
Gracias a Oculus Rift podemos ver el mundo digital como si perteneciera al mundo real. En algunos casos, la experiencia es tan inmersiva que puedes llegar a sentir realmente que estás dentro de la simulación. Eso es lo que le ocurre a este pobre chico, que al probar las gafas de realidad virtual en un centro comercial sus amigos le gastan una pequeña broma.
Aunque parezca una tontería, el vídeo muestra el nivel de realismo que se puede llegar a obtener usando las gafas de Oculus, y no me refiero solo a la calidad gráfica ya que, aunque la imagen en algunos momentos no sea creíble, el hecho de sentir que estás dentro de ella y que responde al movimiento de tu cabeza, puede ser suficiente como para que sientas que caes verdaderamente por una montaña rusa con tan solo un empujoncito.

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