Agosto de 2022. Mientras Tim Cook preparaba la presentación del iPhone 14, sonó el teléfono en Cupertino. Al otro lado, Elon Musk tenía una propuesta: "Te doy 72 horas para decidir. O pagas 5.000 millones de dólares por Starlink como proveedor exclusivo, o me convierto en tu competencia directa." Tim Cook colgó sin aceptar, y Elon Musk cumplió su amenaza al pie de la letra.
Ahora, tres años después, la conectividad satelital del iPhone está en una encrucijada: por un lado, el modesto servicio SOS de emergencia que Apple ofrece con Globalstar. Por otro, los satélites Direct to Cell de Starlink, que permiten a cualquier iPhone usar internet completo desde el espacio.
El sueño perdido: el Proyecto Eagle de 2015
Para entender ese rechazo hay que retroceder siete años. En 2015, cuando Starlink apenas acababa de fundarse, Apple ya tenía algo mucho más ambicioso cocinándose en Cupertino: el Proyecto Eagle. La idea era lanzar, junto a Boeing, miles de satélites que proporcionarían internet de banda ancha completo, no solo a los iPhone, sino también a los hogares.
El plan incluía antenas que los usuarios podrían pegar a sus ventanas para distribuir la conexión por toda la casa. Era la visión de Apple como proveedor de internet global, sin depender de cables ni operadoras terrestres. Tu iPhone conectado las 24 horas en cualquier lugar del planeta, y tu casa recibiendo Wi-Fi directamente desde el espacio.
El Proyecto Eagle hubiera cambiado las reglas del juego para gigantes como AT&T, Verizon y T-Mobile. Y ahí fue donde Tim Cook pisó el freno. Según fuentes internas recogidas ahora por The Information, el CEO de Apple temía que esta iniciativa destruyera las relaciones con las operadoras, esenciales para vender iPhone.
El ultimátum de 72 horas
Así que el Proyecto Eagle murió en silencio y Apple optó por algo mucho más modesto cuando llegó 2022: un servicio SOS para emergencias. Pequeño, seguro, útil. Salvaba vidas, pero no molestaba a nadie: ni empresas, ni gobiernos, ni reguladores.
Pero cuando Elon Musk se enteró de que Apple anunciaría conectividad satelital con el iPhone 14, vio la oportunidad perfecta para forzar una alianza o, mejor aún, para obligar a Apple a elegir entre pagarle o verlo convertirse en competidor directo.
La propuesta de Elon Musk era pagar 5.000 millones de dólares por adelantado por 18 meses de exclusividad de Starlink, y después 1.000 millones anuales. Y la guinda del pastel: Tim Cook tenía exactamente 72 horas para decidir.
Fiel a la premisa de Think Different, Tim Cook le dijo que no al hombre que controla el mayor sistema satelital privado del mundo. En su lugar, Apple firmó con Globalstar, una empresa mucho más pequeña, dependiente y predecible. Globalstar no tuitearía criticando las políticas de Apple ni demandaría a la compañía por manipular los rankings de la App Store. Era una opción segura. Pero Elon Musk nunca olvida y mucho menos perdona.
Elon Musk cumplió su amenaza
Exactamente dos semanas antes de que Apple presentara el iPhone 14 con su modesto SOS satelital, SpaceX anunció una alianza con T-Mobile que permitiría a cualquier smartphone enviar mensajes, hacer llamadas y navegar por internet usando Starlink.
Starlink Direct to Cell funcionando en dos iPhoneY aquí está lo más irónico: los iPhone de T-Mobile pueden usar este servicio. Apple rechazó pagar por esta tecnología, pero sus propios usuarios la disfrutan cuando tienen T-Mobile como operadora. El servicio está en expansión y ya ha llegado, en fase beta, a países como Chile y Perú.
Apple sigue apostando por Globalstar... por ahora
Mientras tanto, Apple siguió invirtiendo en Globalstar. En noviembre de 2024 firmó un acuerdo de 1.100 millones de dólares para desarrollar una nueva constelación de satélites, ampliar la infraestructura terrestre y aumentar las licencias globales de servicios móviles por satélite. Globalstar también recibe 30 millones de dólares anuales por los servicios ofrecidos a Apple.
Pero la situación de Globalstar es mucho más precaria de lo que parece. Apple, ahora mismo, es quien sostiene a Globalstar con inyecciones de dinero: este proveedor depende casi exclusivamente de Apple, y en su último informe financiero se reconoce abiertamente que perder a ese cliente supondría un impacto casi mortal para la compañía.
Además, en los últimos meses, su presidente, James Monroe, ha dejado caer que está dispuesto a vender la empresa por más de 10.000 millones de dólares, casi el doble de su valor en bolsa. Apple tiene derecho preferente de compra, pero si decide hacerse con Globalstar, no solo se quedaría con un proveedor anticuado y lento comparado con Starlink, también se expondría a ser clasificada como operadora de telecomunicaciones, lo que implicaría regulaciones y vigilancia.
La función SOS de emergencia vía satélite, que debutó con el iPhone 14, ha demostrado su valor salvando vidas. Con iOS 18, Apple introdujo Mensajes vía satélite, permitiendo enviar SMS tradicionales cuando no hay cobertura, algo pendiente de llegar a España. Pero un nuevo informe indica que Apple planea añadir soporte para redes 5G vía satélite en los iPhone tan pronto como el año que viene. Eso significa internet completo desde el espacio, no solo mensajes de emergencia.
Starlink: una posición casi imbatible
El problema es que SpaceX ha comprado el espectro inalámbrico de EchoStar por 17.000 millones, consolidando aún más su posición dominante. Y en los últimos meses, ha adaptado sus satélites para usar el mismo espectro de radio que los iPhone emplean con Globalstar. Cuando la próxima constelación de Starlink empiece a operar, los iPhone podrían conectarse directamente a esos satélites sin cambiar de hardware. SpaceX está jugando a largo plazo, preparando el terreno para que Apple no tenga más remedio que sentarse a negociar.
El riesgo es claro: si Globalstar se vende y Apple no compra, perderá su única red satelital exclusiva para los iPhone, y su prometido salto al 5G satelital quedará en el aire. Y ahí aparece Elon Musk, no solo como proveedor líder, sino como dueño de la única opción verdaderamente viable a corto y medio plazo.
Dentro de Apple, algunos siempre creyeron que asociarse con SpaceX era lo correcto. Pero las tensiones con Musk (por las comisiones de la App Store y la demanda de xAI) nunca lo facilitaron. Aun así, ahora Starlink es superior a Globalstar en velocidad, cobertura y capacidades técnicas. Apple vio el futuro antes que nadie con el Proyecto Eagle, pero el miedo a las operadoras y al gobierno paralizó esa visión.
Este giro deja a Apple sin margen de maniobra. La decisión de Tim Cook de rechazar a Musk en 2022, por miedo a una dependencia excesiva y a los problemas regulatorios, se ha transformado en una urgencia existencial. Ahora, sobrevivir en el mundo satelital pasa, quieran o no, por negociar con Elon Musk si llega el fin de Globalstar.
Fuente | The Information
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La noticia Tim Cook rechazó a Elon Musk en 2022. Ahora, Starlink se posiciona como la única opción para el futuro del satélite en el iPhone fue publicada originalmente en Applesfera por Guille Lomener .
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