Noticia 'The Legend of Zelda: A Link Between Worlds': análisis

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Nintendo lleva desde el ocaso de Wii buscando aprovechar los dos premios que se ha ganado con el paso de los años. El de los jugadores de toda la vida y fanáticos de la marca ya lo tiene más que asegurado, de hecho aquí seguimos muchos al pie del cañón pese a las inclemencias del tiempo, y el otro es el de ese nicho a medio camino entre la indecisión y las ganas de gastar dinero, con pocas facultades pero muchas ganas de jugar.

Sus últimos pasos olían mucho a esa mezcla, a querer contentar a unos y otros por igual sin cerrar puertas. Para bien o para mal ‘The Legend of Zelda: A Link Between Worlds’ bebe mucho de esa fórmula, pero en esta ocasión sus posibilidades son más amplias, consiguiendo mantener enganchado al fan de la saga y ofreciendo una experiencia accesible para los no tan experimentados.


The Legend of Zelda: A Link Between Worlds y la evolución de Nintendo


Se habla mucho de los Zelda o Mario “menores”, esos que pretenden llenar el hueco entre los grandes proyectos de dichas franquicias para sobremesa, pero no he tenido esa sensación con ‘The Legend of Zelda: A Link Between Worlds’, cuya factura técnica es soberbia y sólo en su historia y algunas decisiones de diseño consigue desencantar.

Como de costumbre Nintendo sabe jugar muy bien sus cartas (perro viejo) y las críticas y alabanzas variarán mucho dependiendo de la boca que salgan, pero en mi caso hay dos aspectos que no me acaban de convencer.

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En primer lugar está el personaje de Yuga, el enemigo que parte al mundo de Link buscando atrapar a los Siete Sabios en cuadros para despertar a Ganondorf y aprovecharse de sus poderes para controlar el mundo, y resulta ser uno de los personajes menos inspirados que ha parido Nintendo durante los últimos años. Un brujo andrógino al que la épica de la saga le viene enorme y acaba ensombreciendo aspectos más interesantes como el de una Zelda oscura.

Es una entrega para portátil dispuesta para ser consumida en dosis pequeñas, así que tampoco hay mucho tiempo para entretenerse con los pasos de esta secuela de ‘A Link to the Past’. La vida pasa y tú te limitas a lidiar con lo que la historia te va echando encima. Una vez más, por mi parte sin problemas, pero habrá quienes no casen con mi opinión y no puedo restarles parte de razón.

El sistema de juego no sólo acaba pellizcando la historia, también hace lo propio con mecánicas tan clásicas como la recolección de objetos o la exploración de mazmorras, siendo lo primero una oportunidad para hacerte con cualquier arma desde el principio y lo segundo el salto de la saga a un esquema más mundo abierto y menos RPG.

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Un Zelda a tu medida


La idea es que desde los primeros compases de la aventura puedas decidir cómo encarar el juego, con qué armas hacerlo y el orden en el que visitarás las mazmorras, todo destinado a partidas que duren desde la media hora hasta las 15 que te llevará superar la historia.

Consigue su objetivo, aderezándolo además con una dificultad que no te ponga en demasiados aprietos y te permita ventilar puzles y combates con relativa facilidad, pero se pierde esa sensación de crecimiento del héroe otras veces implícita en la saga, y poder optar mediante un servicio de alquiler a un completo catálogo de armas y objetos, que desaparecerán de tus manos si mueres, acaba generando vicios y, por tanto, sólo usarás aquellas que te gusten relevando las otras a las mazmorras características.

La relación entre unos objetos y otros también se difumina, y la mejor opción acaba siendo atontar a los enemigos con armas como el bumerán para darles después el golpe de gracia con la Espada Maestra. La sensación de éxito al superar una mazmorra que se te atraganta sigue ahí, pero no puedo evitar ver en el sistema de progresión de la franquicia una vaca sagrada que no sólo no hace falta modificar, sigue funcionando a las mil maravillas.

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Ahora viene lo de “cuando innovan porque innovan y cuando no lo hacen porque no lo hacen”, pero creo que todos estamos de acuerdo en que los cambios o son para mejor o no son necesarios, y en este caso le hacen un flaco favor.

A Link Between Worlds está hecho para ser jugado en 3D


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No entra en ese mismo saco uno de los aspectos que más nos chocaron en su anuncio, el de Link materializándose en la pared para salvar huecos o colarse a través de ventanas con barrotes.

Está sorprendentemente bien pensado, tanto a la hora de resolver puzles como en la exploración, pero el abuso del sistema acaba apagándolo por extenuación y cuando te quedas atascado siempre acabas recurriendo a él sin necesidad de rebanarte mucho más los sesos. Ya sabes la solución antes de enfrentarte al problema.

Si he entrado a degüello en esa primera parte es porque lo que viene a continuación está especialmente dispuesto para que disfrutes a todos los niveles. La banda sonora adapta los clásicos escuchados en SNES con ese gusto especial que sólo este tipo de arreglos saben transmitir, el retorno al Hyrule que probablemente recordemos con más cariño gana aquí varios enteros valiéndose de un apartado gráfico brutal y un sistema 3D que, ahora sí que sí, supone una marca diferencial.

Lo de los mareos frente a largas exposiciones queda completamente apartado de los planes de Nintendo, y la fluidez con la que se mueve el juego en el 90% de la partida invita a no apagar la sensación de profundidad que ofrece.

Sigue sin ser algo mágico o realmente importante para el desarrollo de la aventura, pero sin molestar a la vista el cambio es prácticamente imprescindible, y sólo aquellos acostumbrados a menear la consola en ciertos momentos de la partida tendrán problemas con la pantalla de 3DS.

Conclusión


Con problemas para unos imperceptibles y para otros sacrilegio, ‘The Legend of Zelda: A Link Between Worlds’ es uno de los Zelda más bonitos y divertidos que podemos echarnos actualmente a la cara, un título alejado de la pomposidad de las recientes entregas para sobremesa (no hablo de ‘Wind Waker HD’, ese es sagrado) que se atreve a arriesgar y sale victorioso.

Podrás afrontar su compra con más o menos miedo, pero si vas en busca de un título de Nintendo la satisfacción está asegurada, y si lo que buscas es una nueva aventura de Link que echarte a la cara, acabarás igual de contento. Eso sí, ten presente que el tamaño de tu sonrisa variará mucho si jugaste o no ‘A Link to the Past’.



Plataformas: Nintendo 3DS
Desarrollador: Nintendo
Compañía: Nintendo
Lanzamiento: Ya disponible (22 de noviembre de 2013)
Precio: 39,95 euros (en Amazon
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, por ejemplo, lo tienen por 39,32 euros)


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La noticia 'The Legend of Zelda: A Link Between Worlds': análisis fue publicada originalmente en Vidaextra por R. Marquez.

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