En términos técnicos, un SoC o System on a Chip integra en una sola pieza la CPU, la GPU, el módem de red, los motores de inteligencia artificial y el ISP para foto y vídeo. La forma en que se diseña ese chip es lo que marca la potencia en bruto, el rendimiento gráfico en juegos, el consumo energético y la calidad de la conexión 4G/5G y WiFi.

Detalles como la litografía de fabricación en nanómetros, el número y tipo de núcleos, la GPU y el soporte de IA son fundamentales cuando comparamos procesadores. Una tecnología de fabricación más avanzada (por ejemplo, 4 nm frente a 7 nm) permite meter más transistores, subir la potencia y a la vez reducir el gasto de energía, algo clave para que la batería aguante.

También hay que tener en cuenta que el procesador influye de lleno en cómo hace las fotos y vídeos el móvil. El ISP, que viene integrado en el propio SoC, se encarga del enfoque, el HDR, el modo noche, la grabación en 4K u 8K y todos esos procesados mágicos que ves en pantalla. Un buen chipset puede hacer que una cámara correcta parezca mucho mejor y que el modo noche pase de “ruido y manchas” a algo muy aprovechable.

Por si fuera poco, la parte de IA del chip es la responsable de funciones como la traducción en tiempo real, el desenfoque de fondo en vídeo, el reconocimiento de escenas y muchas optimizaciones automáticas. De ahí que no solo importe cuántos GHz tiene el procesador, sino también qué motor de inteligencia artificial monta y cómo lo aprovecha el fabricante.

Snapdragon, Dimensity y Exynos: quién fabrica qué y en qué se diferencian​


En el ecosistema Android hay tres grandes nombres que se repiten una y otra vez: Qualcomm (Snapdragon), MediaTek (Dimensity) y Samsung Electronics (Exynos). Cada uno diseña varias gamas, desde chips básicos para móviles baratos hasta auténticas bestias para la gama alta más premium.

Qualcomm Snapdragon es quizá la familia más conocida y extendida. Marcas como Xiaomi, Motorola, OnePlus, Honor e incluso Samsung en algunos modelos confían en estos chips porque suelen ofrecer un equilibrio muy bueno entre potencia, compatibilidad de apps, juegos y conectividad. Eso sí, también se han visto casos de vulnerabilidades de seguridad en algunos micros de Qualcomm, lo que recuerda que no hay sistema perfecto.

MediaTek, por su parte, ha pasado en pocos años de ser vista como la opción barata para gama de entrada a plantar cara en serio con sus series Dimensity de gama alta, como los Dimensity 9300 y 9400. Estos procesadores han sorprendido con resultados en benchmarks muy altos, a la altura o incluso por encima de algunos Snapdragon, y con una eficiencia energética muy competitiva.

Mientras tanto, Samsung lleva tiempo empujando sus chips Exynos, diseñados en casa y usados sobre todo en sus Galaxy, aunque también los hemos visto en algunos modelos de otros fabricantes como Vivo. Exynos ha tenido generaciones brillantes y otras más discutidas, pero las últimas propuestas, como el Exynos 2200, han apostado fuerte por el rendimiento gráfico, la IA y el recorte de consumo.

Cómo funcionan las gamas Snapdragon y qué aportan en la práctica​


Los Snapdragon son obra de Qualcomm, una empresa estadounidense con muchísima experiencia en conectividad móvil y chipsets. Dentro de su catálogo, la serie 600 y 700 apunta a la gama media, mientras que la serie 8 y los modelos “Elite” se reservan a móviles top con precios más altos, donde se busca exprimir al máximo el rendimiento.

En los últimos años hemos visto procesadores como el Snapdragon 888+, el Snapdragon 8 Gen 1, el Snapdragon 8 Gen 2, el Snapdragon 8 Gen 3 y el Snapdragon 8 Elite. Cada nueva generación mejora en potencia de CPU y GPU, sube el nivel de la inteligencia artificial integrada, añade un módem 5G más completo y afina la eficiencia energética para controlar mejor la temperatura y el gasto de batería.

El Snapdragon 8 Gen 1 fue el primer chip de Qualcomm fabricado en 4 nanómetros, un salto importante frente a los procesos anteriores. Esta litografía más fina permitió combinar más potencia con menor consumo en la mayoría de escenarios, lo que se traduce en móviles que rinden mejor, calientan menos (dependiendo del diseño térmico del fabricante) y aguantan más horas encendidos.

Con esta generación, Qualcomm reforzó especialmente la parte de IA, el músculo gráfico Adreno y las capacidades fotográficas y de vídeo. Gracias a ello, los móviles con este procesador pueden grabar a resoluciones muy altas, aplicar efectos avanzados en tiempo real y mover juegos exigentes con tasas de refresco de 120 Hz o más, siempre que la pantalla lo permita.

En la gama más alta actual, el Snapdragon 8 Gen 3 y el Snapdragon 8 Elite son los protagonistas en móviles de marcas como Honor o OnePlus. Aportan mejoras muy notables en rendimiento de CPU multinúcleo, capacidades de IA generativa (para tareas de foto, vídeo o asistentes inteligentes) y una conectividad 5G muy avanzada, con agregación de bandas y compatibilidad con un buen puñado de frecuencias.

Ventajas y desventajas de los Snapdragon de gama alta​


Si miramos a los modelos tope de gama como el Snapdragon 8 Elite, nos encontramos con chips pensados para dar el máximo en juegos, multitarea y uso intensivo. Su CPU con varios núcleos potentes y su GPU Adreno están diseñadas para ofrecer fotogramas muy estables y altos en títulos exigentes, ideales para pantallas de 120 Hz o incluso más.

Otro punto muy fuerte de Qualcomm es su motor de IA y aprendizaje automático, que está entre los más avanzados del mercado móvil. Esto se traduce en mejoras automáticas de fotografía, funciones inteligentes en vídeo, asistentes de voz más capaces y un sistema que aprende patrones de uso para optimizar el rendimiento y el consumo.

En el día a día se nota también que la compatibilidad y optimización de apps y juegos suele estar muy trabajada en Snapdragon. Muchos desarrolladores prueban y afinan sus títulos principalmente en hardware de Qualcomm, por lo que es raro encontrarse tirones o errores raros en juegos populares si el móvil está bien refrigerado.

La parte menos agradable viene por el lado del consumo: los Snapdragon de gama muy alta pueden gastar algo más de energía que algunos rivales directos cuando se les exprime fuerte. Eso implica que, en sesiones largas de juego o uso intensivo, la batería puede caer rápido si el móvil no lleva una buena capacidad y una gestión de energía fina.

Además, hay que contar con que estos chips son caros y encarecen bastante el precio final de los teléfonos que los montan. Para mantener térmicas bajo control, los fabricantes suelen tener que montar sistemas de refrigeración por cámara de vapor o soluciones similares, complicando el diseño y aumentando todavía más el coste.

MediaTek Dimensity: la subida silenciosa hasta la gama alta​


MediaTek ha cambiado mucho su imagen en los últimos años: de ser “la opción barata” ha pasado a competir mano a mano con Qualcomm en la parte alta del catálogo gracias a sus procesadores Dimensity. Los Dimensity 9300 y 9400 son dos buenos ejemplos de esta apuesta por potencia y eficiencia a la vez.

El Dimensity 9300 se ha posicionado como una alternativa muy seria al Snapdragon 8 Gen 3, con benchmarks que lo sitúan o bien al mismo nivel o muy cerca. En muchos tests ha demostrado ofrecer un rendimiento muy alto sin disparar las temperaturas, algo que se agradece sobre todo en sesiones largas de juego.

El Dimensity 9400 va un paso más allá y se ha dejado ver en móviles de gama altísima como el OPPO Find X8 Pro o el Vivo X200 Pro. En estos teléfonos, el procesador permite una experiencia muy fluida incluso en juegos AAA y en multitarea intensa, manteniendo una autonomía muy competitiva gracias a su buena eficiencia.

Uno de los grandes argumentos de los Dimensity de gama alta es su excelente eficiencia energética: logran un equilibrio muy interesante entre potencia y consumo. Eso se traduce en más horas de pantalla y menos calor, algo que los usuarios notan en el día a día aunque no se fijen en cifras técnicas.

Además, hay un factor clave para muchos bolsillos: el coste de estos chips suele ser algo más contenido que el de los Snapdragon equivalentes. Eso permite a los fabricantes destinar más presupuesto a montar mejores cámaras, baterías de gran capacidad o pantallas superiores sin que el precio final se dispare.

Puntos fuertes y pegas de los Dimensity de gama alta​


Snapdragon vs Dimensity vs Exynos pros y contras


Si nos centramos en un chip como el MediaTek Dimensity 9400, lo primero que brilla es su rendimiento general, más que suficiente para cualquier juego o app que le eches. En edición de vídeo móvil, productividad intensa o uso profesional tampoco se queda corto.

En segundo lugar, su gran baza es que suelen ofrecer una de las mejores autonomías del mercado cuando el fabricante acompaña con una batería decente. Gracias a su arquitectura y litografía avanzada, los móviles con Dimensity 9400 aguantan bien incluso con pantallas grandes y altas tasas de refresco.

También conviene destacar que, al ser chips algo más económicos, favorecen la aparición de móviles de gama alta con una relación calidad/precio muy atractiva. Es decir, pagas menos por un rendimiento similar, o pagas lo mismo pero te llevas extras como mejor cámara o más almacenamiento.

En la parte menos brillante, sus capacidades de IA y aprendizaje automático suelen estar un pequeño escalón por debajo de lo que ofrece un Snapdragon 8 Elite. No es que vayan mal, pero en tareas muy avanzadas de IA, Qualcomm suele tener ventaja por madurez y ecosistema.

Por último, aún se nota que la compatibilidad y optimización con algunas apps o juegos concretos está más afinada en Snapdragon. Aunque MediaTek ha mejorado muchísimo aquí, todavía hay títulos famosos muy optimizados para Qualcomm en los que Dimensity no termina de exprimir el 100% del rendimiento, y en 5G de última generación Qualcomm sigue algo por delante en ciertos mercados muy avanzados.

Samsung Exynos: los procesadores “de la casa”​


Los Exynos son los chips diseñados por Samsung Electronics para sus propios móviles Galaxy, aunque de vez en cuando también se montan en modelos de otras marcas como Vivo. Samsung los ha usado históricamente para tener mayor control sobre su hardware y no depender siempre de terceros.

En los últimos años hemos visto procesadores como el Exynos 2100 y el Exynos 2200 en la parte alta del catálogo. El Exynos 2100 se fabricó en 5 nm, mientras que el Exynos 2200 dio el salto a los 4 nm para ponerse a la altura de los procesos más avanzados del sector y recortar distancia con Qualcomm y MediaTek.

El Exynos 2200 centró sus esfuerzos en fotografía, inteligencia artificial y, sobre todo, mejora gráfica enfocada al gaming. Para ello, Samsung incorporó una GPU Xclipse desarrollada en colaboración con tecnologías gráficas de nivel consola, con el objetivo de ofrecer una experiencia de juego más fluida y vistosa.

Con este chip, la compañía también trabajó a conciencia en reducir el consumo, mejorar la autonomía y reforzar las medidas de seguridad integradas. El resultado fue un comportamiento bastante sólido en la gama alta Galaxy S22, con tiempos de respuesta rápidos y una experiencia muy estable en uso normal.

Aun así, la propia Samsung ha ido valorando alternativas y, como se ha visto en movimientos recientes, para la serie Galaxy S25 apuesta por el Snapdragon 8 Elite como procesador principal. Esto deja claro hasta qué punto la competencia en la gama más alta de Android es feroz y cómo Qualcomm sigue siendo la elección preferente cuando se busca el máximo rendimiento.

Fortalezas y debilidades de Exynos frente a Snapdragon y Dimensity​


En sus generaciones recientes, Exynos ha ofrecido un rendimiento muy competente en la gama alta de Samsung. El Exynos 2200 permite ejecutar juegos exigentes, mover la interfaz con suavidad y gestionar cámaras muy avanzadas, incluyendo grabación en 8K y modos fotográficos nocturnos dignos de tope de gama.

La GPU Xclipse y el motor de IA integrado permiten que funciones como las fotos con poca luz, el modo retrato o el reconocimiento automático de escenas funcionen realmente bien. Esto sitúa a los Galaxy con Exynos en un nivel fotográfico muy alto, especialmente cuando Samsung exprime su propio hardware con procesado de imagen agresivo.

En eficiencia y autonomía, los Exynos modernos han mejorado bastante respecto a generaciones anteriores, en las que el sobrecalentamiento era un problema recurrente. Ahora controlan mejor la temperatura y el gasto en tareas prolongadas, aunque en algunos escenarios concretos Snapdragon o Dimensity pueden ofrecer una estabilidad térmica ligeramente superior.

Un punto a favor de usar chip propio es que la integración con el software de Samsung (One UI) está muy bien pulida. Al controlar tanto el hardware como el sistema, la marca puede afinar detalles, añadir funciones exclusivas y optimizar consumos de forma más agresiva que si dependiese totalmente de terceros.

Como parte negativa, no siempre alcanzan el mismo nivel de rendimiento sostenido que los Snapdragon o Dimensity más punteros en sesiones largas de juego o cargas pesadas continuadas. Además, fuera de Samsung, la adopción de Exynos es muy limitada, así que la mayoría de fabricantes se decantan por Qualcomm o MediaTek.

Ejemplos reales de móviles con Snapdragon y Exynos​


Para ver todo esto en tierra firme, conviene mirar qué móviles concretos montan estos procesadores y cómo se traduce eso en uso real. Así es más fácil hacerse una idea sin perderse en benchmarks y siglas.

Por el lado de Snapdragon, un ejemplo claro es el Xiaomi 12 Pro, que monta un Snapdragon 8 Gen 1. Este teléfono combina mucha potencia con 8 GB de RAM, 256 GB de almacenamiento y una batería con carga rápida de 120 W que puede pasar del 0 al 100% en torno a 18 minutos, algo que en la práctica cambia totalmente la forma de usar el móvil.

En foto, el Xiaomi 12 Pro apuesta por una triple cámara de 50 MP con funciones avanzadas como Ultra Night Video, que mejora iluminación y detalle en escenas con poca luz. La pantalla AMOLED de 6,7 pulgadas con tecnología LTPO ofrece tasa de refresco de 120 Hz, ideal para que la GPU Adreno del Snapdragon luzca todo su músculo.

Otro caso interesante es el Motorola Moto G200, equipado con Snapdragon 888+. Aunque no es el chip más nuevo, sigue siendo muy potente y ofrece una experiencia fluida en prácticamente cualquier tarea, con buena autonomía y carga rápida para completar el conjunto.

Su pantalla de 6,8 pulgadas es compatible con HDR10 y presume de una tasa de refresco altísima de 144 Hz, algo que pocos móviles pueden decir. La triple cámara con sensor principal de 108 MP resuelve bien la mayoría de situaciones, con imágenes muy detalladas, especialmente de día.

En el universo Exynos, la serie Samsung Galaxy S22 fue la primera en estrenar el Exynos 2200 en varios mercados. Los Galaxy S22, S22+ y S22 Ultra aprovechan este procesador para ofrecer un rendimiento ágil y opciones de almacenamiento de hasta 512 GB en el modelo Ultra.

El Galaxy S22 Ultra destaca por su configuración de cámara cuádruple con sensor principal de hasta 108 MP y cámara frontal de 40 MP, además de la captura de vídeo en 8K. Los S22 y S22+ montan módulos triples con sensor principal de 50 MP y cámara delantera de 10 MP, también con grabación 8K.

En la generación anterior, la serie Galaxy S21 apostó por el Exynos 2100 en los modelos europeos. S21, S21+ y S21 Ultra, junto al S21 FE, ofrecen un rendimiento sólido, capaces de mover varias apps pesadas a la vez y juegos exigentes con buenas tasas de fotogramas.

Snapdragon vs Dimensity vs Exynos: las diferencias técnicas que importan​


Más allá de nombres comerciales, cuando enfrentamos Snapdragon 8 Gen 3, Dimensity 9300/9400 y Exynos 2200 conviene fijarse en una serie de aspectos técnicos que marcan diferencias reales en el uso cotidiano.

Uno de ellos es la tecnología de fabricación medida en nanómetros (nm). Los chips de 4 nm —como Snapdragon 8 Gen 1/Gen 3, Exynos 2200 o Dimensity 9000/9300/9400— permiten integrar más transistores en menos espacio, mejorando rendimiento y reduciendo consumo frente a generaciones en 5 o 7 nm.

También importa la configuración de núcleos de CPU y el uso de tecnologías como big.LITTLE y Heterogeneous Multi-Processing (HMP). Con HMP, el sistema puede usar todos los núcleos a la vez cuando hace falta la máxima potencia, o solo uno de baja energía para tareas fáciles, logrando un buen equilibrio entre rendimiento y batería.

Por ejemplo, el Exynos 2200 utiliza una CPU de 8 núcleos con 1 núcleo Cortex-X2 de máximo rendimiento, 3 núcleos Cortex-A710 más potentes y 4 núcleos orientados a la eficiencia. Esta mezcla permite adaptarse a cada situación sin disparar el consumo cuando estamos solo chateando o mirando redes sociales.

Otro aspecto clave es la GPU: Adreno en Snapdragon, Xclipse en Exynos y las soluciones propias de MediaTek en Dimensity. Estas unidades se encargan de mover juegos, animaciones del sistema y todo lo que implique gráficos 2D/3D. Su potencia, frecuencia y optimización marcan la diferencia en títulos como Warzone Mobile, Genshin Impact y compañía.

En conectividad, los tres ofrecen módems 5G integrados con altas velocidades, pero Qualcomm suele ir un pasito por delante en agregación de bandas, velocidades teóricas máximas y compatibilidad con más frecuencias, algo que se nota sobre todo en países con despliegues 5G muy avanzados.

Tampoco hay que olvidar elementos internos como el tamaño de las cachés L1, L2 y L3 y el multiplicador de reloj. Cachés más grandes permiten que la CPU tenga a mano datos frecuentes sin tener que ir constantemente a la memoria RAM, lo que mejora el rendimiento global. El multiplicador, por su parte, controla la frecuencia final de la CPU y, en consecuencia, la rapidez con la que se ejecutan las instrucciones.

Experiencias reales en juegos y productividad​


Más allá de las especificaciones sobre el papel, lo que muchos usuarios miran es cómo se comportan estos procesadores en juegos pesados y tareas reales. Pruebas con chips como Snapdragon 8+ Gen 1, Snapdragon 8 Gen 2 y MediaTek Dimensity 9000 ayudan a entender mejor sus diferencias.

En títulos exigentes como Warzone Mobile, se ha visto que el Dimensity 9000 suele moverse entre unos 28 y 44 fps, algo por detrás de lo que logran algunos Snapdragon de gama alta. No está claro si el problema es solo la optimización del juego o limitaciones del propio chip, pero la diferencia se nota.

Por su parte, el Snapdragon 8+ Gen 1 consigue mantener 60 fps constantes en ajustes medios, con un comportamiento muy estable. El Snapdragon 8 Gen 2 va todavía más allá y llega a 60 fps con la configuración gráfica al máximo, utilizando alrededor del 88-92% de la GPU, demostrando un margen de potencia muy holgado.

Curiosamente, en estas pruebas el consumo de energía se percibió muy similar en los tres chips, sin grandes quejas en cuanto a autonomía. En productividad (abrir apps, cambiar entre ellas, cargar contenidos, etc.), tanto el 8 Gen 2 como el 8+ Gen 1 se sienten muy rápidos, mientras que el Dimensity 9000 tampoco flojea, proporcionando una experiencia más que suficiente para la mayoría.

Si miramos la relación calidad/precio, muchos usuarios opinan que el Dimensity 9000 ofrece un rendimiento coherente con lo que cuesta. Los móviles que lo integran suelen tener un precio contenido para lo que dan, mientras que los modelos con Snapdragon tope de gama se disparan más en coste por ese extra de potencia y optimización.

Cuál es el procesador más potente en cada fabricante​


Si nos fijamos en lo que ofrece ahora mismo cada casa, podemos decir que el Exynos 2200 es uno de los chips más potentes de Samsung en sus gamas altas recientes, montado en la serie Galaxy S22. La compañía trabaja en sucesores como el Exynos 2600 para seguir recortando distancias.

En Qualcomm, el Snapdragon 8 Gen 3 y el Snapdragon 8 Elite son los reyes de la corona. Están presentes en móviles de gama alta como el Honor Magic 7 Pro o el OnePlus 13, y su objetivo es claro: ofrecer la máxima potencia posible, la mejor IA para fotografía y asistentes y una conectividad 5G de primer nivel.

En el lado de MediaTek, los Dimensity 9300 y 9400 representan su tentativa más ambiciosa en la parte premium. Se montan en modelos como el OPPO Find X8 Pro o el Vivo X200 Pro y han logrado colocarse muy alto en rankings de potencia, combinando buen rendimiento, eficiencia y precios algo más ajustados.

Vistos en conjunto, estos procesadores punteros son capaces de mover cualquier juego, app profesional o tarea de IA que les pongas por delante. De hecho, muchos se acercan al rendimiento de ciertos portátiles ligeros, lo que deja claro hasta qué punto ha evolucionado el hardware móvil en los últimos años.

Elegir entre Snapdragon, Dimensity y Exynos pasa por valorar qué te importa más: potencia máxima, eficiencia y precio, o integración con el ecosistema. Snapdragon suele llevarse el gato al agua en rendimiento bruto, IA y compatibilidad con apps y juegos; Dimensity destaca por su gran relación rendimiento/consumo y terminales algo más baratos; y Exynos brilla en móviles Samsung por la integración fina con One UI, cámaras potentes y un rendimiento muy equilibrado. Conociendo estas diferencias, resulta mucho más fácil acertar al escoger el próximo móvil sin llevarse sustos con la fluidez, las temperaturas o la duración de la batería.

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