Salvar el mundo o pegarse con villanos son enormes clichés de los cómics de superhéroes. Casi se podría decir que siempre lo ha sido. Pero hubo un tiempo en el que los autores podían abordar temas más complejos y simplificarlos para los jóvenes lectores. Como cuando Superman tuvo que pagar mil millones de dólares a Hacienda o Wonder Woman acabó siendo presidenta en mitad de la Segunda Guerra Mundial. Dicho esto, había temas tabú: el Comics Code Authority ejercía el control de todo lo publicado y estaba por encima de Marvel y DC. ¿Por encima de Stan Lee? Solo hasta la década de los 70s.
Tal y como comentó el propio Stan Lee, en 1971 el gobierno de Estados Unidos le pidió que abordara el tema de las drogas en un cómic de Marvel. Sobra decir que la drogadicción era uno de los máximos temas prohibidos en los cómics. El resultado es que Lee se sacó de la chistera una historia protagonizada por Spider-Man que rompió las reglas del Comics Code Authority y marcó un antes y un después en la industria del noveno arte. Y ojo, que esto ocurrió durante la transición de la Edad de Plata y de Bronce en los cómics.
Pongámonos en contexto, porque el tema es peliagudo: a comienzos de los años 70, Estados Unidos vivía una transformación cultural profunda. El movimiento hippie, la psicodelia y la expansión del consumo de sustancias como el LSD y la marihuana se habían extendido hasta convertirse en una preocupación real. No solo en las calles, sino una responsabilidad a la que gobierno ya no podía mirar hacia otro lado. De este modo, desde la Casa Blanca se lanzó la llamada Guerra contra las Drogas (War on Drugs) bajo la administración de Richard Nixon.
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En ese clima, el Departamento de Salud, Educación y Bienestar pidió a Marvel Comics que publicara una historia que advirtiera sobre los peligros del consumo de drogas. Stan Lee, quien entonces era el editor en jefe de Marvel Comics, aceptó el reto, pero se enfrentó a un obstáculo inesperado: el Comics Code Authority, el organismo de autorregulación de la industria, prohibía cualquier mención a drogas, incluso si era para condenarlas.
Tal y como tú y yo esperamos de Stan -The Man-, decidió saltarse el código olímpicamente y publicar sin el sello de aprobación del Comics Code. Eso sí, esta vez podía escudarse en que se trataba de un encargo por petición expresa de los que estaban más arriba. El resultado serán tres grapas de The Amazing Spider-Man englobadas en el arco de Green Goblin Reborn! y publicadas entre mayo y julio de 1971, con arte de Gil Kane y tintas de Frank Giacoia y John Romita Sr.
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¿De qué va la trama? La historia de Green Goblin Reborn! gira en torno a Harry Osborn, el mejor amigo de Peter Parker, quien cae en la adicción a las drogas tras una ruptura amorosa. Mientras Spider-Man enfrenta al Duende Verde (el padre de Harry, si no eres muy comiquero), también debe lidiar con el colapso emocional de su amigo.
Así, en una escena clave, Peter salva a un joven afectado por el consumo de sustancias y que intenta saltar desde un edificio, y lanza una reflexión que trasciende el papel directamente al lector:
"Prefiero enfrentarme a cien supervillanos que tirar mi vida por la borda enganchándome a las drogas duras"
Por supuesto, esto reforzó la imagen de Spider-Man como figura moral y no solo mostró a Peter Parker como un héroe justiciero, sino con valores y todavía más cercano a los problemas reales de los lectores.
La decisión de publicar sin el sello del Comics Code fue inaudita. Stan Lee argumentó que el mensaje social era más importante que la censura, y Marvel recibió elogios por su valentía. Poco después, el Comics Code Authority revisó sus normas y permitió tratar temas como el alcoholismo y la drogadicción si se abordaban con responsabilidad.
Este acto de rebelión editorial convirtió a Marvel en pionera del cómic socialmente consciente, lo cual definirá la Edad de Bronce, y demostró que los superhéroes podían ser herramientas para educar, no solo entretener. Es más, el posterior editor jefe de Marvel Comics, Joe Quesada, afirmó que aquella historia fue la que vinculó su vida a los cómics.
"Green Goblin Reborn! fue el cómic de Spider-Man que lo convirtió en fanático de por vida, y dijo que su padre "me animó a leer estos números y... realmente me enganché... Lo que mi padre no se dio cuenta fue que estaba iniciando otra adicción [a los cómics]".
Y no solo eso: el cómic de Spider-Man fue usado en escuelas y campañas antidrogas como ejemplo de narrativa accesible para jóvenes al tiempo que, ya dentro de la industria del cómic, se abrió la puerta a historias más maduras tanto en Marvel y como en otras editoriales. Incluida DC Comics.
Cuando el gobierno pidió ayuda, Stan Lee respondió con una historia valiente. Casi temeraria. El arco de Amazing Spider-Man desarrollado durante estos tres cómics no solo salvó a Harry Osborn en la ficción, sino que ayudó a miles de lectores a reflexionar sobre los peligros de las drogas. Y al hacerlo, Stan Lee rompió las reglas, cambió el cómic para siempre y demostró que con gran poder, viene una gran responsabilidad
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La noticia Stan Lee vs. la censura: cuando Marvel incluyó las drogas en los cómics de Spider-Man... a petición de la Casa Blanca fue publicada originalmente en Vida Extra por Frankie MB .
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